El mundo “ardió” por la muerte de George Floyd. Miles de personas se manifestaron mostrando su indignación ante el evidente racismo que vivió este afroamericano en manos de policías de Minneapolis, Estados Unidos.
Las protestas físicas llegaron hasta los jardines de la Casa Blanca, residencia que tuvo que apagar sus luces, acto que no ocurría desde 1889; mientras que en las redes sociales la gente mostraba su descontento con hashtag como #JusticiaPorGeorgeFloyd o #BlackLivesMatter.
En México, diversas personalidades explicaron lo irracional que es pensar que una persona vale menos por su tono de piel, sus rasgos físicos o sus preferencias sexuales; sin embargo, el comentario del influencer Juanpa Zurita provocó molestias.
A través de una historia en Instagram, Zurita compartió un video del actor Andrew Bachelor con el texto “Siendo de otro país siento que es muy difícil poder entender realmente la situación. En México no experimentamos este tipo de cosas”.
Pero, ¿realmente en México no se vive el racismo? Para varios investigadores este tipo de discriminación claro que está presente en el país, pero se ha invisibilizado o normalizado a tal grado que, al igual que Zurita, muchos mexicanos aseguran que no existe.
Para el doctor Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Universidad La Salle, el racismo en México es parte de toda la historia del país. Está desde la Conquista y la Colonia, pasando por el periodo de la Independencia y luego por el Porfiriato; en el siglo XX, con los procesos de migración del campo a la ciudad y la incorporación de las comunidades indígenas al desarrollo nacional.
El racismo, dice, es una forma de poder relacionada con la construcción de prejuicios y estigmas, de la que derivan procesos de normalización perjudiciales para la sociedad, pues contribuyen a la desigualdad, injusticia y violencia.
Gaytán Alcalá opina que el racismo no va a cambiar por decreto ni por leyes, menos va a desaparecer de un año para otro, sino que es algo generacional que se tiene que trabajar a largo plazo por el beneficio de todos.
“La discriminación no se va acabar por decreto, lo que tenemos que empezar a cambiar es nuestra cultura política. No se va a hacer con leyes, ayudan por supuesto. Este cambio, al menos, tardará una o dos generaciones adelante, por eso es importante empezar a señalar este tipo de conductas”, dice.
Los más discriminados por el racismo en México
El doctor Felipe Gaytán Alcalá indica que el mestizaje es parte de la identidad de este país y eso ha sido tratado en diferentes obras del pensamiento mexicano, por ejemplo, está la frase de José Vasconcelos “por mi raza hablará el espíritu” y su texto Ulises criollo; también está El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, o los trabajos antropológicos de Miguel León-Portilla.
Sin embargo, para el profesor Federico Navarrete, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, México seguirá siendo racista mientras se crea mestizo, pues el origen de su propensión a discriminar surge de la idea de que nos debemos mezclar.
“Este concepto, pretendidamente incluyente, en realidad excluye, pues define quién puede ser integrado y quién no, y deja de lado a grupos poblacionales importantes como los indígenas, a las personas de origen africano o asiático, o a los inmigrantes judíos y a otros grupos supuestamente incapaces de asimilarse”, explica.
Sobre lo mestiza, la sociedad siempre argumenta que la porción europea es preferible a la americana. “Deseamos el blanqueamiento de los indígenas, pero jamás la indigenización de los blancos”.
La principal problemática declarada que enfrentan como grupo es la falta de empleo, con 20.9 por ciento; le siguen la falta de recursos económicos, 16.1; la falta de apoyo del gobierno en programas sociales, 15.8; y la discriminación por su apariencia o lengua, 14.6 por ciento.
Esa misma encuesta arrojó que 2.4 millones de indígenas han experimentado al menos una situación de discriminación en los últimos cinco años. De ellas, 40.3 por ciento consideró que la causa que la propició fue su condición de indígena.
Para el investigador Andrés Medina Hernández, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, a partir del movimiento zapatista (1994), hubo un proceso de lucha y de búsqueda de espacios, pero “los pueblos indígenas en México aún no tienen un reconocimiento a sus derechos que considere sus diferencias culturales. Es una deuda pendiente como país”.
“Es una población activa y parte trascendente de la cultura, pero el racismo y las situaciones políticas no han permitido que se manifieste y forme parte importante de la sociedad nacional”.
Así que el hecho de que Juanpa Zurita, un joven de tez blanca y ojos claros, no haya sido discriminado por sus características físicas, no es muestra de que el racismo en México no existe, sino al contrario, es evidencia de los privilegios que tiene una parte de la sociedad.