Rockestra: ¿El día que Paul McCartney desperdició a los mejores músicos de su generación?
El exbeatle reunió para una canción a estrellas de The Who, Pink Floyd y Led Zeppelin, sin embargo, el resultado no hizo justicia a la alineación
Roberto TrejoSi existe alguien realmente influyente, no sólo en el universo del rock, sino en toda la industria musical, ese es Paul McCartney; por lo que una convocatoria suya siempre atrae a grandes artistas dispuestos a todo con tal de colaborar con la leyenda viviente del Cuarteto de Liverpool.
Esta condición quedó de manifiesto el 3 de octubre de 1978; fecha en que el exbeatle convocó a algunos de los más grandes músicos de su generación para colaborar en un par de temas de lo que, a la postre, sería el último álbum de su banda Wings, titulado Back to the Egg.
Hace 40 años, el bajista demostró su capacidad de convocatoria al reunir en los estudios Abbey Road a John Bonham y John Paul Jones, ambos de Led Zeppelin; Pete Townshend de The Who; David Gilmour de Pink Floyd; y otros grandes músicos como Gary Brooker y el percusionista Ray Cooper.
Esta reunión de talentos legendarios en un mismo espacio, bajo la total dirección del genio de McCartney, se antojaba para la creación de una de las mejores canciones en la historia del rock o, al menos, un buen clásico; por desgracia, el resultado fue bastante desalentador.
Rockestra Theme, fue el nombre del producto obtenido de aquella sesión. La pieza no es para nada mala, pero deja mucho que desear por la poderosa alineación detrás de ésta. En cualquier otra banda, la canción sería un gran logro, pero para este supergrupo resultó más una especie de palomazo, que un verdadero esfuerzo por crear una orquesta de rock.
Criticar cualquier objeto relacionado con los “fabulosos cuatro” resulta bastante peligroso, sobre todo en redes sociales, donde existe una especie de “policía beatle”. Pero es que si se revisan las obras de los miembros de la Rockestra con sus respectivas bandas, esta pieza parece un juego de niños.
Si uno escucha composiciones como Hey Jude, Black Bird o Helter Skelter de McCartney; la guitarra en Comfortably Numb o Wish You Were Here a cargo de Gilmour; Baba O’Rilley o Pinball Wizard de Townshend; o prácticamente cualquier canción de Bonham y Jones en Zeppelin, notará que ese conjunto de estrellas daba para más.
Por ejemplo, McCartney había invitado al virtuoso guitarrista Jeff Beck, quien puso como única condición poder alterar su parte de guitarra; algo que el bajista rechazó y canceló la invitación. El baterista Keith Moon, también de The Who, había aceptado participar, pero murió semanas antes de la grabación.
Aunque la canción no es la panacea del rock, pasó a la historia por haber ganado el primer premio Grammy por Mejor Interpretación Instrumental de Rock; una categoría que, para ser sinceros, suena bastante forzada.
McCartney reunió a la Rockestra una vez más, a finales de 1979, para los conciertos en favor de Kampuchea, cuya población sufría los estragos del genocidio en Camboya, encabezado por Pol Pot. La ONU y el músico decidieron organizar cuatro días de shows para ayudar a las víctimas.
Los conciertos realizados en Londres, los días 26, 27, 28 y 29 de diciembre, contaron con la participación de Queen, Ian Dury, The Clash y The Who, entre otros. Sin embargo, fueron Wings y la Rockestra los encargados de cerrar aquel titánico esfuerzo.
El exbeatle lanzó una broma contra Townshend antes de comenzar; segundos después, el músico Laurence Juber caminó detrás del guitarrista de The Who y le colocó un sombrero plateado, pero éste no tardó en quitárselo y arrojarlo al público.
Durante el resto de la actuación Townshend actuó como un verdadero cretino, robándose la atención y dando la espalda al público y a McCartney en distintas ocasiones, mientras el resto de sus compañeros no podían evitar expresiones de sorpresa y molestia.
Pese al incidente, los conciertos fueron un éxito y lograron su cometido.
Tal parece que la situación y las anécdotas alrededor de Rockestra Theme resultan más interesantes y memorables que la propia canción.
Actualmente, el tema rara vez se escucha en la radio, lo que da la sensación que McCartney desperdició a los mejores músicos de su generación en un palomazo de lujo.