En días recientes la violencia de género volvió a ocupar las portadas en los medios al darse a conocer el asesinato por motivos de odio de al menos 20 mujeres, una palabra ocupó o nuevamente la esfera pública o quizás nunca se fue, el feminicidio.
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Raquel Mosqueda Rivera, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, señala que el diálogo evita un enfrentamiento de géneros y que es necesaria una reflexión sobre el acoso y la violencia de género para detener el feminicidio.
Este acto de violencia, de acuerdo al Código Penal Federal, es aquel delito que se comete al privar de la vida a una mujer por razones de género. Al este respecto, Raquel Mosqueda Rivera, apunta que el feminicidio “no es un fenómeno espontáneo”, pero se precisa de una reflexión respecto a su naturaleza para frenar su práctica.
Mosqueda profundiza en los motivos: “existen causas más profundas que tienen que ver con fenómenos sociales, políticos y económicos… ya los feminicidios no ocurren solamente entre las clases bajas”.
Mosqueda Rivera añade que es necesario escribir, discutir, marchar y abrir un diálogo más allá de un señalamiento que catalogue la violencia social hacia las mujeres como parte de una práctica que deviene del machismo. “Aunque en la sociedad existe mucho enojo al respecto, hoy en día no sabemos cómo manifestar nuestro enojo, por tanto, no basta con enfrentarse a los hombres y provocar una separación de géneros”, comentó la investigadora en entrevista con UNAM Global.
El llamado a al diálogo y conjunto de acciones es parte de la recomendaciones de la especialista para detener el feminicidio
“Creo que hay una confusión clara entre los que es el acoso, lo que es la violencia de género, se está metiendo todo en un mismo saco y no se está haciendo una distinción..los hombres también sufren acoso y violencia y hay que incluirlos en el debate, todos debemos participar en esa violencia que afecta a todos, ahorita está tomando prevalencia las cifras de los feminicidios pero en este país estamos muriendonos todos”, asegura la investigadora.
“Se vale la discusión, se vale el diálogo, pero no el enfrentamiento sin argumentos. En este país nos estamos muriendo todos”, concluyó.
