¿Puede un hombre ser feminista?… Esto es lo que dicen ellas

El feminismo es un movimiento de mujeres para mujeres, sin embargo, algunos hombres insisten en sumarse a éste y ocupar espacios exclusivos que han construido ellas
Roberto Trejo Roberto Trejo Publicado el
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¿Puede un hombre ser feminista? La pregunta correcta es por qué personas del sexo masculino insisten en asumirse y anunciarse como tal. Y no es que la etiqueta resulte denigrante ni nada por el estilo, pero detrás de dicha intensión parece ocultarse una incesante sed de protagonismo.

El sujeto que se asume como feminista, probablemente, ni siquiera ha terminado de entender qué es el feminismo, su historia y objetivos. Ya que el movimiento impulsa el empoderamiento de las mujeres ante la desigualdad y violencia sistematizadas que el patriarcado ejerce sobre ellas.

Como lo explica Esmeralda Martínez, integrante de Colectiva Insubordinadas, el objetivo central del feminismo es evidenciar y transformar las relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres; ya que ellas son quienes, históricamente, han sido sometidas por su contraparte.

“Muchos de los hombres que quieren participar o sumarse al feminismo, en particular, yo me preguntaría si no es otra vez una cosa de querer protagonizar la lucha, ocupar la voz y ser el centro del tema y de la atención”, indica Martínez en entrevista.

Sin embargo, señala la activista, esto no quiere decir que los hombres no tienen responsabilidad alguna en la transformación social, pero su trabajo no está al interior de grupos y espacios feministas, sino en su propio entorno e incluso en construir nuevos círculos de reflexión.

¿Qué pueden hacer los hombres?

Ahora, es necesario entender que los cambios en la masculinidad son en diferentes niveles, los cuales van desde lavar un plato hasta dejar de violentar física y psicológicamente a las mujeres; pues el machismo está implícito desde las acciones más cotidianas.

Por ejemplo, algunos hombres presumen ser distintos porque ayudan en las labores del hogar. Hay una gran diferencia entre ayudar y hacer nuestra parte. Trapear no es ‘echar una mano’ a la mujer con la que se vive, sino hacerlo porque ambos comparten y utilizan el mismo espacio.

Además, el sexo masculino tiene que hacerse responsable de su paternidad y no dejar todo el cuidado reproductivo y de crianza a las mujeres. Así como erradicar de su vida frases como “eso es cosas de mujeres” y “que lo haga ella porque es mujer”.

Otro punto es el económico, el hombre debe cuestionarse si no está limitando económicamente a las mujeres con las que convive. ¿Controlo el sueldo de mi pareja? ¿No la dejo trabajar? ¿Le pago menos a las mujeres, aunque hagan las mismas labores que los hombres?

Pero el nivel más extremo de violencia contra la mujer está en el acoso y el abuso sexual, así como en los golpes y vejaciones hacia ellas. La expresión más radical de este punto está en los feminicidios, violaciones y ataques, por ejemplo, con alguna especie de ácido.

Tendríamos que empezar por romper con los pactos patriarcales que hacen entre hombres cuando se pasan las fotografías de mujeres sin su consentimiento, cuando saben que su amigo fue un acosador o un abusador y no dicen nada (…) en situaciones más grandes deben dejar de acosar a las mujeres en el Metro, no deben permitir que sus mamás hagan todo el trabajo doméstico, deben de dejar de partir de la lógica de la competencia.
Esmeralda MartínezIntegrante de Colectiva Insubordinadas

Antes de sumirse como feminista, aliado o partidario del movimiento, el sujeto debería revisar con detenimiento si no está cayendo en ninguno de estos niveles de violencia contras las mujeres.

¿Qué opinan otras mujeres?

Para conocer si un hombre puede o no ser feminista, entrevistamos a cinco mujeres de distintas áreas para que nos compartieran su punto de vista:

Viridiana Saucedo – Analista de redes sociales

No, porque es una teoría sociológica que estudia cómo puede obtenerse la liberación de las mujeres, está hecha para resolver las opresiones de las que somos objeto por haber nacido mujeres. Más bien, los hombres se ven favorecidos en cierta medida porque se busca erradicar los estereotipos de género.

