Novela envenenada

Maya es el primer eslabón del fin del mundo. Clara, la escritora que la ha creado, es a la vez un personaje dentro de otra novela. Y Eva, no la primera mujer, sino una psicóloga, es la contraparte de Clara en el texto. 

Marcela García, regiomontana residente de Brasil, es la verdadera autora detrás de estas mujeres, quienes rompen paradigmas con su misma existencia en esta novela.  

"Me gusta dejarle al lector la curiosidad intelectual”
Marcela GarcíaEscritora

Maya es el primer eslabón del fin del mundo. Clara, la escritora que la ha creado, es a la vez un personaje dentro de otra novela. Y Eva, no la primera mujer, sino una psicóloga, es la contraparte de Clara en el texto. 

Marcela García, regiomontana residente de Brasil, es la verdadera autora detrás de estas mujeres, quienes rompen paradigmas con su misma existencia en esta novela.  

“Hay un veneno que es el que mata. Y hay otro que es el que, dado en dosis pequeñas por goteo, hace que la persona se acostumbre, incluso se haga adicta a eso”, explicó Marcela, quien recientemente se presentó en la Feria Internacional del Libro de Monterrey. 

La historia de su más reciente novela trata sobre el reencuentro de dos amigas de la infancia que han tomado caminos opuestos, una que acepta las imposiciones de su sociedad, y otra que hace justamente lo contrario.

A través de estos personajes, García afirma cuestionar temas sin presentar juicios. El génesis, las profecías mayas, la religión, incluso el papel de la mujer frente a diferentes conceptos, son ideas con las que busca retar al lector. 

“He visto personas que llevan el estigma de la religión impuesta, de los miedos. Yo misma he cambiado bastante. Me inspiró el hecho de que hay mujeres que tristemente tienen que matar su persona y renunciar a sí mismas. Es el caso de mis personajes”, dijo. 

Para “Veneno a gotas”, como para “Mirada de piedra”, su anterior libro, García se ha documentado en base a otros textos, con el fin de despertar en sus lectores la misma curiosidad que la lleva a escribir.

“Me gusta dejarle al lector la curiosidad intelectual. No soy una persona que tiene todas las respuestas. Creo que si un lector, a lo largo de la trama se va interesando por alguna de esas cosas, ya logré lo que quise”.

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