El científico chino He Jiankui aseguró haber creado a los primeros bebés genéticamente modificados del mundo. Además, anunció que hay otra mujer embarazada de un embrión cuyos genes también fueron alterados.
Para ello, utilizó la técnica CRISPR/Cas9 en dos gemelas para hacerlas resistentes a enfermedades como el VIH, revelación que generó controversias y dudas tanto en la opinión pública como en la comunidad científica dentro y fuera de China.
El CRISPR-Cas es un sistema de edición genética que da la posibilidad de modificar el genoma para eliminar o incorporar secuencias de ácido desoxirribonucleico (DNA), que contiene las instrucciones genéticas para el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos y algunos virus.
Ante la Unesco llamó a evitar el “uso imprudente” de la edición genética y recordó la necesidad de demorar este tipo de prácticas hasta que se pruebe su seguridad y eficacia.
“Si la evolución de las técnicas de edición del genoma representa un progreso científico prometedor y potencialmente beneficioso para la humanidad, la Unesco recuerda a los gobiernos y a la comunidad científica los principios éticos de la Declaración Universal sobre el genoma humano y los derechos humanos de 1997”, apuntó.
De acuerdo con la agencia, se tiene que ser cauteloso con su uso porque las modificaciones genéticas “se transmitirán a las generaciones futuras”. Esta incertidumbre llevó, en 2015, a su Comité Internacional Bioético a pedir una moratoria en la aplicación a humanos.
Por su parte, Félix RecillasTarga, director del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, consideró lo hecho por el profesor He Jiankui, como “inadmisible e inaceptable, con graves implicaciones éticas y posiblemente con implicaciones negativas en un futuro”.
Félix Recillas-Targa comentó que anteriormente grupos de científicos ya habían reportado trabajos con embriones no viables. “Por lo menos habían tenido ese cuidado de no pretender que nacieran o llegaran a término esos embriones. Lo que se hizo fue experimentar para saber cómo funcionaba CRISPR-Cas en embriones humanos no viables”.
Y agregó que una de las razones por la cual la comunidad académica y científica está muy molesta con la noticia de He Jiankui “es que los embriones eran sanos, lo cual es éticamente inadmisible, en todo caso se hubiera esperado que fueran embriones con algún defecto genético y corregirlo y no a partir de embriones sanos, eso no es correcto”.
Ante este hecho, donde no hubo control en los experimentos, una revisión de pares, ni un protocolo detrás, ni la publicación en una revista científica seria, Recillas-Targa consideró que México debe unirse a las sociedades científicas que buscan legislar a nivel global la edición de embriones humanos.