Por una justicia digital democrática tras la pandemia
Durante un conversatorio, Yasmín Esquivel Mossa, presidenta de la Segunda Sala del Máximo Tribunal, habló sobre el Sistema de Justicia en México, la Reforma al Sistema de Justicia en México y el papel que las mujeres juegan en él
Karina CoronaA raíz de la suspensión de actividades que impuso la pandemia debido al COVID-19 surgió una nueva realidad: la justicia digital, una estrategia para la modernización del sistema de justicia en el país, teniendo como eje rector las tecnologías de la información y de las comunicaciones.
Por ello, es posible promover una demanda de amparo e interponer recursos, consultar expedientes, celebrar audiencias, comparecencias, recibir notificaciones digitales, preservando la calidad jurídica mediante la implementación de la firma electrónica y el expediente electrónico.
Sin embargo, la ministra Yasmín Esquivel Mossa explica que, aunque exista una justicia digital democrática, existe el reto de romper la brecha digital, hacer efectivo el derecho de acceso universal equitativo, asequible y oportuno a las tecnologías de la información y a los servicios de internet.
“Es fundamental que todo abogado utilice los sistemas de información y digitalización porque a través de ellos puede estar enterado, en comunicación y actualizado en todos los temas”, detalló en conferencia.
La justicia en la sombra durante la pandemia
Otro de los temas relevantes pronunciados fue acerca de los efectos devastadores que ha tenido para las mujeres el encierro por la contingencia, ya que el confinamiento confirmó que el “hogar es el lugar más inseguro para las mujeres y sus hijos”.
La cifra de hechos de violencia que afectaron a las mujeres, a niñas, niños y adolescentes en el país llegó a cerca de 253 mil presuntos delitos, según el reporte al 30 de octubre del 2020 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad. Esto habla de la otra pandemia, “la pandemia en la sombra”, que ha cobrado un importante y lamentable número de víctimas.
La ministra Esquivel explicó que a raíz de la pandemia surgieron juicios como: violencia familiar, divorcios, conflictos laborales, causas penales y despidos, entre otros
“Juzgar con perspectiva de género no implica darle la razón a la mujer, implica ver las circunstancias de la mujer o de la persona que acude a exigir justicia que puede pertenecer a un grupo vulnerable también”, expresó.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se estima que entre enero y septiembre del 2020, nueve por ciento de los hogares experimentaron alguna situación de violencia familiar, advirtiendo un repunte en los meses de junio y agosto, lo cual sugiere que los efectos del confinamiento acentuaron la violencia dentro de los hogares.
Esquivel dijo que las cifras permiten ver que la violencia contra la mujer subsiste, que se ha instalado en la sociedad como el peor de los flagelos que pueden atacar a una comunidad.
“Es un reflejo de las estructuras mentales que venimos arrastrando desde siglos atrás, que justifican y aceptan conductas machistas. Cada vez se presenta en una menor medida y es lo que justifica una perspectiva de género, sustentada en principios de igualdad y no discriminación y que a la postre convoque y provoque un cambio cultural, de ahí nuestra insistencia en introducir la perspectiva de género en el quehacer jurisdiccional”.