México sigue levantándose de los escombros, el duelo se percibe no sólo en la capital sino en los demás estados afectados del país, pero lo que importa es que la ciudadanía sigue en pie para reconstruir, sanar y continuar alerta ante la adversidad.
En palabras de Xyoli Pérez Campos, jefa del Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Valle de México soportó la hecatombe vivida el 19 de septiembre, pero todavía queda reflexionar y asimilar las consecuencias.
“Esa es una pregunta muy difícil (…) creo que la ciudad respondió lo mejor posible, pero nos deja una lección la cual debemos aprender”, comenta en entrevista para Reporte Indigo.
Pérez Campos recuerda que México es un país sísmico, que no hay manera de prevenir un temblor y que es necesario atender las indicaciones de Protección Civil para estar preparados ante otra situación similar.
“En cada situación y en cada lugar lo que toca para proteger nuestras vidas puede ser diferente, no es lo mismo estar en una planta baja que estar en un octavo, noveno o décimo piso, entonces toca revisar las instalaciones, acercarse a Protección Civil y consultar cual sería el mejor procedimiento”, argumenta.
Entendiendo las réplicas
La también investigadora egresada de la facultad de ingeniería de la UNAM explica que la alerta sísmica del pasado 23 de septiembre no es una réplica del martes 19 como mucha gente cree, es una réplica pero del movimiento telúrico ocurrido el día 7 de este mes.
“El sismo del 19 de septiembre es independiente, no es réplica, no tiene nada que ver con el del 7 de septiembre, sin embargo el del sábado 23 de septiembre, ese sí fue una réplica del sismo del 7 de septiembre. México es un país muy activo, entonces en cualquier momento podemos tener sismos de magnitudes moderadas a grandes y eso fue lo que nos sucedió en estas últimas tres semanas”, dice.
Del temblor que devastó la Ciudad de México y que provocó daños en los estados de México, Oaxaca, Puebla, Guerrero y Morelos el pasado martes se han registrado 39 réplicas, número que no ha cambiado desde el sábado 23.
A diferencia del temblor del martes, el epicentro del 23 de septiembre estuvo ubicado en Unión Hidalgo, Oaxaca, siendo réplica del ocurrido la noche del 7 localizado en el Golfo de Tehuantepec a 133 kilómetros del suroeste de Pijijiapan, Chiapas.
México siempre ha sido propenso a estas sacudidas sin poder prevenirse
No hay patrón definido todavía
De momento no se ha observado un patrón en la constancia sísmica en el país, es hasta después de un tiempo y tras observar con detenimiento que se puede establecer si hay algún indicio con precisión de por qué los movimientos tectónicos ocurrieron de esta manera.
“No se ha observado ningún patrón, uno de los problemas con los sismos es que realmente esos patrones se pueden llegar a identificar una vez pasados los eventos y que se haga un análisis exhaustivo de todo lo que pasó, en primera instancia no se ve ningún patrón anómalo que pueda indicar que está sucediendo algo diferente de lo que sucede en nuestro contexto tectónico”, dice.
No tiembla más, hay más registro
Pareciera que los temblores que azotaron al país son una señal del apocalipsis, que ahora hay mayor movimiento en las placas tectónicas, pero lo que argumenta Pérez Campos es que México siempre ha sido propenso a estas sacudidas, sin poder prevenirse.
“No está temblando más que antes, si uno hace la estadística nuevamente de sismos, –magnitudes arriba de 4.5 o de 5 que sería lo justo para analizar– como era en el pasado a como es ahora, esto porque la red en el pasado tenía muy pocas estaciones entonces sólo eran los sismos de magnitudes moderadas a grandes lo que se podía ver, vemos que el número es aproximadamente constante”, revela.
Hasta el día de ayer se tenían inscritas 39 réplicas del temblor ocurrido el 19 de septiembre, el que ubicó su epicentro a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos.
Oaxaca se reacomoda
Para la gente resulta alarmante que Oaxaca haya tenido más de 5 mil réplicas en los últimos días, pero Pérez Campos aclara que esto es normal debido a que desde el movimiento telúrico del 7 de septiembre, que fue superior a 8 grados Richter, se sigue moviendo el subsuelo.
“Los sismos muy grandes como fue el del 7 de septiembre, que tuvo una magnitud de 8.2 pueden generar muchas réplicas, esto es porque hay todo un reacomodo de la zona y lo importante es el número de réplicas que han sido mayores, es decir, para un sismo de magnitud 8.2 sólo se han tenido dos réplicas de 6.1”, comparte.
Hasta las 7:00 horas del día de ayer se tenían registradas 5 mil 4 réplicas reportadas de este sismo, esto tiene que ver con el número de réplicas pequeñas que se han presentado a lo largo de los 20 días pasados.
“Estas es posible verlas porque hoy en día tenemos más estaciones en la región, lo cual nos permite detectar toda esta sismicidad pequeña”, especifica la investigadora.