Peste Negra: el apocalipsis en forma de epidemia que devastó a Europa en la edad media

La peste tuvo efectos devastadores para el mundo, sin embargo, también impulsó una serie de cambios en la sociedad y redefinió a la humanidad

El mundo enfrenta una pandemia que pone en riesgo todos los cimientos en los que se sostiene, no sólo la economía mundial, sino la forma en la que nos concebimos como humanidad, nuestra relación con las demás personas y sobre todo con la naturaleza.

Sin embargo, esta no es la primera vez que ocurre. A lo largo de la historia han existido grandes enfermedades epidémicas, pero ninguna fue tan mortífera como la Peste Negra o Peste Bubónica que golpeó a gran parte del mundo durante el siglo XIV.

Esta enfermedad cobró la vida de millones de personas, no se sabe con exactitud su letalidad, pero estimaciones del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona apuntan a que fue más de un tercio de toda la población europea.

China: epicentro de las peores enfermedades

Los orígenes de la peste negra son algo inciertos, pero lo que señala el historiador Philip Ziegler en su libro The Black Death es que “pudo originarse en alguna provincia de la antigua China, durante la época de la Dinastía Yuag, establecida por los mongoles”. En aquella época eran unos fervientes invasores y saqueadores, lo que pudo facilitar el contagio de estos pueblos invadidos.

En el relato italiano de Gabriel de Mussis (1280 – 1356), se narra cómo durante estas invasiones, “los mongoles arrojaban cadáveres infectados con la peste bubónica, ayudados con catapultas sobre las murallas”; sin duda un acto que pudo facilitar la propagación de la enfermedad.

Desde aquel entonces existía un tráfico constante de mercancías y personas, gracias a que existía la ruta de la seda, un camino que cubría desde China, pasando por Asia central y Moscú, hasta llegar a Europa.

El comercio estaba despertando a gran escala, había intercambio de mercancías en lo que era Constantinopla (la cual ahora es Estambul), Egipto y todos los países colindantes con el mar Mediterráneo. El intercambio de mercancías entre Asia, Europa y África pasaba por su mejor momento.

 

El monopolio del conocimiento

En la edad media el conocimiento y el desarrollo científico estaban subordinados a la iglesia, por lo que cualquier cosa que ocurriera era por mandato divino.

La historiadora Ana Luisa Haindl rescata la idea de Konrad Von Megenberg, testigo ocular de la peste y autor de la Enciclopedia Buch der Natur, que atribuye la calamidad al terremoto en lo que ahora es Italia, en 1348.

Alfonso de Córdoba médico cristiano hispano escribe Utrum Mortalitas donde narra que “la peste fue provocada por factores naturales como eclipses, conjunciones y temblores”.

Pero lo cierto es que en las ciudades había muy poca higiene, la gente convivía con animales como cerdos, caballos y hasta ratas, las cuales eran las portadoras de pulgas y garrapatas que transportaban la enfermedad.

La edad media era la peor época de la historia para estar enfermos, la mejor medicina era rezar y expiar tus pecados.

Médicos que usaban mascaras en forma de pico, como el de un curvo, inventaron remedios tradicionales, pero ninguno de ellos parecía tener efectos positivos en la población. Al parecer, el “Apocalipsis” había llegado.

Ziegler narra que autoridades, de lo que hoy es Italia, trataron de hacer un esfuerzo racional, tomaron ciertas medidas; todos los barcos que llegaban a los puertos tenían que guardarse por lo menos 40 días antes de desembarcar; de ahí el origen de la palabra cuarentena.

El rey ha muerto, viva el rey

En la edad media se había establecido un sistema económico feudal, el cual consistía en que los siervos o vasallos trabajaran las tierras de los señores feudales y a cambio ellos los remuneraban con protección de invasiones extranjeras y una muy pobre paga económica.

Este sistema social y económico surgió tras la caída del Imperio Romano de occidente en el siglo V, para consolidarse durante la época del emperador Carlo Magno a principios del siglo IX, durando prácticamente hasta el siglo XV, tras la caída de Constantinopla, dándole paso al Capitalismo.

Al llegar la Peste Negra a Europa, los más vulnerables eran precisamente los vasallos, quienes vivían en condiciones deplorables.

Mientras más avanzaba la epidemia, más tierras se quedaban sin trabajar, los siervos fueron muriendo a gran escala. Los pocos que sobrevivan ya no estaban dispuestos a laborar para sus señores feudales.

Sumado a eso, en Europa comenzaba un conflicto bélico importante; la llamada “guerra de los 100 años” entre Francia e Inglaterra, donde todo esto se sumó para crear descontento social y crisis económica de la que tardaría bastante tiempo en salir toda Europa.

Lecciones

Actualmente el coronavirus, así como lo fue la Peste Negra, deja ver grandes debilidades del sistema al que se sometía la gente y desigualdades sociales que lo único que provocaban era un descontento en la población.

La Peste Negra sin duda fue un hecho catastrófico para la humanidad, pero sin este detonante, no hubiéramos tenido un renacer, no se hubiera innovado en el arte, la cultura, la ciencia y hasta en la religión.

Dejamos de lado una ideología teocentrista, para avanzar al antropocentrismo, donde la humanidad se encontraba en el centro del universo.

Le dimos la bienvenida a una manera de pensar innovadora, la culpa ya no era de dios, si no de nuestras acciones.

Fue momento de recibir con los brazos abiertos a la modernidad y el saber. Teníamos que evitar a toda costa que una nueva Peste Negra volviera a amenazarnos.

Las preguntas ahora son: ¿Qué sigue después del Coronavirus? ¿Cambiaremos nuestra forma de pensar? ¿Avanzaremos a un nuevo sistema que nos permita mayor igualdad entre seres humanos? ¿Aprenderemos de esta pandemia y revolucionara nuestra forma de pensar?.

Solo el tiempo lo dirá, lo único seguro es que nada volverá a ser igual.

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