Suena disparatado, pero un día podrías ser hackeado de la mente mientras estás durmiendo plácidamente.
No solo eso, también se podría manipular el comportamiento de la persona una vez que despierte, modificando los recuerdos en la memoria.
Un estudio sobre neurociencia demostró que implantar recuerdos en la memoria es posible, después de que recuerdos conscientes fueran insertados en la mente de ratones mientras dormían.
En la investigación a cargo del neurobiólogo Karim Benchenane, de la Escuela Superior de Física y Química Industrial de París (ESPCI), se implantaron recuerdos en el cerebro de los roedores dormidos, logrando interrumpir este proceso para crear nuevas memorias durante el sueño.
Los expertos aplicaron electrodos en dos partes del cerebro de los ratones: en el hipocampo y en el circuito de la recompensa. Primero se aplicaron en el hipocampo, una estructura que también se encuentra en el cerebro humano y que está encargada de funciones clave de la memoria y del manejo del espacio, que está constituido de “células de lugar”.
Cuando dormimos, el cerebro reproduce nuestras actividades del día, activando las “células de lugar” y las neuronas. En el caso de los ratones es un proceso similar, pues al dormir recuerdan el camino recorrido durante el día.
En ese momento se les aplicaron los electrodos en las fibras nerviosas del hipocampo y del circuito de la recompensa, área asociada a la sensación de placer.
Con la ayuda de una interfaz que permite visualizar la actividad del cerebro, el equipo científico implantó el recuerdo de un lugar recorrido por el ratón, y lo asoció con la sensación de placer.
Cuando el ratón despertó, se dirigió directamente hacia el lugar que le fue implantado para obtener “esa” recompensa que jamás existió. O existió de manera artificial.
La sensación sería como despertar un día con el recuerdo de un lugar, producto o evento agradable, e ir a ese lugar de manera consciente a buscar esa sensación de recompensa que nos resulta familiar, pero que jamás sucedió en la realidad.
Observando el comportamiento de los ratones y su actividad cerebral, gracias a los electrodos insertados en el hipocampo, los neurobiólogos pudieron determinar qué lugar estuvo asociado a cada célula durante el sueño, y por lo tanto estimular una célula del lugar en particular.
Después instalaron un dispositivo que enviaba un estímulo a los electrodos conectados a la recompensa, cada vez que se activaba una célula. Así los ratones podían asociar el placer con el lugar del recuerdo ficticio.
“El ratón desarrolla un comportamiento hacía una meta directa, un lugar preciso”, dijo el Dr. Benchenane. “No se trata de crearles un comportamiento automático (a diferencia de la hipnosis). Lo que hacemos es que el ratón haga una asociación entre un lugar en particular y una sensación de placer o recompensa que conscientemente se puede ir a buscar a ese lugar específico”, agregó en The Huffington Post.
El estudio titulado “False memories conjured in sleep” fue publicado en la revista científica Nature Neuroscience.
De la ciencia ficción a la ciencia de facto
Los científicos crearon con éxito recuerdos artificiales en los ratones. Pero, ¿será posible utilizar la misma técnica para alterar la memoria de las personas?
Investigadores han sido capaces de formar asociaciones subconscientes en las mentes dormidas, por ejemplo, para que los fumadores puedan dejar este hábito asociando el olor del cigarro a huevo podrido en sus sueños.
Benchenane considera que, por ahora, la técnica utilizada no podrá ser implementada para otro tipo de recuerdos, como habilidades o talentos.
Sin embargo, es un paso adelante. Loren Frank, de la Universidad de California, declaró en The New Scientist que los descubrimientos de Benchenane pueden ayudar a personas con depresión y al tratamiento de pacientes con esquizofrenia.
“Es sorprendente cuántas enfermedades neurológicas y psiquiátricas están relacionadas con la memoria, incluida la esquizofrenia y el desorden obsesivo compulsivo”, afirmó Frank.
El experimento aún no se puede aplicar al cerebro humano, pero de poder desarrollar una técnica aplicable a las personas, este estudio podría contribuir a la modificación de recuerdos traumáticos que llevan al estrés o a desarrollar fobias.
También podría conducir a lograr implantar habilidades dentro del cerebro humano.
“Si podemos identificar qué zona del cerebro se activa cuando una experiencia es asociada a un miedo irracional, podríamos ser capaces de recrear este mismo proceso de asociación, pero con recuerdos positivos”, dijo Benchenane.
Este estudio es un gran alcance médico, pero también despierta la polémica de los escépticos. Uno de ellos es Neil Burgess, de la Universidad College London (UCL).
Neil señaló que “el hecho de hacerlo mientras dormimos es lo que preocupa, porque eso puede implicar que se pueda hacer que alguien quiera algo, sin quererlo realmente”.
Y agregó que “esta aplicación podría ser para bien o para mal. Hay varias maneras de pensar este descubrimiento, sea para fines médicos, o a la Orson Wells”.