Oh, triste Navidad
Mientras algunos mexicanos gozan sus posadas, villancicos y están listos para el Lupe-Reyes, hay 62 millones de niños, jóvenes y adultos en el país que pasan esta época enfermos, sin seguridad social –ni servicios de salud– y en pobreza
María Alesandra PámanesEs sumamente cruel, estremecedor y doloroso ver la disparidad económica y social que reina en México. En esta temporada hay quienes tiran a la basura los desperdicios de sus posadas y gastan en excesos sin tomar en cuenta que hay más de 75 millones de personas de América Latina y el Caribe que viven en pobreza extrema, de acuerdo al Banco Mundial.
La mitad de ellos corresponde a individuos que viven en México y Brasil.
Según el Reporte Desigualdad de la Oxfam, hasta los datos registrados en 2015, la pobreza es la causa principal del hambre en el país y ésta es la nación con mayor desigualdad económica de los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Mientras algunos niños y jóvenes mexicanos están sin poder decidir qué tantos obsequios desean para esta Navidad, hay otros que no tienen pan en la mesa, ni medicamentos para hacerle frente a la ola de frío y enfermedades de la temporada decembrina.
Hay 62 millones de habitantes en México que no cuentan con ningún tipo de seguridad o protección social, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este organismo especificó que de los 241 millones de seres humanos de Latinoamérica (38.6 por ciento) que no tienen seguro social, la gran mayoría se concentra en México y Brasil.
¡Más de 60 millones! Sí, la mitad de los mexicanos, es decir niños, adultos mayores, desempleados, personas vulnerables y las que tienen alguna discapacidad no pertenecen a ningún programa que garantice que tienen prestaciones a nivel social.
Helmut Schwarzer, Especialista en Protección Social y Desarrollo Económico de la Oficina de la OIT de México y Cuba, señaló que “será necesario hacer más esfuerzos en materia de protección social, esos dos países representan una parte importante de las brechas de cobertura en la región”.
Los pequeños mexicanos para los que la Navidad es un “sueño guajiro”, tienen un panorama completamente distinto a los niños que pertenecen a la clase media y alta en el país (la minoría).
El informe de la OIT indicó que “México destina 12 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) anual a programas de protección social y salud; porcentaje muy bajo respecto al resto de América”.
“En México sólo 50.3 por ciento de la población –desde niños recién nacidos hasta los ancianos– tiene acceso a por lo menos una prestación de protección social”, comentó Schwarzer, “esto significa que la mitad de la población –equivalente a 62 millones de personas– carece de servicios como la salud, prestaciones por maternidad, pensiones y acceso a los programas de desarrollo; lo cual se traduce en mayores índices de pobreza y carencias”.
La OIT reveló en su informe que sólo el 25 por ciento de los niños en México tienen cobertura y protección social efectiva, el 75 por ciento no forma parte de los programas públicos para garantizar su alimentación adecuada, para que tengan acceso efectivo a la salud y para que cuenten con oportunidades para su buena educación y desarrollo.
Y la cruda realidad no es exclusiva de infantes, ya que tan sólo el 25.2 por ciento de los adultos mayores –que ya están en edad de jubilarse– recibe su pensión, mismo que no sobrepasa el 30 por ciento de su último salario. Sí, como se lee.
Peor aún si se toma en cuenta que el mexicano no tiene cultura de ahorro y tiende a no ver por su futuro. El 74.8 por ciento de la población no ahorra para tener un retiro digno y no tiene las herramientas para enfrentar las carencias y la pobreza.
Los que trabajan tampoco la tienen fácil, pues Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que 15.9 millones de empleados en el país trabajan sin tener un contrato formal, por ende tampoco gozan de garantías o protección social.
Sin regalos y sin cena
Los regalos para la infancia mexicana son un capricho, pero la cena es inalcanzable. En la República Mexicana hay 28 millones de habitantes en pobreza alimentaria, de los cuales 1.2 millones de infantes padecen desnutrición crónica, de acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Según información de The Hunger Project México, el 60 por ciento de las personas con hambre son mujeres, la malnutrición provoca 2.6 millones de muertes al año, el el principal factor que contribuye a un tercio del total de muertes infantiles en el mundo.
De hecho, cada 10 segundos muere una niña o un niño por causas relacionadas a la desnutrición, en el planeta.
El 50 por ciento de las personas con hambre corresponde a familias agricultoras.
Enfermos y sin protección
Las bajas temperaturas son una de las principales causas de que abunden enfermedades del tipo respiratorias, aunado a que muchos de los habitantes del país se toman a la ligera su bienestar y no siguen las instrucciones de la Secretaría de Salud (SS), entre ellas señala evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, pues son las vías principales por las que entran virus y bacterias al organismo.
El frío que acaparó gran parte de México –sobre todo en el norte– generó una ola de incremento de casos de personas con problemas en las vías respiratorias, entre las más recurrentes están la bronquitis, la neumonía y la rinitis.
El 46.2 por ciento de la población mexicana (55.3 millones de personas) vive en condiciones de pobreza, de las cuales 9.5 por ciento (equivalente a 11.4 millones) se encuentra en situación de pobreza extrema.
El 80.8 por ciento de los hogares que viven en el estrato rural fue clasificado en algún nivel de inseguridad alimentaria.