No es porno, es Lars von Trier

Irreverente y desmedido en su arte, Lars von Trier es sin duda un cineasta que ha venido a  marcar época y escuela a presente y futuro en las generaciones de cinéfilos que lo siguen… y quienes le tienen amor/odio también.

Su vida siempre ha estado rodeada de controversia. En el lecho de muerte, su madre le confesó que su papá biológico en realidad no lo era, después de que esta falleciera, Lars buscó a su verdadero padre, que después de algunos encuentros, este le pidió mantener distancia o la única comunicación que tendrían sería a través de sus abogados.

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Irreverente y desmedido en su arte, Lars von Trier es sin duda un cineasta que ha venido a  marcar época y escuela a presente y futuro en las generaciones de cinéfilos que lo siguen… y quienes le tienen amor/odio también.

Su vida siempre ha estado rodeada de controversia. En el lecho de muerte, su madre le confesó que su papá biológico en realidad no lo era, después de que esta falleciera, Lars buscó a su verdadero padre, que después de algunos encuentros, este le pidió mantener distancia o la única comunicación que tendrían sería a través de sus abogados.

El apellido ‘von’ realmente es solo por añadidura y homenaje al director Josef von Sternberg, en la escuela de cine menciona que también le apodaban así.

Es coleccionista de varias fobias, pero la más intensa es su miedo a volar, por lo que nunca ha viajado a Estados Unidos, inclusive rechazó dirigir un guión que Steven Spielberg le ofreció después de haber visto su cinta Europa de 1991.

Gracias a este miedo es que von Trier ha tenido que ingeniárselas para filmar la mayoría de sus películas en su país natal o en la periferia del continente europeo.

En el 2000 ganó la Palma de Oro por “Bailando en la oscuridad” y estuvo a punto de perderse la ceremonia debido a sus fobias, hizo el viaje en un tráiler especialmente equipado. Por sus declaraciones antisemitas fue nombrado ‘persona non grata’ en el festival de Cannes en el 2011 al presentar su cinta “Melancolía”. 

El cineasta posteriormente dijo que evitaría dar declaraciones públicas y entrevistas para evitar la polémica.

Antes de su veto en el festival, fue galardonado por dos de sus películas. Con “Europa” (1991) ganó el Premio del Jurado, Mejor Contribución Artística y el Gran Premio a lo Técnico. 

Por “Rompiendo las olas”, en 1996, ganó el Gran Premio del Jurado, consolidándolo en ese entonces como un cineasta bañado en fama, admiración y vanguardia.

Junto al cineasta Thomas Vinterberg fundaron el movimiento “Dogma 95”, el cual propone ahorrar al máximo de recursos haciendo películas de un estilo totalmente independiente. Algunos de los lineamientos del manifiesto proponían solo utilizar música al momento de la filmación, teniendo prohibido post producirla o añadirla en la edición, tener un tripié o algún objeto para apoyar la cámara, por lo que toda la filmación tendría que ser con cámara en mano, la película tenía que ser a color, sin utilización de luz especial, solo se podría filmar en locación, entre otras propuestas.

Cuando una cinta quería aplicar a ser Dogma 95 tenía que postularse para evaluarse los lineamientos a cumplir.

“Los idiotas”, de 1998, tuvo la certificación de este movimiento, y formó parte de la trilogía “Corazón dorado” en la que sus heroínas mantenían a flote su amor a pesar de las adversidades y tragedias, “Rompiendo las olas” comenzó esta tripleta que concluyó con “Bailando en la oscuridad”.

El futuro de von Trier siempre ha sido incierto, debido a que sufre una constante depresión, suceso del que encuentra también inspiración, he ahí el ejemplo de un hombre que lucha y vive contra su propia adversidad y que de paso lo saca adelante.

Piérdele el miedo al sexo 

El primer volumen de “Ninfomanía”, cinta que concluye la trilogía comenzada por “Anticristo”, continuada por “Melancolía” y denominada “Trilogía de la depresión”, está protagonizada por Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgård, Shia LaBeouf, Christian Slater y Stacy Martin.

El cineasta pregona en su trailer imágenes de sexo explícito, pero al perderle el miedo y tomar al morbo “por los cuernos”, nos encontramos que von Trier juega con nuestra mente, y logra de nuevo, atraparnos en su universo retorcido pero bien logrado.

Sabe ser elegante, sutil y metafórica al hablar del tabú más grande del ser humano.

Su corte original dura cinco horas y media, por lo que la cinta es exhibida en dos volúmenes. El primero de ellos llega este fin de semana a México.

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