La comida casera no tiene punto de comparación. Margarita Soltanova comparte en México las recetas culinarias que su madre y su abuela cocinaban en casa, un hogar soviético ubicado en una provincia entre San Petersburgo y Finlandia.
“La gastronomía siempre existe en la casa, en la familia. Mi mamá y mi abuela siempre cocinaron. Pero después creces y tienes que hacerlo tú mismo. Nuestra comida siempre ha sido casera, no somos de comer en la calle. En Rusia no hay tantos puestos de comida como en México.
“Allá no es costumbre comer fuera, no sé si es por una cuestión cultural o por el clima que no es muy bueno la mayoría del tiempo, pero mi hermana y yo siempre comimos en casa. Desayunábamos en casa, después salíamos al trabajo o a la escuela y nos aguantábamos para comer con mi madre. Te acostumbras al sabor casero”, cuenta Soltanova.
Aunque Margarina admite que no es experta en la cocina, es su hermana la que siempre se ha encargado de representar los platillos típicos de su país, como el Brosh, una sopa de carne de res con verduras, o las Kokletas, tortas de carne de res con especias, acompañado de puré de papas.
La alimentación de la población rusa se basa principalmente en dos ingredientes: la carne de res, pollo o pescado, y la papa. Esta última es una pieza importante en los platos típicos rusos, y su fuerte demanda obliga a la importación de este producto desde Finlandia, Ucrania y países al sur.
De acuerdo con la revista del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), es común que en países cercanos al polo el uso de las grasas esté en la mayoría de sus platillos, ya que aportan la energía necesaria para el invierno.
Además, en Rusia hay gran variedad de alimentos encurtidos, ya que durante siglos los ciudadanos rusos sólo disponían de un par de meses para abastecerse de suficiente comida para las épocas heladas.
En Soviet & Co, se verá reflejado eso en uno de sus platillos que acompañan la sopa Brosh, o que sólo se presenta como entrada: un plato de repollo en reposo. El repollo es una de las verduras más consumidas en Rusia. Aunque generalmente siempre se come con cubiertos, Margarita admite que algunos de sus comensales mexicanos lo prueban con pan y crema.
Entre los platillos que más piden en Soviet & Co es el Brosh rojo, las empanadas y las Kokletas. Margarita cuenta que siempre que una amiga cercana va a Rusia le pide especias que no podría encontrar en México.
Las hermanas Soltanova decidieron abrir Soviet & Co, en La Condesa, para tener algo propio y aprender de los errores. Después de que Margarita trabajó en un restaurante ruso en la Ciudad de México, invitó a venir a su hermana, quien lleva dos años y medio en la capital.
“Queríamos algo nuestro, agarrar la experiencia de cómo se hace, y cómo es el negocio. Encontramos un local, y no era ni muy- muy ni tan-tan. Era perfecto para empezar algo propio, para agarrar la experiencia”, dice Margarita.
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