No se trata de estar, pero no estar. Tampoco de delegar responsabilidades a los hijos creyendo que tienen la capacidad de cuidarse por sí solos, o por el contrario, de protegerlos tanto al grado de estar educando niños inseguros, pasivos y propensos a la soledad.
Entre una actitud sobreprotectora y una flexible y permisiva, lo que tiene que imponerse siempre es un equilibrio, el justo medio entre el exceso y el defecto.
“Los niños llave son pequeños a los que sus padres les dejan hacerse cargo de sí mismos a temprana edad, dándoles como única herramienta la llave de la casa”
La etapa temprana en que estos pequeños se convierten en ‘niños llave’ oscila entre los 6 y 10 años edad, en la segunda etapa, la que corresponde a la adolescencia, los niños suelen encontrarse entre los 13 y 16 años” explica la psicoanalista Adriana Ortiz Barraza.
En ambas etapas los padres suelen considerar que los pequeños están aptos para valerse por sí mismos.
“En México no existe un censo o datos que nos arrojen la cantidad de niños que están solos durante el día en el hogar, convirtiendo la situación en un factor de alto riesgo y un foco rojo que llama a la sociedad a actuar”
La vida moderna es uno de los motivos que propician este fenómeno, por llamarlo de alguna manera, este tipo de abandono no sólo se debe a las madres que trabajan y no tienen con quién dejar a sus hijos, sino a una cuestión económica donde los dos padres deben trabajar para tener una mejor calidad de vida, o simplemente, por la búsqueda de un crecimiento personal y profesional” expone Ortiz Barraza.
De acuerdo con la psicoanalista, la alerta surge de la desprotección con que estos niños pueden vivir. Aunque pueden parecer capaces de actuar de manera independiente, los vulnerabilidad en ellos se dispara, convirtiéndolos siempre en el blanco fácil.
“Debe quedar claro que además de los riesgos en la salud y de la parte emocional existen otros que atentan contra su persona e integridad.
Si tomamos en cuenta que salen solos y regresan solos, notamos que durante el camino a casa puede suscitarse un percance vial, ser víctimas fáciles de la delincuencia o elegir malas amistades con tal de tener un sentido de pertenencia social”, agrega la psicoanalista.
Actualmente es casi imposible hablar de lo que en un ‘niño llave’ se convertirá, pues todos tienen diferente personalidad.
“Afrontar esta situación de abandono, va a ser diferente en todos los casos. El daño causado suele ir directo a su autoestima y la imagen de sí mismo, por lo que en algunos casos podemos ver niños deprimidos que tienden a la irritabilidad o que tienden a la violencia, causandoles problemas para relacionarse de una manera sana”, dice la especialista.
Desórdenes alimenticios y dependencias
Debido al largo tiempo que pasan solos, los ‘niños llave’ llevan la dieta alimenticia que prefieren, comer lo que dejaron sus padres listo para calentar, no comer, o llenar vacíos emocionales con comida chatarra, azúcar o productos carentes de nutrientes provocándose una obesidad temprana.
Aunque hay situaciones que orillan a los padres a dejar solos a los hijos, es importante que se hagan esfuerzos para que no pasen tanto tiempo solos
Además de poder experimentar desórdenes como la bulimia y la anorexia sobre todo durante la adolescencia.
“Es común que estos niños suplan carencias emocionales con comida, sin embargo, estos vacíos también suelen refugiarse en el alcohol, las drogas y los vicios”, explica.
Detrás de
De acuerdo con Ortiz Barraza, el fenómeno de los niños llave suele ser una reacción en cadena, pues es casi seguro que un pequeño que creció así lo pueda replicar con sus hijos.
“Tengo casos en donde me refieren mis pacientes que eran tratados como adultos, que le dejaban al hermanito diciéndoles ‘es que tú ya eres un hombrecito’. Esa, es una forma que parece empoderar pero es todo lo contrario”, señala Ortiz Barraza.
En tiempos modernos la tecnología es un factor que los padres pueden tomar como aliado para estar pendientes de sus hijos y no sólo para un Smartphone lo acompañe a todas partes.
6 a 10
“Hay muchas cosas que parecen difíciles, porque muchas veces se trabaja y se deja a los hijos por necesidad, pero entre la pareja pueden rolar horarios para estar con él, hacer video llamadas durante el día para escucharlo, abrazarlo y, aunque suene cliché, darles tiempo de calidad.
Se trata de decir, hijo estoy aquí, te quiero, te escucho, ¿cómo te fue hoy?, ¿qué tarea te dejaron?, ¿puedo ayudarte en algo?, me importas. Convertir a ese aparato que lo acompaña todo el día en un aliado”, explica.
Aunque hay diversas situaciones que orillan a los padres a dejar solos a los hijos, para Adriana Ortiz es importante que se hagan esfuerzos para que no pasen tanto tiempo solos.
“A veces los padres miran a sus hijos como si fueran ‘adultitos’ y no lo son. Les dicen ‘es que tú ya puedes, es que ya estás grande’, como que de alguna forma los validan para que se crean capaces y no es así”, comenta la psicoanalista Adriana Ortiz.
Alerta por “Niños taxis”
Los ‘niños taxi’ pertenecen a una nueva forma de infancia. Estefenómeno, consiste en que los padres transportan siempre a los niños a la escuela en su vehículo privado quitándoles autonomía para desarrollarse en el mundo real, valerse por sí mismo y socializarse.
En países europeos, esto representa un motivo por el que los niños no son capaces de desarrollar lazos con otras personas, convirtiéndose en personas solitarias e inseguras.
En México, de acuerdo con la psicóloga Adriana Ortiz, este fenómeno aunque puede afectar de la misma forma a los ‘niños taxi’, puede también ser un conflicto para los padres por motivos que van más con la carencia de seguridad en el país.
“En China y Japón los padres ‘enseñan’ a los niños desde el kínder a hacerse responsables de ir al colegio, vestirse, hacer sus labores e incluso a tomar el camión y aunque les dejan claro que los cuidan, ‘los enseñan’”.
En México, todo el aspecto de la seguridad es complicado. Es una cuestión que podría funcionar pero antes tendría que cambiar muchas cosas como nación, como población cambiar la cultura y ‘enseñar’, comenta Ortiz Barraza.
