En las últimas horas, algunas de las empresas de lácteos más reconocidas en México se han visto envueltas en una gran discusión con la Secretaría de Economía y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El martes pasado, empresas como Danone, FUD, Lala, Zwan, El Parral, Nochebuena, Frankly, Premier Plus Cuadritos, Caperucita, Galbani, Selecto Brand, Burr, y Walter, entre otras, fueron señaladas por dichas autoridades porque algunos de sus lácteos, quesos y yogures naturales no cumplen con las Normas Oficiales Mexicanas.
Entre sus principales incumplimientos destacan que sus productos lácteos tenían la leyenda “100 por ciento de leche” sin serlo, contenían grasa vegetal como sustitución de leche, y azúcares adicionales en productos que no las deberían tener.
Sin embargo, luego de que se publicó dicho comunicado, algunas de las empresas, como Lala, Danone y Mondaléz, alzaron la voz, asegurando que el informe había sido sorpresivo, ya que cuentan con las evidencias que contradicen a las autoridades.
Danone explicó que a inicios de este mes se dieron a conocer sus nuevos etiquetados, luego de que la Profeco hizo observaciones a productos como Benegastro Yogurt natural y Danone Yogurt natural; sin embargo, dejaron la puerta abierta al diálogo, justo como lo hizo la empresa Mondaléz, de los quesos Philadelphia.
“Trabajamos todos los días para elaborar alimentos nutritivos de calidad que generen bienestar a las personas durante todas las etapas de la vida. Todos nuestros alimentos cumplen cabalmente con las normas que los regulan”, señaló por su parte, Grupo Lala.
Al respecto, el doctor Carlos Alberto Jiménez Bandala, de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, comparte que es importante considerar la posición de las empresas, darles un espacio para que puedan demostrar sus evidencias y tengan una base de defensa.
“De no hacerlo, que las empresas asuman su responsabilidad social y rectifiquen. Esta acción me parece sumamente importante, porque los consumidores necesitamos información clara. Ya será responsabilidad de nosotros si lo compramos o no”, menciona.
En entrevista, el también académico explica que sin duda una de las repercusiones más grandes que recibirán las empresas, luego del oficio de las autoridades, es que su imagen corporativa resultará dañada.
Para él, es la imagen uno de los aspectos más relevantes para las compañías, pues es lo que presentan ante el consumidor y los accionistas, y de resultar perjudicada, con ello se iría a la baja la venta de otros de sus productos, ya que la gente dejaría de confiar en ellos.
“Que la gente pierda credibilidad sobre su marca hará que no solamente dejen de vender un producto, sino toda una línea porque el consumidor desconfía de ellos”, detalla.
De acuerdo con el doctor, para mejorar su posición, las empresas tendrán que cambiar el etiquetado de sus productos, señalando que no son hechos cien por ciento de leche, o aclarar que son imitaciones de algún tipo de queso.
Además, enfocarse en otro etiquetado, dice el doctor, incluso podría ser más benéfico para la población, pues sabría qué consume y qué no.
La importancia de los ingredientes en los lácteos y productos
Uno de los señalamientos que hicieron las autoridades a las empresas, especialmente a las que producen quesos, es que a sus productos les agregan grasas vegetales para sustituir la leche que deberían tener.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana de 2018, este producto debe contener un mínimo de 10 por ciento m/m de proteínas propias de la leche, excepto para queso petit suisse, cottage, crema y doble crema, mismos que deben ser al menos el 5 por ciento m/m de proteína.
Al respecto, la doctora Elvira Sandoval Bosch, nutrióloga y académica del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, detalla que una de las características principales para la denominación del queso, es que éste solamente puede tener grasa de origen de la leche de vaca, de lo contrario se tiene que especificar.
“Cuando el productor o fabricante hace una sustitución y/o adición de grasa, tendría que ser denominada de otra manera, pero no queso, esta información es importante para el consumidor para que puede elegir lo que está consumiendo”, asume.
La especialista explica que si se sustituye la grasa original del queso por alguna grasa vegetal, habría que investigar qué clase de grasa se le está agregando, pues si es hidrogenada, ésta puede resultar dañina para la salud.
Las grasas hidrogenadas se forman al convertir aceites a grasas sólidas, con el objetivo de obtener una mejor textura y estabilidad en productos de repostería o golosinas. Su riesgo radica en que puede incrementar el colesterol “malo”, y aumentar la probabilidad de presentar enfermedades cardiovasculares.
Desde esa perspectiva, la doctora destaca que lo más importante es saber qué se está consumiendo, por eso es esencial saber leer los ingredientes o etiquetados para conocer todos los productos a detalle.
“Siempre es importante acercarse con el nutriólogo, es quien tiene la formación para el cuidado de la alimentación y la nutrición en beneficio de la salud (…) Si se acercan a uno les puede ayudar a identificar cuál es el alimento, el tipo de queso o de yogur que mejor les funciona a su estado de salud”, resalta.