Hace no más de dos décadas, si deseabas saber cómo viviste tu niñez era necesario recurrir a los viejos álbumes de fotografías que guardaba tu madre en el cajón de los recuerdos, pero hoy en día los niños están expuestos, incluso antes de nacer, a los ojos de todo el mundo, pues sus padres hacen pública su vida a través de las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram o Snapchat.
Un estudio de Nominet, empresa británica, revela que en promedio los padres difunden unas mil 498 imágenes de sus hijos en la red en los primeros años de vida.
Y es que las fotos de la pancita están de moda a los largo y ancho del planeta, además las imágenes con los pequeños son las que más likes generan en las redes sociales, estos representan la aprobación de los demás y generan satisfacción en las personas. Además, en un mundo dominado por las redes, muchos padres jóvenes consideran “importante” que sus pequeños generen una imagen y presencia en ellas.
Hasta ahora, ninguna otra generación de niños había tenido que vivir la experiencia de ver toda su infancia documentada intensa y públicamente de esta manera.
La tendencia global indica que muchos de los progenitores estén orgullosos de su vida digital, pero ¿qué sucederá con los niños, quienes no tienen posibilidad de elección sobre el asunto?
En la actualidad esos “primeros niños digitales”, también llamados Generación Z están alcanzando la adolescencia y la controversia sobre los derechos de publicación empiezan a plantearse de manera legal, pues no siempre les alegra la perspectiva de que sus primeros años de vida están viajando por todo Internet.
Nominet está investigando al respecto y ha logrado documentar casón los que niños, adolescentes y adultos jóvenes encuentran embarazosas algunas publicaciones que hicieron sus padres de cuando eran más pequeños. Ni qué decir del bullying al que se encuentran expuestos a lo largo de su vida.
¿Dentro o fuera de las redes?
Muchos expertos aconsejan no publicar las fotografías de los menores en cualquier parte de Internet, llámese Twitter, Facebook, o Instagram. “¿Acaso los padres van por la calle repartiendo fotos de su bebé a desconocidos?” le dice a BBC Mundo Nora Rodríguez, autora del libro “Educar a niños y adolescentes en la era digital”. Y se pregunta, “si no lo hacen en el mundo real, ¿por qué sí en el digital?”.
Rodríguez, pedagoga y experta en ciberacoso, afirma que existe una sobreexposición de los niños en las redes, debido a lo que se conoce como “narcisismo autista” de los padres. Asegura que estas prácticas no son una comunicación con los otros, por el contrario se da una conexión superficial “donde lo importante es mostrar, mostrar y mostrar, y soy mejor padre cuanto más fotos pongo y cuanta más gente gusta de ellas”. Por lo que para este tipo de padres la alegría de compartir imágenes es mayor que el peligro.
Entre la tendencia y la seguridad
No sólo está lo vergonzoso o el bullying que puedan sufrir, su seguridad también se ve afectada a escalas más alarmantes, ya que muchas fotos de menores acaban por ser usadas en sitios de pornografía infantil y no se pueden borrar de la red tan fácilmente, entonces ¿deberían los niños tener el derecho a vetar lo que sus padres publican de ellos en Facebook, Instagram o Twitter?
Tal vez los padres no se estén dando cuenta, pero al publicar las fotos y videos de sus hijos en internet están creando una identidad de sus niños que no siempre es bien recibida, dice el psicólogo Arthuts Cassidy, especializado en redes sociales para BBC.
Cassidy expone que “una de las mayores polémicas gira en torno a si los padres tienen el derecho a asumir el control sobre la identidad de sus hijos. Piensan que, como es su hijo, les pertenece su identidad. Pero los niños creen que pueden cambiar y controlar esa identidad digital”, asegura el experto.
Las historias sobre la privacidad en el mundo digital suelen advertir a niños y adolescentes sobre los peligros de publicar demasiada información personal en internet. Pero, en este caso, son los padres quienes están en el punto de mira.
Registro digital
La tecnología lo ha cambiado todo, ahora las redes sociales cuentan con nuevos recursos, Facebook tiene reconocimiento facial, lo que significa que cualquier persona puede ser reconocida por las bases de datos sólo por su rostro, sin importar la edad.
Justine Roberts, fundadora y directora ejecutiva del sitio web para padres Mumsnet, afirma que “los padres no tienen ‘instinto natural sobre lo que debería ser el nivel adecuado de las fotos en redes sociales. No nos hacemos a la idea de lo que es ser ese adolescente y que estén todas esas imágenes tuyas en internet. Para algunos padres, la opción más segura es evitar las redes sociales por completo”.
Generación Z: en línea
Pero los bebés y niños de hoy enfrentarán retos que los adultos no conocemos. Ya son pequeños digitales. Van a vivir toda su vida en la red. Nosotros nunca tuvimos ese problema, así que no sabemos que riesgos hay.
Hay que educar a los pequeños en la reputación online. “Cuidar su imagen, no publicar más información de la que queremos que tengan terceras personas. No regalar información a quienes no conocemos”, puntualiza Ofelia Rodriguez.