Año con año las plazas públicas del país son ocupadas por miles de mexicanos para dar el Grito de Independencia, un acto que conmemora uno de los momentos clave para el nacimiento de México como una nación independiente, sin embargo, en un inicio la lucha no tenía esa intención.
El grito que dan ahora los presidentes, gobernadores y demás funcionarios es muy distinto al que enunció el cura Miguel Hidalgo la madrugada del 16 de septiembre de 1810, principalmente por la ausencia de dos ‘vivas’ claves en el inicio de la Guerra de Independencia.
“¡Viva la religión!, ¡viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la América y muera el mal gobierno!”, gritó Hidalgo. A lo que el pueblo respondió: “¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!”, según la versión del historiador Lucas Alamán.
¿Por qué Hidalgo gritó ¡viva Fernando VII!?
El objetivo inicial del movimiento encabezado por Hidalgo, no era la expulsión definitiva de los españoles y la formación de una nueva nación, sino tomar el control de la Nueva España hasta que los franceses dejaran de ocupar el territorio español y Fernando VII volviera al poder.
La obra Nueva historia general de México, elaborada por investigadores del Colegio de México, narra como el francés Napoleón Bonaparte se hizo del trono de España, desplazó a Fernando VII del poder y en su lugar colocó a su hermano José I Bonaparte en 1808.
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La ocupación francesa en España generó un sentimiento de vacío en la Nueva España, pues mientras un grupo buscaba la instalación de un gobierno temporal, hasta que Fernando VII regresara, otra facción promovía que fuera el virrey quien gobernará lo que hoy es México.
Previo a aquel 16 de septiembre de 1810, ambos grupos sostuvieron varios enfrentamientos, los cuales no terminaron muy bien para quienes buscaban un gobierno provisional, por lo que este grupo comenzó a conspirar para en un momento clave poder concretar su plan.
¿Qué pasó entonces con Hidalgo y la Independencia?
Si bien Hidalgo y las cabezas de Los Insurgentes no buscaban la expulsión total de los españoles, la lucha que comenzaron el 16 de septiembre sirvió como detonante para expresar los reclamos del pueblo, conformado por una gran cantidad de campesinos que sufrían hambruna y malos tratos en la llamada guerra de castas.
De esta manera, lo que comenzó como un movimiento político, de a poco se transformó en un movimiento social, el cual tres años después, con José María Morelos y Pavón al mando, se quitaría la máscara y dejaría de tomar el nombre de Fernando VII como su razón de lucha.
El gran mérito de Hidalgo, y por el que probablemente se le considere como el padre de la patria, fue haber fusionado en un movimiento a los criollos en altos puestos y los sectores sociales más desfavorecidos por el régimen colonial, es decir, el origen de lo que hoy es México.
¿Y la Virgen de Guadalupe?
“¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!”, es otra de las partes que ya no aparecen el Grito de Independencia contemporáneo, pues en una nación laica esa frase sería considerada como suicidio político, pero en aquel entonces fue una de las claves del movimiento.
La Virgen de Guadalupe, como símbolo máximo del mestizaje, sirvió como punto unificador para todos los sectores de la sociedad; el resto es historia.