Prince: la historia del mejor espectáculo de medio tiempo en un Super Bowl
El músico acudió al estadio de los Delfines de Miami no para autopromocionarse, como lo hace la mayoría, sino para rendir un sincero homenaje al mundo de la música
Roberto Trejo¿Cuál ha sido el mejor show de medio tiempo en un Super Bowl?, es la pregunta que se hacen millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, los expertos y los melomanos dan una respuesta prácticamente inmediata: Prince.
Y es que lo hecho por el nacido en Minnesota durante la edición XLI del gran juego difícilmente puede ser superado; un artista que fascinó al público con un sincero homenaje a la música y que utilizó el pésimo clima del día a su favor.
La mañana del 4 de febrero de 2007, los espectadores en Miami, Florida, abrieron sus cortinas y se encontraron con una escena de dimensiones bíblicas; un poderosa tormenta caía sobre la ciudad que vería chocar a los Colts de Indianapolis y los Chicago Bears.
El diseñador de producción de aquel año, Bruce Rodgers, llamó nervioso y preocupado a Prince para saber qué harían ante la fuerza de la naturaleza; el artista tomó el teléfono y le preguntó una sola cosa: ¿puedes hacer que llueva más fuerte?
No se trataba sólo de una fuerte lluvia, hablamos de un clima que había cobrado la vida de varias personas dos días antes en Central Florida. Las condiciones para jugar eran bastante malas y lo eran mucho peor para un espectáculo musical.
Al finalizar el segundo cuarto, los Colts de Peyton Manning se llevaron la ventaja al vestidor (16-14). Entonces llegó el turno de Prince, mientras los miles de fanáticos en el estadio y los millones viendo por televisión estaban a la expectativa.
El escenario con forma del popular logo de Prince fue colocado a la mitad del emparillado, una versión de We Will Rock You de Queen comenzó a sonar, sumado a fuegos artificiales y relámpagos generados por Rodgers.
Prince y su guitarra emergieron del centro del escenario para tocar de manera salvaje Let’s Go Crazy. A su lado estaban ‘Las Gemelas’, dos mujeres afroamericanas que bailaban en tacones altos sobre un resbaloso piso cubierto de luces.
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El músico, quien utilizó cuatro guitarras inalámbricas para no morir electrocutado, siguió con Baby I’m a Star. Pero lo mejor estaba por venir, un detalle que mostró el porqué Prince fue siempre un artista diferente.
De su guitarra comenzaron a salir las notas de Proud Mary, el clásico de Creedence Clearwater Revival’s. Prince hizo una breve pausa y tocó All Along the Watchtower de Bob Dylan, una pieza mayormente conocida por la versión de Jimi Hendrix.
Durante toda su carrera, Prince mostró su poder para enloquecer al público, tal y como lo hacía James Brown, pero manteniendo el misticismo de Hendrix. La pasión, los gritos y los solos de guitarra de aquella noche en Miami son prueba de ello.
El siguiente tema en el setlist del artista fue la gran sorpresa de la noche. Prince tocó una energética versión de Best of You de los Foo Fighters, una banda a la que había criticado años atrás por hacer un cover de su canción Darling Nikki.
La música, la teatralidad, las luces y la fuerte lluvia que caía sobre el estadio prepararon al público para el gran clímax; se trataba de una canción que parecía haber sido escrita para ese momento exacto… Purple Rain.
Cuando comenzó a sonar la obra maestra del músico, todo mundo comprendió que Prince había transformado la lluvia de una situación adversa a ser parte del espectáculo. Era como si el músico hubiera ordenado que se cayera el cielo aquella noche.
El agua, las luces de tonalidades moradas y la letra de la lluvia purpura conmovieron a los millones de espectadores. En la parte final del show, Prince tiró el micrófono al suelo para que el estadio entero coreara la canción.
Las estadísticas muestran que aquel juego se lo llevaron los Colts de Indianapolis 29 – 17 ante los Chicago Bears; sin embargo, el verdadero ganador fue Prince y su irrepetible homenaje a la música.
Larga vida al príncipe…
