Cuando eres adolescente consideras que “la noche es joven” y te desvelas sin tomar en cuenta que eso afecta tu estado de ánimo, causa deterioro cerebral y altera la memoria.
Los adolescentes que descansan bien toman decisiones más saludables para su vida, en comparación con los trasnochadores.
Eso señalan los resultados de un estudio a cargo de Lauren Hale, de la Escuela de Medicina de Stony Brook, en Estados Unidos.
Lauren Hale dice que “en promedio, los adolescentes con sueño no solo comen más comida que es mala para ellos, sino que tienden a comer menos comida nutritiva”.
La investigación fue realizada con 13 mil 284 adolescentes y fue presentada –este mes– en el encuentro anual SLEEP 2013.
La especialista en medicina preventiva asegura que esto podría ser clave para entender la relación entre obesidad y el hábito de sueño en los jóvenes.
Ya que dormir poco aumenta el apetito y predispone a los antojos de comida chatarra y/o alimentos con muchas calorías. La razón por la que esto sucede es que cuando la persona no puede dormir, se presentan cambios hormonales.
Además, los jóvenes que casi no duermen o que no descansan en las noches tienen más resistencia a la insulina, según un artículo en Journal Sleep.
En la investigación de Lauren Hale se encontró que el 18 por ciento de los jóvenes que encuestaron era más propenso a la comida rápida. De hecho, ellos mismos aseguraron que consumían comida rápida entre dos y tres veces por semana. Además, tendían a comer menos frutas y verduras.
Allison Kruger, quien también formó parte del estudio de Lauren, dice que es importante analizar “la asociación entre la duración del sueño y las decisiones de comida de los adolescentes, porque la adolescencia es un periodo crítico del desarrollo entre la niñez y la adultez”.