Riña hasta Hollywood
Era 1969 y la vida cambió para el analista militar Daniel Ellsberg, quien decidió fotocopiar documentos ultra secretos que elaboró minuciosamente durante dos años y que filtró a Neil Sheehan, reportero de The New York Times (NYT).
Hidalgo Neira
Era 1969 y la vida cambió para el analista militar Daniel Ellsberg, quien decidió fotocopiar documentos ultra secretos que elaboró minuciosamente durante dos años y que filtró a Neil Sheehan, reportero de The New York Times (NYT).
El domingo 13 de junio de 1971 se soltó la bomba que mediáticamente acaparó la atención como “Pentagon Papers”, investigación en la que Sheehan exponía al gobierno presidencial de Lyndon B. Johnson de encubrir los ataques en la Guerra de Vietnam minimizando su despliegue armamentístico, cuando en realidad bombardearon Laos, Camboya y Vietnam del Norte, sin reportarlo a los medios.
Cinco días después, The Washington Post publicó la información que también le facilitó Ellsberg al reportero Ben Bagdikian, que después se lo hizo llegar al editor Ben Bradlee y a la presidenta del Post, Katherine Graham.
Esta “historia detrás de la historia” está plasmada en un guión cinematográfico que se atrevió a escribir una mujer de 31 años, quien se enfocó sólo en el personaje femenino de este entramado protagonizado por hombres.
Liz Hannah se justifica diciendo que su libreto titulado “The Post” no es acerca del escándalo mediático, sino acerca de Graham.
“La película no se trata necesariamente de los Pentagon Papers. Es acerca de esta mujer y como este evento terminó siendo lo que le cambió a ella”, afirmó en entrevista para el portal Final Draft.
El guión de la escritora nobel fue adquirido por la productora Amy Pascal en octubre de 2016 y en marzo pasado se confirmó que Steven Spielberg dirigirá y producirá la cinta en la que actuarán Meryl Streep y Tom Hanks en los roles de Graham y Bradlee, respectivamente.
Pero este filme que todavía se encuentra en preproducción ya hace ruido entre quienes vivieron y forjaron la historia de cerca, pidiendo también su lugar en la inmortalidad hollywoodense.
Parte del cuerpo editorial y del consejo legal que estuvo al frente de NYT durante la publicación de los Pentagon Papers, está indignada ante la realización del largometraje, tachándolo de “estafa”.
“Yo creo que la película será una estafa por el hecho de que la cinta hace parecer que la entidad principal en publicar los Pentagon Papers fue The Washington Post”, dice en entrevista para Reporte Indigo James Goodale, el abogado general que alegó ante la justicia estadounidense que NYT pudiera seguir publicando el seguimiento del informe.
Sin embargo, el sitio Scriptshadow.net explica que el escrito de Hannah sólo usa de trampolín el tema de Pentagon Papers para resolver un conflicto al interior de The Washington Post: la mala relación existente entre Bradlee y Graham y la decisión a contrarreloj de publicar o no el documento filtrado, ya que la presidenta del Post contaba con una relación cercana y de simpatía con la Casa Blanca.
Esta lucha de egos entre la vieja escuela periodística sólo recuerda la rivalidad por ganar la primicia en tiempos del republicano Richard Nixon, pero ahora bajo la era de Donald Trump los medios informáticos cambian, ya que en lugar de celar el contenido, las vías de comunicación se abren para hacer sinergia en investigaciones de alto alcance, tal es el ejemplo de los Panama Papers.
La injusta meca del cine
James Goodale, que radica en Nueva York y que tiene 83 años de edad, se siente indignado ante cómo puede reflejar Hollywood la historia de los Pentagon Papers, además reclama que lo que busca la industria fílmica es solo crear entretenimiento.
“Hollywood está ahí para entretener a su audiencia, y tiene –hablando de manera general– libertades con la verdad histórica para hacer entretenimiento de algo que sucedió en el pasado, esa es la respuesta general, pero particularmente con este incidente, pero me parece que lo que importa les llamó la atención debería ser más histórico y menos peliculesco”, dice Goodale.
Aunque el guión pueda ser un pretexto para contar la historia de Katherine “Kay” Graham, Goodale cuestiona por qué se debe tomar precisamente este momento histórico para partir de él y resaltar al Post.
