“¿Cómo puedo hacer un disco que refleje lo que estoy viviendo, cómo me estoy sintiendo y quién soy en este preciso instante?” Fueron las preguntas que se hizo la cantante Rosalía y que le dieron origen a Motomami.
Este nuevo material discográfico es como un océano que envuelve y revuelca a aquel que lo escucha. Sus olas arrastran a la gente entre diversos géneros musicales, sensaciones, emociones y referencias. Así se disfruta del disco conformado por 16 tracks.
Sin dejar el flamenco, que fue el género que la catapultó como una estrella internacional, la catalana se adentra en nuevos ritmos como el free jazz, reguetón, bolero, la música oriental, dance, bachata, electro y trap.
“Quiero que mi carrera sea una carta de amor hacia la música en sí, no a unos géneros sí y a otros no; así, en todo momento he querido dar cabida a todo eso”, expresó la cantante, durante su visita a México.
Por eso, Motomami busca derribar los prejuicios y defender la idea de que no existe un estilo musical mejor que otro, sino reconciliarlos entre sí para que la gente los disfrute por igual.
“Probablemente, el trabajo de un artista contemporáneo tenga muchas referencias de distintos lugares diferentes y las dejará ahí sin juzgar, aunque parezca que no tengan sentido. Estamos tan expuestos a muchos impulsos que creo que no hay nada más honesto y bonito que celebrar y dejar que se incluyan y formen parte de lo que una hace y es”, aseguró.
Motomami permite conocer un poco más de la esencia de Rosalía, quien, asegura, es su trabajo más introspectivo. Fueron tres años de trabajo intenso en Estados Unidos alejada de su familia, ya que, debido a la pandemia, tenía miedo de ir a España y que no la dejaran regresar.
Saoko”, “Hentai”, “La fama”, “Sakura”, “La combi Versace”, “Como un G”, “Delirio de grandeza”, “Bizcochito”, “Diablo”, “Bulerías” y “G3 N15”, son algunos de los 16 temas que ya se pueden escuchar en las plataformas digitales.
“Hubiera querido sacarlo en 2020, pero al final ha tomado tres años, y esa ha sido la duración, cada proyecto necesita sus propios tiempos y yo he querido darle el tiempo que era necesario para obtener el resultado que quería”, dijo.
Con este disco, Rosalía celebra la transformación, que considera parte de la vida, pero también la espiritualidad, el paso del tiempo, la sexualidad, y el trabajo de muchos músicos que quiere y admira, como Patti Smith y Janis Joplin.
El autorretrato de Rosalía
Cuando uno ve, a lo lejos, la vida de otras personas puede parecer que es un caos, pero al adentrarse la sorpresa es que más bien “es un caos ordenado”, donde todo tiene una razón de ser, así pasa con el tracklist de Motomami.
“Está hecho así, adrede, buscando esa sensación de cómo reflejo todas estas vivencias, feelings y pensamientos que corresponden a un plan, cuando yo digo en ‘Saoko’ ‘yo manejo, Dios me guía’, tiene que ver con ese plan y al final, cuando hago el tracklist, es porque mi vida se sentía así, como un constante sube y baja, como estar rodeada de mucha gente de golpe, luego completamente sola en aislamiento, como en un roller coaster”, explicó Rosalía.
En todo momento la cantante intentó que este trabajo fuera muy personal, que realmente fuera un material autobiográfico, cosa que en otros proyectos nunca hubiera sido así. Por ello, la escritura fue importante, por lo que buscó hacerla desde otros lugares, códigos y estilos.
“Tenía que ver con inspirarme en cómo se hacía la escritura automática, hacer letras más abstractas, o de golpe y super crudas. Tiene que ver con referencias, estilos y códigos distintos, y ante todo es intencional, porque es otra sonoridad y otra propuesta, porque es un momento diferente y yo me siento distinta, entonces, es importante que a medida que pase el tiempo y yo cambio con él, mi música se afecte y mi sonido refleje lo que realmente está pasando para mí por dentro”, indicó.
“Espero con el tiempo justiciero que retornes buscando una ilusión de amor. Y volverás a mí, así lo espero, así lo espero, mujer sin corazón”, canta la catalana en “Delirio de grandeza”, una canción que le rinde homenaje al bolero y al danzón, tan típicos de América Latina.
Mientras que en “Como un G” dice “si no lo puedes tener, mejor dejarlo ir. Qué pena cuando quieres algo, pero Dios tiene otros planes pa ti. No me enamoro de nadie, jura’o, como un G. Ni escribo canciones de amor, pero en esta me doblo por ti”.
En la canción “La combi Versace”, Rosalía hace dueto con la cantante urbana Tokischa; sin embargo, no es la única mujer que la acompaña en este material, ya que su abuela, la “motomami original”, también participa con un mensaje importante al final de uno de los temas.
“La familia siempre es importante, lo más importante después de Dios”, expresa la abuela en “G3 N15”.
“Como les echaba mucho de menos, ‘G3 N15’ es una carta a alguien de mi familia que yo quiero mucho y que yo estaba lejos de esa persona y pensaba ‘no estoy para esa persona ahora mismo, pero cómo le hago para que cuando crezca entienda que le tenía muy presente y que le quiero mucho’, así que cuando lo escuche lo sabrá”, comentó.
El mensaje de la abuela que se escucha al final fue una nota de voz que le mandó por WhatsApp cuando estaba en el estudio, por lo que pensó “por qué no voy a poner a mi abuela si ella es la motomami original y mi madre también”.
Tanto su madre como su abuela, confesó, son sus grandes inspiraciones, porque son unas motamami de pies a cabeza.
“De pequeña me llevaba mi madre en una en un Harley, vestida de leather (cuero), con sus botas, su melena rubia rizada y con sus anillos y pendientes, de ahí es que viene todo. Hay mucho de ese tono, de estar trabajando, de que a una no se le cae el anillo”, recordó.
“No ha sido fácil, pero creí en el proyecto, tiré hasta el final, y estoy contenta de no haber tirado la toalla”, platica con orgullo.
El nombre
Motomami muestra la dualidad que vive Rosalía, por un lado, “moto” es como el lado más agresivo, y “mami” el más vulnerable, por eso hay canciones que tienen que ver con el movimiento y otras con la fragilidad.
“Me interesa no quedarme en un solo lugar de fragilidad o fuerza, sino estar transitando ambos, porque al final la vida tiene que ver con eso, con estar en constante cambio y, a veces, tiene que ver con contradecirse, así es el ser humano, por ello la contradicción y el cambio son parte de nosotros”, explicó.
Inspiración de la portada
En el disco se puede ver a la Venus, de Sandro Botticelli, pero portando un casco que cobra importancia cuando no hay tela sobre el cuerpo.
“Creo que hay una pureza en un cuerpo desnudo y hay un poco de graffiti, porque eso es la inspiración a nivel visual, hay mucho de remango y me pongo a dibujar y a escribir, porque así se ha sentido en el estudio”, compartió.