Conjugando un poco las vivencias personales con el concepto que le indicaba su editor, fue como Magela Ronda empezó a concebir una historia de amor y una lectura que salía del estereotipo, una mujer encarnando la mar y un hombre enraizado a lo terrenal.
Durante seis meses, el proceso creativo se hilvanó con Esther Gili, quien comenzó a ilustrar sus ideas, así nació El lenguaje de las olas, hace dos años, en España, donde creó a Cyan, una chica con cabello azul y a Olmo, un personaje apegado a su pasión musical.
De acuerdo con la historia, Cyan y Olmo caen en una crisis de pareja, se distancian y el músico encuentra una nueva relación con alguien de su mismo género.
“Necesitaba un conflicto entre los personajes que les hiciera cambiar su rumbo y su manera de ver el mundo, y al mismo tiempo quería huir de sentimentalismos de color rosa. Confieso que la idea de una relación entre dos hombres me la dio mi hija María; cuando le expliqué cómo estaba desarrollando la historia de Olmo y Cyan, lo vio claro: ‘Olmo se liga con un hombre, ¿verdad?’”, comparte Ronda.
El rol preconcebido socialmente de una familia ha cambiado drásticamente
Al igual que la autora española, Sergio Palacios platica con Reporte Índigo, él escribió Familias, pequeño poemario infantil, en el que se habla sobre que el núcleo parental puede abarcar más allá de papá y mamá, sino también papá y papá, mamá y mamá, y otros ejemplos.
“La inspiración para crear Familias fueron mis hijos, Cosme y Ginés, que nacieron en octubre de 2018. Escribí el libro durante el primer trimestre de su gestación. Quería hacerles un buen regalo. No se trata de un cuento como tal, son pequeños poemas con un hilo de unión”, explica Palacios.
La cultura de la inclusión cada vez se normaliza más en el mundo, y tanto Ronda como Palacios, esperan que esta sensibilización se propague universalmente a través de la lectura.
“Confío en que las nuevas generaciones ya no tengan que esforzarse en incluir personajes LGBTI o de diferentes razas, ya saben que el mundo es naturalmente diverso”, dice Ronda.
Palacios opina que se debe avanzar con estos tópicos e incluir la gestación subrogada, que en México es legal apenas en dos estados y se encuentra en un limbo legal en el resto del país, donde hace falta especificar que parejas del mismo sexo puedan acceder a este proceso clínico.
No hay que dar ningún paso atrás en diversidad. Hay que seguir avanzando en temas como, por ejemplo, la gestación subrogada, que recibe ataques de ciertos sectores. La literatura es una herramienta muy buena para transmitir valores de respeto y educar en tolerancia a los niños y niñas
El cambio social continúa además de la lectura
Aunque los esfuerzos de los dos autores españoles está en visibilizar la diversidad sexual, son conscientes de que este trabajo sigue siendo arduo, porque existe un tabú social a vencer entre padres que sobreprotegen a sus hijos del tema.
En todo esto, la educación judeocristiana ha hecho mucho daño. Todavía hay camino por recorrer, a mí me sigue extrañando que sea tan complicado aceptar que una persona se puede acostar o enamorar, o ambas cosas, de quien le dé la gana. Tan fácil como eso, y tan difícil
El escritor, por su parte, ve que incluso en España hay labor social por ejercer en estos temas, en su obra pone un ejemplo que, además de servir para los pequeños, también es una lectura reflexiva para los adultos que se encuentran en la negación.
“Pienso que libros como Familias son en cierta medida más necesarios para los adultos que para los niños y niñas que aceptan lo diverso sin problemas. Simplemente los padres y madres tienen que sentirse animados a hablar de estos temas con sus hijos e hijas porque van a vivir en una sociedad donde existen modelos de familia LGBTI que no pueden ignorar”, comenta Palacios.
Las nuevas familias
El rol preconcebido socialmente de una familia ha cambiado drásticamente en las últimas décadas, esta observación la hacen por igual Palacios y Ronda, quienes creen en la normalización de un eje más allá de un padre y madre.
“De hecho, en el mundo heterosexual también hay tipos de familias diferentes (madres solas, padres separados y adopción, entre otras) que también aparecen en mi libro”, ahonda el autor infantil.
Ronda comenta que más que insistir en un diálogo, se pueden integrar estas historias en las ficciones, porque es una realidad latente, que es innegable a la actualidad y al futuro por venir.
“Cada vez se habla más en los cuentos sobre los diferentes tipos de familia, y lo que veo es que se está incorporando y asumiendo con naturalidad esa realidad, una en la que los niños están viviendo ya en su día a día, que viven con muchísima más naturalidad que algunos adultos”, subraya la escritora española.
