Psicológico, el otro daño

Miedo, insomnio, angustia y ansiedad son algunas de las secuelas que deja un suceso traumático como el sismo que golpeó al país. Autoridades y organizaciones ofrecen atención psicológica gratuita en la Ciudad de México
Azaneth Cruz Azaneth Cruz Publicado el
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Las afectaciones que dejó el sismo del pasado 19 de septiembre no sólo involucró la pérdida de vidas humanas, daños materiales, también está la desaparición de la tranquilidad de miles de ciudadanos que vivieron el terremoto más fuerte en los últimos años en la Ciudad de México.

En segundos, el movimiento de la tierra que perturbó la paz de adultos y niños alteró la seguridad de los mismos en sus hogares, oficinas, los albergues y en el caso de los menores de edad, la idea de reintegrarse al ciclo normal escolar.

Ante la emergencia, institutos de la salud mental y centros de estudios psicológicos salieron a ofrecer apoyo y terapia de forma gratuita a los damnificados y personas afectadas por la crisis.

Su intención es evitar que los trastornos afecten de forma permanente la vida cotidiana de las personas que sufrieron algún tipo de pérdida o que vivieron sucesos violentos y traumáticos durante el sismo.

¿Cómo ayudar?

Al no manifestarse con síntomas evidentes al ojo de la propia persona, ¿cómo se puede detectar que un individuo necesita ayuda de un especialista en la salud mental?

De acuerdo con Teresa Incháustegui, directora general de Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México (INMujeres), es probable que aquellos que sufrieron alguna pérdida humana o patrimonial tengan graves secuelas psicológicas que deben ser atendidas, sin embargo, no descarta que sea en otros ciudadanos incluidos rescatistas y voluntarios, en quienes que queden grabadas las impactantes imágenes del desastre.

“Podemos darnos cuenta que una persona quedó afectada psicológicamente cuando vemos en ella una mirada desenfocada, ansiedad, miedo, angustia, insomnio y otras alteraciones que provocan dolor en el cuerpo”, dice la directora general de INMujeres.

En muchas ocasiones los afectados son incapaces de detectar un problema psicológico después de un evento traumático, por ello es importante que si alguien visualiza una de las señales de alerta mencionadas por Teresa Incháustegui, lo invite a acudir a alguno de los centros gratuitos de atención psicológica ubicados en albergues y centros de acopio de la ciudad.

Y la falta de recursos psicológicos en situaciones traumáticas podría dificultar la forma en que se afrontan las adversidades que la vida va generando, alterando el pensamiento, agrandando los temores y evitando una reintegración adecuada a la vida cotidiana.

“Podemos darnos cuenta que una persona quedó afectada psicológicamente cuando vemos en ella una mirada desenfocada, ansiedad, miedo, angustia y otras alteraciones que provocan dolor en el cuerpo”
Teresa IncháusteguiDirectora general de INMujeres

Muestras de alerta

Algunas alertas que pueden mostrar los niños que necesitan ayuda psicológica son:

>> Angustia

>> Ansiedad

>> Insomnio

>> Alteraciones del sueño y en su alimentación, así como en el control de sus esfínteres

Apoyo psicológico gratuito

Organismos e instituciones como INMujeres, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía (INPI), el Centro Médico ABC y la Asociación Psicoanalítica Mexicana ponen a la mano de los ciudadanos números telefónicos y brigadas en diferentes centros de acopio y albergues para brindar atención psicológica.

>> INMujeres, brigadas y atención telefónica

Celular: 55 9199-0834

Celular: 55 5498-5541

>> Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía para la Intervención y Profesionalización Yollixmatiliztli S.C. (INPI)

Brigadistas y atención por mensaje vía WhatsApp para agendar citas gratuitas con especialistas

Celular: 55 2654-5057

>> Centro de atención telefónica para crisis y asistencia psicológica de la UNAM

Teléfono: 4162-6041

>> Asociación Psicoanalítica Mexicana

Teléfono: 5596-0009 Extensión: 1

>> Centro Médico ABC

Celular: 55 1353-4571

>> Centro Médico ABC Observatorio, Sur 136, número 116,

Las Américas, Ciudad de México

>> Centro Médico ABC Santa Fe, Carlos Graef Fernández No. 154, Col. Santa Fe, Cuajimalpa,

CP 05300

Los niños y su estado emocional

Los niños también pueden ser voluntarios y entre sus acciones están enviar cartitas a otros damnificados

La ayuda voluntaria ha sobrepasado las expectativas, en muchos de los casos la presencia de niños ha sido la constante en los centros de acopio y zonas de desastre pero, ¿cómo se le puede hacer parte a un menor de edad que quiere ayudar sin que se afecte su salud emocional?

“Los niños deben tener la información suficiente para que la comprensión de estas situaciones les permita no generar pensamientos catastróficos y, que de esa manera, no quede afectada su estabilidad emocional”, expone Adriana Mata, directora del Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía para la Intervención y Profesionalización Yollixmatiliztli S.C. (INPI).

Para la doctora Adriana Mata, la forma de hacer conciencia en los niños y enseñarles a apoyar a quienes más lo necesitan no tiene que ir precisamente de la mano a enfrentarlos a situaciones críticas, pues la interpretación emocional de ellos dependerá del tipo de crianza que hayan recibido y su carácter para superar una crisis.

“Existen niños más resilientes que otros, por tanto, las afectaciones después de episodios fuertes pueden limitar su vida cotidiana”, platica la directora del INPI.

Lo que puede llevar a un niño a vivir una situación de crisis es el “desconocimiento” sobre un evento catastrófico, en este caso, la incomprensión de situaciones como el sismo y las pérdidas que provocó pueden alterar su estabilidad emocional y hacer que –en una situación de riesgo– se incapacite para tomar acciones.

“Los niños pueden tener una actitud de acompañamiento o hacer cosas que acompañen a otros voluntarios, pero definitivamente acercarlos demasiado a las víctimas, no es conveniente.

Ellos pueden hacer cartitas a los voluntarios que están ofreciendo su trabajo, ayudar a preparar alimentos que posteriormente sean enviados por un adulto a todos los que ofrecen su esfuerzo en esta labor humanitaria e incluso con conocimiento de la situación, mandar en papel mensajes de ánimo a otros niños para que sientan que forman parte importante de un movimiento importante en el que ellos también ponen un granito de arena”, explica.

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