Leslie – Estudiante

Pienso que no. El feminismo es un movimiento por y para mujeres. Un hombre no puede ser feminista ya que las violencias u opresiones que sufre no son las mismas que las de las mujeres. Serían luchas distintas. El hombre no ocuparía un espacio en el movimiento feminista. Más bien, desde su lugar puede atacar las violencias que lo atañen, como el machismo. Tomar el espacio de privilegio que tiene con sus congéneres, concientizar y combatir esas violencias.

Jude – Comunicóloga

No puede, porque el feminismo es un movimiento de y para las mujeres, son ellas quienes deben protagonizar esta lucha social, quienes deben tener su propia voz. Los hombres, considero, pueden ser aliados. Más que protagonismo, es esta educación patriarcal de su presencia en esos espacios como para dar indirectamente su aprobación a lo que hacen las mujeres. Que, bueno, de alguna manera sí se puede tachar de protagonismo.

Estefanía Lazcano – Artista escénica

Un hombre no pude ser feminista. Yo soy feminista radical, o al menos estoy en el proceso de serlo, y desde el punto de vista de este feminismo asumo que la opresión de la mujer se debe a su sexo (biológico, no hay que confundir con género), enfatizando su capacidad reproductiva. Quiero decir que, incluso antes de su nacimiento, la mujer ya está condicionada en este sistema patriarcal como un humano que sirve al hombre.

La mujer nace con este estigma y pasa por un proceso por el que ningún hombre pasa, por ende, el hombre sólo puede entender hasta cierto punto el nivel de opresión que vive la mujer a lo largo de su vida, por decirlo de alguna manera: el hombre entiende la problemática “a medias”. Peeero hay un punto más importante que el anterior para decir que un hombre no pude ser feminista y es que el feminismo está pensado por mujeres para mujeres.

Mariel Otero – Periodista

No. Simplemente porque es un movimiento de mujeres para mujeres. Pueden ser conscientes e incluso estar de acuerdo, pero nunca considerarse feministas. Por más que lo entiendan jamás sabrán lo que es ser mujer. Sin embargo, eso no quiere decir que su participación no importe, desde su privilegio pueden hacer mucho, desde decirle al amigo que le gustan las menores de edad “que no mame”, hasta los hombres en altos cargos y con toma de decisión que pueden cambiar sus políticas y la brecha salarial. Los hombres no deben colgarse de un movimiento que no les pertenece, por eso se pide que no vayan a las marchas, porque al fin las que llevan el liderazgo son mujeres.

¿Por qué no son recibidos en las marchas?

Finalmente, para los hombres que insisten en acudir a las marchas feministas y que se quejan por no ser bienvenidos, aunque ellos tengan toda la intención de “apoyar” el movimiento, hay algunos puntos que entender.

Una de las cosas es que, justamente, por la violencia que han sufrido durante siglos las mujeres, ellas prefieren construir espacios de lucha sin la presencia masculina; no es un tema de discriminación sino de seguridad y de procurar algo que les ha costado mucho tiempo construir.

Otro punto es que los hombres tienen un sinfín de espacios en donde manifestar sus opiniones y posturas, por lo que resulta bastante invasivo que también quieran hacerlo en un espacio construido por mujeres.

“Hay grupos separatistas que piensan que construir espacios sólo entre mujeres, no sólo las va a empoderar, sino que son espacios más seguros, libres de violencia, espacios donde si una compañera va caminando, y eso ya ha pasado varias veces, no va a encontrar a su lado a su violador o al que le pegó a su amiga”, agrega Esmeralda Martínez.

Sobre los padres, hermanos, esposos, novios y amigos a quienes los feminicidios les han arrebatado a una mujer cercana, no es que no sean bienvenidos a las marchas, pero quizá la mejor manera de honrar la memoria de su ser querido es respetando los espacios en los que se lucha para que casos como esos dejen de ocurrir.

Los hombres jamás podremos ser feminista, pero tenemos en nuestras manos la responsabilidad de revisar y transformar nuestra propia masculinidad para conseguir una sociedad menos violenta para las mujeres.

Lee: Machismos cotidianos abonan a clima de violencia que viven las mujeres en México

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