Desde Nuevo México, en la calma del desierto y la solitud, Eleanor Arroway explora los confines del Universo con radiotelescopios y con la esperanza de encontrar algo más que puntos distantes en el cosmos.
Bajo el financiamiento del estudio Search for ExtraTerrestrial Intelligence o Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés) fue como Arroway logró detectar radiofrecuencias que provienen desde la estrella Vega, la cual se encuentra a 26 años luz de distancia. Eso desató parafernalia en el mundo entero, por la posibilidad que representa de hallar vida fuera de nuestro planeta.
Sagan apuntó en una nota final de su libro que su más sincero anhelo “es que este libro quede desactualizado por el avance de los descubrimientos científicos verdaderos”.
Apenas el 10 de septiembre pasado, el SETI Institute —que existe en la realidad desde 1984 y fue financiado por Sagan en sus inicios— dio a conocer que con ayuda de inteligencia artificial captó Ráfagas Rápidas de Radio (FRB, por sus siglas en inglés) provenientes de FRB 121102, con 72 repeticiones en cinco horas. Estos pulsos ya habían sido detectados previamente en abril, teniendo 21 de ellos en menos de una hora.
Al día de hoy, FRB 121102 es la única fuente que ha emitido estallidos repetidos captados por el SETI Institute lo que abre la incógnita: ¿Hemos llegado al fin a un “Momento Contacto”?
Andrew Siemion, co-autor del estudio, el ex astronauta Rodolfo Neri Vela y el astrónomo Pedro Antonio Valdés Sada aseguran que es demasiado pronto vaticinar que se traten de señales inteligentes, pero abren las posibilidades sobre que las frecuencias sean o hayan sido emitidas por un cuerpo celeste.
“Me encanta la película Contacto, y es muy especial para nosotros aquí, ya que el personaje principal, ‘Ellie’ Arroway, estuvo parcialmente basado en la cofundadora del SETI Institute, Jill Tarter (…) Este trabajo nos muestra que hay muchas señales que nuestros algoritmos actuales no captan, incluso para los tipos de señal de los que sabemos mucho, sobre pulsos dispersos. Los nuevos descubrimientos en astronomía nos mueven absolutamente hacia un “Momento Contacto””, especifica Siemion, para Reporte Índigo.
El primer mexicano en el espacio, Neri Vela, argumenta que como ingeniero en telecomunicaciones le asombra que estos rastros hayan podido ser detectados, ya que recorrieron tres mil millones de años luz, y es posible que la galaxia que emana las radiofrecuencias ya no exista.
“Para poder transmitir, si así fuera, deberían de haber utilizado potencias enormes, ya que las señales se van atenuando con la distancia y por dispersión, y tres mil millones de años luz no es cualquier cosa. Lo más seguro es que esas señales sean producidas por algún cuerpo celeste”, precisa Neri Vela.
Mientras el astrónomo Valdés Sada se mantiene mucho más escéptico y dice que no hay ningún fundamento para sospechar que se trate de vida inteligente.
“La tendencia humana es de ‘rellenar’ ese hueco informativo con cualquier cosa que nos ‘agrade’ que sea cierto. Como dijo Carl Sagan ‘aseveraciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias’. El decir o proponer que las señales puedan ser artificiales es una barra de responsabilidad de prueba muy alta para superar con la poca información que hay disponible”, dice Valdés Sada.
Entendiendo lo desconocido
La particularidad de FRB 121102 es su constante repetición, aunque claramente Siemion indica que se desconoce el origen que puedan tener estas ráfagas, las cuales fueron captadas por primera vez en 2012 por el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico.
“Las Ráfagas de Radio Rápidas siguen siendo un misterio muy convincente. Por el momento, parece más probable que se deban a un fenómeno natural, pero el verdadero origen de su emisión permanece desconocido. FRB 121102 es particularmente interesante porque es la única fuente de FRB que se sabe que se repite”, comenta Siemion, quien encabeza el SETI Institute.
“Los astrónomos de todo el mundo están estudiando el FRB 121102, y se le está observando casi constantemente por varios telescopios ópticos y de radio. Es difícil decir cuánto tiempo más persistirá el misterio, pero estoy seguro de que aprenderemos más sobre él en los próximos meses y años.”, aclara el astrofísico y también director del Berkeley SETI Research Center.
Entre especulación y realidad
Para el doctor en astronomía Valdés Sada, es imprescindible apegarse a lo que se ha revelado por parte del SETI Institute y dejar la especulación de lado en torno al origen de las radio frecuencias
“Debemos tener muchas más evidencias de que la señal es artificial antes de siquiera considerar esa idea seriamente. Por el momento, no la hay y, por lo tanto, no la consideramos artificial. Con el paso del tiempo adquiriremos más información y podremos decidir con conocimiento si le damos esa tan ‘deseada’ (porque no queremos estar solos en el Universo) etiqueta de ‘artificial’”, suscribe el también académico de la Universidad de Monterrey, vía correo electrónico.
“Yo sí creo que la vida en muchas partes del Universo es posible. Para mí, el mayor problema para establecer comunicación son las distancias y los tiempos, ya que la evolución en otros mundos puede ser muy diferente y el momento de una posible transmisión por vida inteligente desde alguna parte puede ocurrir millones de años antes o después de tiempo o del momento adecuado, para que en mundos lejanos estén lo suficientemente avanzados y puedan detectar e interpretar dichas señales”, se sincera el ex astronauta.
¿Qué es FRB 121102?
Así es como se le denomina al punto lejano que emite las Ráfagas Rápidas de Radio, el cual está a tres mil millones de años luz de distancia y se ubica en algún lugar de una galaxia enana perteneciente a la constelación Auriga.
El SETI Institute califica a FRB 121102 como “un gran ladrido de un perro pequeño: la galaxia en la que se originan las ráfagas es muchas veces más pequeña que la Vía Láctea”.