Por una Ley de CTI democrática, plural y abierta
La doctora Alma Maldonado, miembro de la Red ProCienciaMX, comparte los tres puntos indiscutibles que se deberán considerar para la nueva Ley de CTI; además, explica la importancia de conservar al FCCyT
José Pablo EspíndolaUno de los retos más importantes de este año en materia de ciencia y tecnología es la creación y consolidación de una nueva Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) que siente las bases y permita un verdadero desarrollo de esta sector en el país.
Para la doctora Alma Maldonado, miembro de la Red ProCienciaMX, la nueva Ley de CTI deberá plasmar un espíritu democrático, plural y abierto. Además tendrá que contemplar, como lo hace la ley vigente, la importancia del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).
“Creo que el Foro en coordinación con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que es la instancia gubernamental directamente vinculada con el tema, y todos los sectores deberían de participar. El sistema es muy diverso y complejo, compuesto desde universidades autónomas e interculturales, hasta empresas, centros públicos, incluyendo las sociedades organizadas. La diversidad y la complejidad requerirán un gran esfuerzo de coordinación y apertura”, dice.
Para la investigadora del Cinvestav, el primer aspecto a discutir en esta nueva ley es la gobernanza del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, por lo que el debate debe trascender los periodos sexenales, porque las leyes son grandes marcos de desarrollo que trazan una ruta futura y donde quedan vertidos: proyectos, programas y políticas.
“Se tiene que establecer cómo se va a gobernar el sistema, quién lo va a coordinar, quiénes son los principales actores que deben formar parte de él, cómo se van a articular y quiénes tomarán las decisiones”, explica Maldonado Maldonado.
La también doctora en Educación Superior por el Boston College, EU, considera que el segundo tema a considerar es, sin duda, el financiamiento, porque no sólo se trata de cuánto se va a destinar en relación al Producto Interno Bruto (PIB), sino cómo se distribuye, maneja y cuáles son las prioridades.
“Se tiene que definir qué se considera como prioritario y eso es un debate nacional, por eso el tema del financiamiento va más allá del incremento al presupuesto pues abarca hasta los mecanismos de regulación”, asegura.
El tercer gran tema está ligado a cómo garantizar el derecho de los mexicanos a la ciencia y sus beneficios. “Sólo en una discusión plural, incluyente y abierta será posible encontrar los puntos de coincidencia”.