¡Violencia!, texto de Valeria Loera, galardonado con el Premio de Dramaturgia Joven, será publicado por el FCE

Quitarle la seriedad a la herida con la obra ¡Violencia!

¡Violencia!, texto de Valeria Loera, galardonado con el Premio de Dramaturgia Joven, será publicado por el FCE. Su autora espera que más lectores conozcan la historia de Violencia López, una mujer a quien la vida millennial la ha llevado al punto de quiebre

La actriz y dramaturga Valeria Loera, autora de ¡Violencia! encuentra en el teatro su salud mental, pues al momento de tomar su pluma y dejar que fluyan sus pensamientos confronta a sus demonios, deja que salgan y los exorciza.

Precisamente la soledad que sintió al vivir dos años en la Ciudad de México, lejos de su natal Chihuahua, le permitió inspirarse para escribir ¡Violencia!, obra que en 2020 fue galardonada, con mención honorífica, con el Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo Castillo, y que ahora será publicada por Fondo de Cultura Económica.

“No quiero decir que es autobiográfico, pero mi situación era bastante similar a la de mi protagonista, en el sentido que estaba pasando por una ruptura que en ese tiempo dolía bastante, ya ahorita más bien me da risa y oso, pero estaba con esa decepción amorosa, en una ciudad lejos de la mía, no tenía muchos amigos, me la pasaba encerrada en mi departamento”, narra Loera.

Siendo fiel a su humor ácido, sardónico y absurdo, la dramaturga escribió ¡Violencia!, texto que presenta la historia de Violencia López.

La joven protagonista, además de vivir constantemente con sus violencias e inseguridades, que la siguen y atormentan como fantasmas; sufre la pérdida de su padre acontecida hace varios años; su novio actor decide terminar la relación y, por si fuera poco, la relación con su madre no ha sido la mejor.

“Escribir este texto fue una especie de acompañamiento de mi soledad y de mi tristeza, pero quería encontrar la forma de quitarle seriedad a todo lo que estaba sintiendo, quería burlarme un poco de mí misma y eso está plasmado en la obra”, expresa a Reporte Índigo.

La clave de ¡Violencia! está en la risa

Valeria utiliza el humor para hablar de los problemas que le acontecen. Y aunque la sociedad pueda tachar este acto como “muy millenial”, la autora cree que es una herramienta con el poder curativo para vencer los demonios internos.

A lo largo de las páginas de ¡Violencia! hay pies de página donde, como autora, Loera se permite burlarse de las vicisitudes que acontecen a la protagonista, una especie de complicidad que ella añade con las y los lectores.

“Quizás sea algo muy millenial reírnos de todo, ocurre una desgracia y ya estamos haciendo memes, que no respetamos nada, pero la risa es nuestra forma de lidiar con todo lo terrible que puede ser el mundo. Gran parte de la comedia viene de la tragedia, de algo triste, desastroso; no sé si los seres humanos somos crueles por naturaleza porque nos da risa ese tipo de cosas, pero si uno se pone a pensarlo son raros los chistes que vengan de algo meramente bueno o positivo”, opina.

Aunque mucho de lo narrado pareciese haberse escrito durante la pandemia, la verdad es que Valeria lo hizo tiempo antes del confinamiento.

Por ello, la también actriz cree que su texto llegó en un buen momento para ayudar a las personas a sobrellevar sus propios demonios.

“Siento que tiene especial eco, o que no pudo haber sido mejor momento publicarlo ahora, porque a todos nos tocó pasar por este encierro, y enfrentarnos con las voces de nuestra cabecita. No es que me alegre de la desgracia mundial, pero de pronto pareciera que el mundo tenía que sufrir para que me fuera bien”, expresa en tono de broma.

Un amor propio

De esta forma, Valeria López da voz a las y los adultos jóvenes, externa sus inquietudes y miedos; habla de las cargas y expectativas que la sociedad les impone sobre el deber ser, cómo deberían vivir sus vidas y qué metas tienen que alcanzar.

“Eso genera una depresión terrible, porque los tiempos han cambiado, la visión, oportunidades y todo, no es lo mismo”, platica. Otro de los puntos en el que la dramaturga hace hincapié es las múltiples formas de violencia ejercidas por uno mismo, un tema pendiente que se debería abordar y reflexionar con más profundidad.

“Violencia es una mujer que, ante todo, es violentada consigo misma, con todo lo que se exige, creo que nos hace mucha falta tratarnos con ternura. Yo en el texto lo veo reflejado en el personaje del muñeco sexual, que le brinda a Violencia ese amor que tanto necesita, su eterno anhelo de sentirse querida, aceptada y valorada como es”, detalla.

En la obra también se abordan las relaciones interpersonales con los seres queridos. Valeria cree que en tiempos en los que se habla de relaciones tóxicas, es importante no olvidar que no únicamente se dan en pareja, sino que también pueden verse en la familia.

De esta manera, al poder apreciar su texto ya publicado, reflexiona que su más grande aprendizaje es, esencialmente, tratar de estar bien y en paz con las relaciones humanas, ya sea de pareja o familia, pero la más importante, con una misma.

Así como para ella ¡Violencia! fue un parteaguas para su carrera, pues le permitió estar en la búsqueda de su voz, confía esto llegue a más miradas.

“Un texto es interesante y exitoso en la medida que nos genera preguntas, de qué estoy haciendo con mis relaciones familiares, conmigo misma. A mí me gusta en mi dramaturgia involucrar al lector”.

“Siento que por fin terminé de definir mi inquietud como escritora, que por un lado es buscarle un plus a la lectura, con notas a pie de página o juegos en la tipografía y decir las cosas que me interesan abordar, como ahora que estoy trabajando teatro documental rescatando historias de Chihuahua, de terror, para la infancia y jóvenes audiencias, siempre con mis sentido de humor sarcástico y agrio bien marcado, es algo que no abandonaré”, concluye.

La dramaturgia hecha por ellas

Puesto que por mucho tiempo la dramaturgia estuvo dominada por hombres, Valeria cree existe una deuda con todas las mujeres del pasado que no tuvieron la oportunidad de escribir, o lo hicieron bajo un pseudónimo masculino.

“Tenemos que escribir sobre las cosas que como mujeres nos duelen, afectan y queremos denunciar. Cuando estaba en la universidad, hace siete años atrás, no se hablaba tanto de dramaturgas, siempre era la figura del dramaturgo, ahora ha sido un gran avance que las mujeres estemos luchando por nuestro derecho de escribir”, añade.

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