“Kay fue una gran amiga para mi, estoy familiarizado con todo eso (el libreto) hay una manera de hacer esa historia, sin historiar los eventos (Pentagon Papers) y lo que me molesta es la manera en que el filme se ha promocionado hasta ahora, es una distorsión, un reconocimiento inapropiado del rol del Washington Post”, alega vía telefónica.
Reporte Indigo buscó hablar con Liz Hannah para que diera su postura, sin embargo la escritora no respondió al cierre de esta edición.
Llamado a la verdad
Goodale exhorta a que los productores de “The Post” todavía están a tiempo de hacer ajustes en el guión y hacerlo históricamente preciso.
“Creo que pueden empezar la historia antes de protagonizar con Kay Graham por ejemplo. Los productores y Steven Spielberg han dedicado mucho tiempo a hacer cintas históricamente correctas, como por ejemplo cuando produjeron ‘Lincoln’ (2012) y no es tan difícil hacer películas históricamente fieles y al mismo tiempo hacerlas entretenidas”, pronuncia el abogado.
De hacerse el largometraje, en el imaginario cultural se podría empezar a creer que The Washington Post es el protagonista en la primicia que tuvo NYT y eso le atormenta al legista, que insta a la veracidad.
“Esto confunde, me parece que por bien de la historia, el rol que jugó The Washington Post en Watergate, y el rol que jugó en los Pentagon Papers, los aplasta en conjunto en mente del público, creo que eso está mal y creo que hay que hacerles entender esa intención a los productores”, aclara Goodale.
El litigante no se opone a que se cuente la historia de Graham, lo único que le perturba es que se ponga en un estandarte a The Washington Post en respecto a los Pentagon Papers.
“Yo no tengo ningún problema con que se muestre la transición de Kay Graham pasando de ser una ama de casa a la cabeza de una compañía periodística, solo tengo una duda sustancial de que este evento particular juegue mucho un rol en esa transición”, declara.
La cultura de compartir
Los tiempos cambiaron, las primicias y el periodismo de investigación son un oficio que se ha ido perdiendo, lo de hoy es hacer comunidad para explotar grandes temas y revelar corruptelas o entramados internacionales, Goodale atribuye que esto es gracias al Internet.
“Estos cambios llegaron con el Internet, hay mucha información en la Red, lo que está haciendo difícil obtener exclusivas de una historia particular. Todos sabemos que las redes sociales existen en gran parte porque puedes compartir artículos, el compartir se ha vuelto parte de la cultura de las noticias”.
Internet rompe barreras
Aunque el Internet domine el manejo de la información, Goodale resalta que aún es costoso económicamente el juntar el esfuerzo periodístico para hacer una colaboración entre medios, lo que crea competitividad y fortalece a la comunicación.
“El Internet está rompiendo barreras pero al mismo tiempo está enfocado a más personas del periodismo que antes, creo que como resultado el futuro del periodismo es brillante y probablemente todo se convierta en el Internet y que siga al alcance de un teléfono, creo que ya estamos en ese futuro”.
¿Amigos o enemigos?
Cuando en marzo pasado en el evento multidisciplinario South by Southwest en Austin, Texas, le preguntaron al editor ejecutivo de The New York Times Dean Baquet qué opinaba del nuevo eslogan del Post: “La democracia muere en la oscuridad”, el periodista fue franco contra el periódico que actualmente dirige Martin Baron.
“Adoro la competencia con The Washington Post, creo que es grandiosa, pero lo que pienso de su eslogan –Marty Baron por favor perdóname por decir esto– suena como la siguiente película de Batman”, expresó Baquet.
El periodista de CNN, Brian Stelter, escribió un correo electrónico a Baron para saber su opinión y si es que su contraparte de NYT sería perdonada por el atrevimiento, a lo que el editor del Post respondió: “No hay disculpa necesaria de la gente de Gotham”.
Este fuego amigo que se convierte en sana competencia les forja una sinergia entre ambos diarios, de hecho unieron fuerza desde hace tres años para empezar un nuevo paso en el periodismo.
Con un financiamiento de alrededor de 4 millones de dólares provenientes de la Fundación Knight y el desarrollo por parte de Mozilla, los dos imperios periodísticos se aliaron en 2014 para comenzar una plataforma comunitaria para facilitar la conversación entre periodistas y lectores.
Hoy el Proyecto Coral es una realidad, siendo un portal que ofrece herramientas como foros de discusión y guías a descargarse para usarse en sitios web de periodismo.