Así como los personajes de Chuck Norris eran capaces de sobrevivir a las condiciones más extremas, los tardígrados, también conocidos como ositos de agua, son los seres vivos más duros de matar que hay en la tierra, a tal grado que podrían sobrevivir a distintas variantes del apocalipsis.
Los tardígrados hacen que las películas de Norris sean vistas como productos para niños, pues estos diminutos animales pueden sobrevivir a temperaturas mayores a los 100 grados y menores a los 273 grados bajo cero, lo que los vuelve prácticamente indestructibles.
Por si fuera poco, estas criaturas pueden pasar de tener 85% de agua en sus cuerpos a sólo 3%, lo que reduce sus sistemas de crecimiento, reproducción y metabolismo casi al máximo para poder sobrevivir; pueden permanecer sin líquidos hasta por cinco años.
En condiciones de congelamiento, estos pequeños puede sobrevivir hasta treinta años sin agua o alimento, pues entran en una fase de pausa conocida como criptobiosis, los tardígrados pueden ser reanimados cuando se les suministra agua.
Los ositos de agua están considerados los seres vivos más resistentes, pues en 2007, fue lanzada una sonda espacial rusa y en ella fueron colocados tardígrados; los animales no sólo sobrevivieron al espacio exterior, sino que mantuvieron su capacidad reproductiva.
Se trata de organismos que pueden soportar 100 veces más radiación que otros seres vivos, además son compatibles con presiones muy altas de hasta 6 mil atm, por ejemplo, la presión habitual en la Tierra es de solo 1 atm, lo que los vuelve miles de veces más resistentes que los mamíferos.
En julio pasado, un estudio de la revista Scientific Reports concluyó que este animal microscópico podría sobrevivir a una posible extinción provocada por cualquier catástrofe astrofísica, por ejemplo, el impacto de un meteorito en la Tierra.
Esta investigación indica fenómenos como el impacto de un meteorito, una explosión estelar en forma de supernova y una explosión de rayos gama no podrían matar a un osito de agua, pues sólo la extinción del Sol podría terminar con la vida de estos pequeños.
La resistencia del tardígrado es tal que, incluso algunos científicos ya investigan su genoma para aplicarlo a la medicina o la agricultura. Según revela un estudio publicado en Molecular Cell, los ositos de agua pueden vivir sin agua gracias a sus proteínas únicas o destructuradas.
Los tardígrados son en su mayoría terrestre y habitan en las películas de agua de los hongos, el musgo o lo helechos, aunque sus cualidades le permiten sobrevivir en cualquier ecosistema. Los adultos más grandes llegan a medir hasta 0.5 milímetros.
En 1773, Johann August Ephraim los denominó como ositos de agua, pues su manera de caminar es muy similar a la de un oso. Cuatro años después, Lazzaro Spallanzani los denominó tardígrados, que significa de paso lento.