No es punk, son residuos

Dentro de tres habitaciones del Museo del Chopo se encuentran los residuos del movimiento que se quedó, a lo largo de cuarenta años, con el nombre y la actitud, el Punk.

Cuartos blancos y deslumbrantes son los contenedores de pantallas, imágenes y frases que representan la actitud inconforme y de contracultura de esta exposición.

“Este trabajo no intenta exponer tal cual la historia del punk, lo que intenta es poner en relevancia las ideas que montan en marcha la estela de movimientos que se instalan en esa radicalidad”, comenta David G. Torres.

Azaneth Cruz Azaneth Cruz Publicado el
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Dentro de tres habitaciones del Museo del Chopo se encuentran los residuos del movimiento que se quedó, a lo largo de cuarenta años, con el nombre y la actitud, el Punk.

Cuartos blancos y deslumbrantes son los contenedores de pantallas, imágenes y frases que representan la actitud inconforme y de contracultura de esta exposición.

“Este trabajo no intenta exponer tal cual la historia del punk, lo que intenta es poner en relevancia las ideas que montan en marcha la estela de movimientos que se instalan en esa radicalidad”, comenta David G. Torres.

El curador David Torres expone que el Punk no sólo es el movimiento que se relaciona con la música, sino que también forma parte de una ideología y una manera diferente de entender el mundo.

La exposición es parte de un recorrido por el trabajo de aquellos artistas que se han sentido tocados por algunos de los elementos del punk, como la radicalidad y los cuestionamientos.

“El punk es básicamente rabioso e intenso, es un adjetivo que nos sirve para resumir una actitud frente a la cultura y la vida”, expresa el curador barcelonés sobre el movimiento.

Las salas son tan blancas como las nubes, parecería extraño sentirse relajado al hablar de un movimiento tan controversial, quizá porque son “restos” y al igual que lo que queda del alma se va a un lugar con mayor tranquilidad –o al menos eso cuentan-. Se respira tranquilidad, aunque los colores y el silencio no son los propios del movimiento, pieza por pieza todo se puede hilar.

El curador, quien porta un estilo relajado con camisa azul y pantalón de mezclilla, afirma que el punk funge más como una respuesta frente a una sociedad que tiende a alienar a los individuos y coartar la libertad.

No hay acciones, son sólo reacciones

“Esta exposición se refiere más a una actitud, a una palabra que nos sirve para resumir inconformidad”, dice David Torres.

En el silencio contrastante al de una melodía con el compás de las banquetas, las guitarras y letras de protesta, David comenta que el punk emerge en medio de la cultura de masas y que posee una suerte como expresión que permite que hoy en día sea llamado una actitud.

David Torres señala que los motivos de rebelión e incomodidad siguen existiendo en la sociedad, que sentirnos estafados y enojados es un sentimiento que lleva presente el punk.

“El arte sigue formando parte de un vehículo de inconformidad”.

La muestra se dirige principalmente al público joven, al representar un futuro que puede terminar con la desigualdad, la represión y el abuso del poder.

“Esta muestra de arte contemporáneo permite hablar de la constante puesta que pone en cuestión la propia entidad”, comenta David G. Torres.

Los ecos de esa actitud llevan en sí mismos los motivos que cargan la insatisfacción, el inconformismo, la pérdida de fe en el progreso o la crítica a los íconos del sistema, una práctica que es común entre algunos artistas.

“Uno trabaja en cultura porque tiene la necesidad de decir algo. La creación cultural, sea en el sentido que sea, sólo existe cuando hay un conflicto. Cuando hay la necesidad de aflorar ante esa situación”.

Donald Trump no es punk

Si pensábamos que Ronald Reagan era el demonio, Donald Trump lo supera con creces (…)”, comenta David Torres. De un momento a otro la paz de la sala que contiene todo el trabajo del barcelonés, levanta un telón de enojo e inconformidad al comenzar a hablar de Donald Trump.

“Al mundo le sobran personas como él, por eso no podría considerarse como punk, por el contrario, él formaría parte de un gran motivo de resistencia”, dice con enojo David Torres.

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