Históricamente parece que los seres humanos tienen una tendencia a la división, a la destrucción, a estar en constante guerra unos contra otros. Por lo menos a esa reflexión llegó el escritor vasco Juan Kruz Igerabide con su reciente libro publicado, EZ LEMAIO. La quema de Mondragón (Ediciones Beta, 2017).
El texto nace de una balada medieval sobre la quema de la villa de Mondragón, que es bastante conocida para los que estudian filología. La balada se sitúa en un momento histórico en el que el País Vasco se estaban matando los nobles y los poderosos entre sí, pero sus actos tenían implicaciones en toda la población. Esa lucha llevaba 500 años.
La quema de la villa de Mondragón supuso un fin a todo eso, porque la burguesía incipiente tomó cartas en el asunto, además intervinieron las tropas del rey de Castilla y pararon todo el asunto. Al mismo tiempo que acontecía eso, el mundo entraba en otra época; llegó el Renacimiento con el descubrimiento de América.
Por lo anterior, para Kruz Igerabide era importante abordar este tema, sin tener una pretensión histórica, para que las personas del mundo conocieran este episodio clave para el País Vasco, pero que no es ajeno a otras culturas.
“En el libro nos encontramos con dos familias enfrentadas. Entre los dos bandos se producen una serie de cruces provocados por enamoramientos. Hay una rivalidad muy fuerte, luchan a muerte, pero a la vez existen intentos de pacificación por parte de las mujeres, esto tiene una raíz histórica por una cofradía que crearon en Mondragón las mujeres para intentar parar toda esa violencia que provenía, sobre todo, por parte de los hombres”, explica Kruz, en entrevista con Reporte Índigo.
A la trama, que tiene una base histórica, el autor le quiso dar un toque mítico para mantener la esencia que provoca leer y escuchar la balada de La quema de Mondragón. “He querido mantener eso de la historia, entonces aparecen una serie de personajes que tienen cierta relación con los caballeros de la tabla redonda, eso históricamente es un anacronismo, pero desde el punto de vista de la mitología no”, asegura el autor.
Literatura medieval, reflejo del hombre
Para Juan Kruz Igerabide la Edad Media es una época que cautiva a la gente por su espíritu caballeresco y por la fuerza y valentía de sus héroes, pero también porque refleja la esencia que tienen los seres humanos, por un lado violenta y por el otro, idealista, lo que provoca una especie de magia.
La quema de la villa de Mondragón es uno de los episodios más violentos del País Vasco, porque muestra lo que los seres humanos son capaces de hacer por conseguir el poder. El razonamiento lógico desaparece y sólo importa mostrar quién es el más fuerte.
La expresión “Ez lemaio”, que forma parte del título del libro, quiere decir “no lo soltará/ dejará/perderá” y se utiliza en relación a la disputa por el poder en el estratégico pueblo de Mondragón, haciendo referencia a que quien consiga ahí el poder difícilmente lo dejará perder.
A partir de su investigación y del desarrollo del texto, el escritor vasco reflexiona y dice que el ser humano tendrá que llegar a un momento en el que se plantee que las guerras no llevan a ningún lado, sobre todo, en este momento que se tiene un poder destructivo casi capaz de acabar con el planeta entero
”En el libro hay ciertas líneas que marcan este mensaje, porque están justo empezando a llegar nuevos tipos de pensamiento de Italia, ideas renacentistas, entonces algunos personajes cultivados empiezan a pensar y sentir de otra manera y ya no ven al enemigo como enemigo, aunque eso les saldrá muy caro, pero dejan el mensaje bien claro”, señala el autor vasco.
Para él, en estos momentos de tanta violencia, la literatura es importante, porque le brinda a las personas la capacidad de crear mundos nuevos dentro de la mente.
Un hombre de letras
Juan Kruz Igerabide (Aduna, Guipúzcoa, 1956) es autor de literatura infantil y juvenil, traductor y poeta. Estudió magisterio y doctorado en Filología, ha sido profesor de educación básica y actualmente es catedrático de la Universidad del País Vasco.
En el ámbito de la literatura infantil ha desarrollado varias investigaciones, como Del pecho al habla: el niño, la oralidad y la literatura, Erein, 1993; ha escrito libros de poesía como Trabalenguas para niños, Pamiela, 1997; Como un botón, Anaya-Haritza, 1999; Mintzo naiz isilik, Elkar, 2001; A tus ojos mi voz, La Galera, 2004; Munduko ibaien poemak, Elkar, 2004 y Poemas para los ríos del mundo, Hiperión, 2004.
Además escribió la serie protagonizada por Jonás, entre los que se encuentra Jonás y el frigorífico miedoso, Everest, 1999, Premio Euskadi en 1999.
En relación a la literatura juvenil Igerabide tiene más de 20 cuentos, entre las que se pueden citar: Helena y el sol poniente, La Galera; Hasta que lo sepas todo, Oxford; Anso Lizarra, Alaia; Suena el timbre, Alfaguara; Rostros sobre Bagdad, Algar y Abezedario Titirijario, por el que obtuvo en España el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2018.