Hace años era muy complicado, casi imposible, que una mujer pudiera dedicarse a la música, más en el caso de la dirección o ejecución de algún instrumento. En su caso, Leticia Gallardo, directora oaxaqueña de Mujeres del Viento Florido, tuvo que hacer a un lado el qué dirán para ir tras sus sueños y tocar en una orquesta, las cuales estaban conformadas sólo por hombres.
Que una joven participara en una agrupación musical era mal visto, pues desde muy pequeñas, a Gallardo y sus compañeras de Santa María Tlahuitoltepec, les inculcaron que su rol era estar al cuidado del hogar. No obstante, su inquietud por crear un conjunto municipal que trascendiera en un ámbito que era exclusivo del género masculino, la llevó a formar la Orquesta Femenil Regional Mujeres del Viento Florido en 2006.
“Este tipo de espacios son muy importantes, pues en todo México hay prejuicios de lo que puede hacer, o no, una mujer, pero hoy en día veo más mujeres en albañilería, sitios donde no podíamos estar. Poco a poco nos vamos atreviendo a romper estos esquemas, los cuales nosotras tratamos de romper a través de la música”, relata la directora.
Y aunque Leticia explica el reciente papel de la mujer mixe en la música, se han hecho grandes logros. Ahora ya es posible que las niñas puedan integrarse a orquestas y expandir los universos sonoros femeninos, no solamente en Oaxaca, sino en diversas partes de México.
Además, le motiva que las juventudes tomen un instrumento y sean parte activa de una agrupación musical.
“Eso es lo que queremos, generar el mensaje de que si te gusta es posible. Con la agrupación demostramos que sí se puede, avanzando juntas nos damos fuerza, porque sola cuesta un poco más”, indica.
Todas las voces unidas
La lucha de Leticia Gallardo continúa, pues otra de las dificultades que tienen como orquesta es encontrar espacios, poder salir de su comunidad y llevar su música a otras entidades.
Por ello, parte de sus logros es presentar el concierto Por las que nunca tendrán voz, ocasión que les permitirá presentarse por primera vez en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
Este evento, además de ser un reflejo de todo el trabajo y esfuerzo para poder ejercer su sueño, es un homenaje a las mujeres asesinadas. Que la voz y la música sea la manera de decirles a sus familias que no las han olvidado y de mostrar una inconformidad ante los pocos esfuerzos por hacer justicia en un país feminicida.
“Hoy los tiempos son muy delicados para nosotras las mujeres, nosotras podemos decir a través de la música que queremos otro México, que las mujeres puedan hacer lo que les gusta, tengan mejores condiciones, que haya seguridad, tengamos una vida digna”, precisa.
“Nos acompañamos no sólo en el discurso, también en los hechos, tratamos de buscar las formas para no desanimarnos y que sea una experiencia que nos siga formando”
Así como Gallardo es fiel creyente de que la música salva y transforma, también espera que este concierto, en el que participarán Alejandra Robles, Vivir Quintana y Regina Orozco, sea una oportunidad para alzar la voz, recordar a las que ya no están y demostrar que, unidas, pueden lograr más cosas.
“Generalmente nos han enseñado que entre mujeres no hay unión y ahora está sucediendo lo contrario, todas tenemos cabida, todas las luchas son válidas desde diferentes territorios y creo que eso es lo que debemos hacer, juntarnos y desde esos espacios ir acompañándonos y que existan mejores condiciones para cada una de nosotras”, explica.
La esencia y cultura oaxaqueña llegará al corazón de la Ciudad de México con el programa Por las que nunca tendrán voz, integrado por canciones populares como “Flor de piña”, “Mujeres del viento florido”, “El feo”, “Alingo lingo”, “La bruja”, “Naila”, “La Llorona” y “Dios nunca muere”.
“Es un gusto que quieran escuchar nuestra música, porque hemos presentado muy poco en los teatros, por todas estas situaciones que hemos vivido, así que será una alegría tocar frente al público para difundir nuestra música”, destaca.
Aunque su camino la ha llevado a superar varios retos e ir contra estereotipos inculcados por la misma sociedad, Leticia Gallardo, con mucha entereza y seguridad, afirma que, mientras haya instrumentos y alma, los sonidos seguirán esparciéndose por el viento.
Ser integrante de una orquesta femenil ha sido duro y complejo, por lo que celebra llegar hasta este punto de su carrera, pues sabe que muchas mujeres necesitan estas referencias para creer.
“Sí hay apoyo cuando una se decide a ser artista, probablemente, puedas encontrar un mejor camino si conoces a un representante que te pueda acompañar, pero en el caso de la música tradicional es muy complicado. En las comunidades no existen las condiciones para poder ser músico, hay otro tipo de roles, responsabilidades en una mujer y ahí es donde nosotras queremos ser una referencia.
“Cuando llegas y la niña y la señora te ven que estás tocando y rompiendo con los mismos roles de siempre, creo que uno abre su mente, empiezas a crear un mundo de posibilidades, porque en las comunidades originarias es el doble o el triple de discriminación que sufren las mujeres”, resalta.
Otro de los avances que vislumbra es que las mujeres ya externan sus necesidades, incluso, si alguna sufrió discriminación o violencia, esto hace que cada vez crezcan colectivos de apoyo, confianza y resiliencia.
Sin embargo, Leticia confiesa que no le ha sido nada fácil, pues ve muy marcada la idea de que, entre mujeres, se genera mucha competencia.
“Como directora he aprendido a ser tolerante, sobre todo el ego, darle lo más bajo para que pueda funcionar esta agrupación, que todas tienen un sentir y voz diferente, cosa que hace muchos años me costaba, me desanimaba muy rápido, quería tirar todo, pero luego te dices ‘vamos poco a poco’. Esto me ha enseñado a ser respetuosa de la diversidad tremenda de esta banda y dirigirla a un mejor rumbo”, puntualiza.
Únete
Por las que nunca tendrán voz, concierto a cargo de la Orquesta Femenil Regional Mujeres del Viento Florido, se llevará a cabo el próximo sábado 5 de marzo, a las 19:00 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
