Actualmente, cuando una persona con cáncer llega a su consulta médica, el oncólogo le pregunta sobre el tejido en el que se desarrolló el tumor, pero en un futuro no muy lejano, la importancia radicará en las mutaciones de su tumor, más que en el tejido en el que se originó el mismo.
De esa manera, los medicamentos que se utilizan en el tratamiento contra el cáncer de mama, podrán aplicarse en pacientes con cáncer de pulmón, por mencionar un ejemplo.
Distintas instituciones como el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en Nueva York, lideradas por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), realizaron una extensa investigación y comprobaron que los tumores que tienen origen en tejidos totalmente diferentes, tienen las mismas características genéticas, por ende, se podrían combatir con un mismo tratamiento.
Y es que “los oncólogos podrían aplicar todo lo que saben sobre el cáncer de cabeza y cuello al 10 por ciento de los tumores de vejiga que comparten las mismas características”, dice Josh Stuart, quien es investigador de la Universidad de Santa Cruz.
Otro de los hallazgos establece que existe un grupo nuevo de mutaciones del cáncer. Ya se tenía conocimiento de las mutaciones conductoras de esta enfermedad, de las pasajeras y ahora se pudieron identificar las mutaciones relacionadas con la manera en la que se agrupan los cromosomas en el ADN.