Gracias a dispositivos como iPods y teléfonos inteligentes, las personas pueden llevar su música favorita a donde quieran.
Los jóvenes los usan todo el tiempo, en la casa, caminando, haciendo ejercicio, en los pasillos de la escuela y algunos durante sus horas de jornada laboral.
Y es que la mayoría de los estudiantes se puede aislar del mundo de los adultos al llevar este accesorio tecnológico.
Aunque su uso no es nocivo, se deben tomar en cuenta los resultados de un estudio realizado por expertos argentinos, publicado en Brain Research, los cuales indican que si se escuchan ruidos fuertes durante dos horas en promedio, el cerebro puede sufrir daños a nivel celular.
Esto afecta al hipocampo, área en donde está la memoria y en la que se llevan a cabo procesos de aprendizaje.
Esta investigación fue hecha con ratones, pero bien se podrían aplicar a las personas, ya que estos animales “tienen un sistema nervioso parecido al de los humanos”, dijo a la BBC Laura Guelman, coordinadora del proyecto e investigadora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (Cefybo).
Estos roedores tenían entre 15 y 30 días, que en humanos equivaldría a jóvenes entre seis y 22 años.
No se puede hacer el mismo experimento exactamente, debido a que “no podemos exponer a niños”, agregó Guelman.
La experta subrayó que ya se tenía conocimiento de que el ruido fuerte altera la capacidad auditiva y cardiovascular, pero este estudio da a conocer que también hay cambios morfológicos en el cerebro.
“No sabemos si el daño se genera directamente por las vibraciones del ruido o si el sonido activa neurotransmisores que provocan el problema”, añadió Laura.
Algunos científicos esperan que cuando se profundice en este fenómeno, se puedan desarrollar medicamentos para prevenir las lesiones cerebrales.