Se considera una gitana moderna, es una nómada por convicción que vive en el presente y se apasiona por la música de todas las latitudes del mundo, aunque su comienzo en cantoral se dio en el género del flamenco, el cual tomó de su natal Almería, España.
Apunto de cumplir 43 años, Noemí Maldonado es quien está detrás de “La niña del Cabo”, nombre artístico que la hace sentir como de 20.
Noemí lleva en la sangre su vocación musical, pues nació en un nicho de este rubro. Pero fue hasta que llegó a la universidad que realmente le entró la cosquilla de ir por esta faceta, ya que originalmente quería estudiar artes visuales, porque el cine y la escritura también son de sus gustos preferidos.
“Pues eso es un poco lo que yo hago, por eso tampoco me siento nunca como incluida en ninguna etiqueta así muy cerrada, por eso no entro en las etiquetas de trovadora o cantautora”, comenta Maldonado en entrevista para Reporte Indigo.
El proyecto que inició formalmente en 2002 y que la española mantiene a flote con el ensamble de músicos mexicanos, venezolanos y de su patria, presenta este fin de semana su tercer material discográfico producido en Cuba, “Matajari Maldonado”, en el bar “El 61”, donde tendrá como invitada a Roxana Río, cantante veracruzana.
Alzando un ‘¡basta ya!’
México está cubierto de muerte, violaciones y desapariciones forzadas que amenazan al género femenino en los últimos días, a lo que Maldonado externa que no hay que dejar de reclamar las injusticias y que la mujer debe tomar empoderamiento real.
“Son como repuntes así de la violencia cuando la mujer empieza a ser o a pedir un poco más de libertad en un sistema muy patriarcal y muy machista. Cuando la mujer de repente dice ‘¡Basta ya!’ entonces ahí hay un repunte normalmente de la violencia como para callarla, para decir ‘no no no, usted se tiene que quedar en el mismo sitio’”, dice indignada la cantante.
En su tercer álbum, el tema “Talla 38” es un reflejo del problema de cómo las marcas e industrias farmacéutica y textil establecen los cánones de lo correcto en las mujeres, por lo que hace un reclamo a los corporativos trasnacionales al ritmo de jazz mezclado con rap.
La espía musical
Salió de España, llegó a la Habana y hoy radica en México, ¿y el día de mañana? Quien sabe, la fémina va tras los ritmos musicales, no tras la plata.
La niña del Cabo se sabe independiente y está fuera de los sellos discográficos, lo que la hace sentir a gusto con su libertad como artista.
“La industria musical está muriendo tal y como la conocemos, está surgiendo algo nuevo que pues vamos viendo para dónde tira (…) lo mainstream es mainstream y ya está, yo no soy mainstream por naturaleza, es que no lo soy como persona tampoco”, confiesa sin empacho.
La compositora toma el título de su disco para también encarnar un personaje homónimo, Matajari Maldonado, un alter ego detrás de otro alter ego el cual usa para sincerarse con sus letras de exigencia social.
“Soy como Prince inventándome todo el rato nombrecitos. Me inventé este personaje que es una especie de superheroína, mitad espía (…) esta es Matajari Maldonado, una persona invencible, es como mi lado valiente que dice las cosas claras, es como mi parte más salvaje, más atrevida, necesitaba sacar un personaje así”, describe de sí misma.