Ritmos peligrosos
Un estudio reciente reveló que el riesgo de tener un accidente no desaparece cuando dejas de buscar en algún dispositivo electrónico la canción que deseas escuchar, sino que el simple hecho de escucharla también repercute negativamente sobre la atención que pones el manejar.
Ana Paulina ValenciaUn estudio reciente reveló que el riesgo de tener un accidente no desaparece cuando dejas de buscar en algún dispositivo electrónico la canción que deseas escuchar, sino que el simple hecho de escucharla también repercute negativamente sobre la atención que pones el manejar.
Investigadores de la Universidad de Ben-Gurion, en Israel, reclutaron a 85 conductores de alrededor de 18 años de edad, y les asignaron seis viajes de casi 40 minutos a cada uno. En dos de los recorridos escucharon música elegida por ellos mismos, en dos una lista diseñada para tranquilizar –rock suave y jazz ligero– y en los otros viajaron en silencio.
Instructores de manejo experimentados acompañaron a los jóvenes para analizar su comportamiento y en cada vehículo había dispositivos que registraron sus movimientos.
Los conductores calificaron su humor al terminar cada uno de esos seis recorridos.
En todos los casos se cometieron más de tres errores durante los seis viajes, 27 de los sujetos tuvieron que ser reprendidos verbalmente y en 17 ocasiones fue necesario que el instructor interviniera pisando el freno o corrigiendo la dirección del volante.
El 98 por ciento de los jóvenes tuvo faltas mientras escuchó su propia música, el 92 por ciento mientras no tuvo música que escuchar y el 77 por ciento cometió errores cuando se reprodujo una lista de música diseñada para no estimularlos en exceso.
Los hombres fueron más agresivos y cometieron errores más graves que las mujeres, y en todos los casos eligieron un volumen de sonido mayor con la lista de su música preferida.
Las calificaciones sobre su humor fueron mayores cuando los conductores pudieron elegir la música para escuchar mientras manejaban.