Stanley Kubrick al desnudo: recuerdos de su mejor amigo en un documental

Se suele pensar que Stanley Kubrick era una persona malhumorada y soberbia; sin embargo, este documental revela su verdadera personalidad

Los rumores y la publicidad nos han hecho creer cosas acerca de los famosos. Incluso, hemos llegado a formar prejuicios en torno a ellos por los comentarios que otros famosos emiten de ellos.

Uno de estos, tan señalados, es el director de cine Stanley Kubrick. De quien se suele pensar era una persona malhumorada, neurótica y soberbia. 

Nacido el 26 de julio de 1928, Kubrick es conocido por haber llevado al extremo a sus actores y actrices. A quienes, llevado por su obsesión perfeccionista, los sometía a distintos métodos para obtener lo mejor de ellos.

Sin embargo, el documental S is for Stanley nos adentra en la visión del mejor amigo de la vida del cineasta, Emilio D’Alessandro. Un hombre italiano quien fungió como su chofer y quien vivió a lado, literalmente, del artista por más de 30 años.

LO MEJOR, LA INTIMIDAD

Quizás no exista otro documental que explore tan a fondo la intimidad de Stanley Kubrick como lo hace este. De hecho no creo que ni uno biográfico se adentre mejor. Y es que son los mejores amigos quienes nos conocen en nuestros mejores y peores momentos, y aun así se quedan a nuestro lado.

S is for Stanley es el testimonio de un hombre que habla virtudes y defectos de su amigo. 

Todo comienza cuando Kubrick necesita un chófer y se encuentra, por casualidad, con Emilio D’Alessandro, un italiano que conducía autos de carreras profesionales.

D’Alessandro, desempleado, acepta un encargo especial de Kubrick: trasladar en menos de dos horas el pene de cera que se utilizará para una de sus películas La naranja mecánica.

El chófer consigue superar la prueba y así el director británico lo contrata como su asistente personal.

Por ello es que este documental explora en demasía la intimidad con que D’Alessandro y Kubrick convivían al punto de mostrarnos más de 30 anécdotas entre ellos narradas por el italiano.

Todas ellas desmienten los rumores sobre que Kubrick era una persona malhumorada. Y, al contrario, nos ofrecen un panorama completo de su sentido del humor.

Y es que a pesar de ser una persona obsesionada con la perfección, Kubrick era, sobretodo, una buena persona, de acuerdo con su mejor amigo.

En una de las anécdotas, D’Alessandro cuenta que su amigo estaba tan obsesionado que colocó posticks a cada objeto de la casa para establecer reglas.

Entre las cosas que Kubrick escribió a objetos como una licuadora estaban: ¿Lo ensuciaste? Lávalo, ¿lo tomaste prestado? Devuélvelo, ¿Lo abriste? Ciérralo.

Todas esas anécdotas e historias se hilan a través de los testimonios de Emilio en conjunto con fotografías, videos y recuerdos que se exhiben en el documental.

LO PEOR, NADA

Aunque suena atrevido, realmente este documental no tiene alguna falla dado que logra cumplir con su propósito. Fielmente, y acompañado de una mezcla de sonido muy ad hoc a las cintas de Kubrick, el documental consigue ser una carta de recuerdos.

A pesar de que los documentales suelen ser lentos en su ritmo, este logra ser muy fluido en los testimonios de D’Alessandro. Y es que las historias que cuenta y la forma en cómo las narra permiten que el espectador se mantenga atento.

RECOMENDACIÓN

Este es un documental perfecto para los amantes del cine. Aún más para aquellos que saben muy poco de Stanley Kubrick. O que mantienen varios prejuicios en torno a su persona.

Mientras que para aquellos que buscan un buen documental, esta también es una gran opción, aunque habría que investigar más acerca del cineasta para valorar en su totalidad el filme.

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