Los hombres y las mujeres no pueden ser amigos. Simple y sencillo. Se pueden dar casos de amistad entre ambos sexos, sí, pero es casi imposible que esa relación permanezca por siempre como una amistad, según la ciencia.
Al menos así lo determinó un grupo de expertos de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) , en su estudio titulado “Benefit or burden? Attraction in cross-sex friendship”, en el que se establece que los hombres y las mujeres tienen una percepción muy distinta de los mensajes que reciben del sexo opuesto.
Por increíble que parezca, son ellos quienes primero malinterpretan las señales, de acuerdo a esta investigación que fue publicada en la revista científica Journal of Social and Personal.
Este estudio a cargo de la psicóloga Abril Bleske-Rechek señala que la amistad entre hombres y mujeres es imposible ya que una de las partes desarrolla –tarde o temprano– un grado distinto de atracción sexual.
Bleske-Rechek pone un ejemplo puntual: cuando hace frío y el hombre le presta su chamarra a una amiga, ésta percibe una señal de amabilidad y amistad, mientras que él está enviando –en ocasiones de manera inconsciente– una clara señal de la atracción que siente hacia ella.
Los malos entendidos amorosos empiezan cuando un hombre y una mujer caen en la “friendzone” y/o cuando el hombre envía señales de atracción sexual, con la sensación de que es correspondido, mientras que ellas sólo están respondiendo a una actitud gentil.
Claro, esto siempre y cuando la mujer no haya involucrado un sentimiento o desarrollado atracción sexual previo a que se formara la relación amistosa.
Además, hay un factor crucial en una relación entre un hombre y una mujer y ese es la química, que innegablemente puede ir acompañada de un grado mayor de atracción sexual.
Los expertos indicaron que los casos en los que la amistad entre hombres y mujeres ha sido fructífera se dan porque para alguna de las partes el otro es poco atractivo o simplemente no despierta su interés sexual en un grado que impulse el desarrollo de sentimientos e interés más allá de ser “cuates”.