Listos para fallar

Todos los productos en la actualidad tienen una “vida útil”, pero al parecer no siempre fue así. Seguro que más de una vez has escuchado la típica frase "ya no los hacen como antes", en referencia a la durabilidad de los artículos.

Muchos creen que algunos productos de la tecnología podrían fácilmente durar décadas, pero es más rentable introducir una “vida útil artificial” para que las compañías obtengan ventas repetidas.

Fabiola Zurita Fabiola Zurita Publicado el
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300,000
euros es lo que puede costar una multa en Francia por programar la durabilidad de un producto
“Un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios” 
Printer’s InkRevista publicitaria, 1928

Todos los productos en la actualidad tienen una “vida útil”, pero al parecer no siempre fue así. Seguro que más de una vez has escuchado la típica frase “ya no los hacen como antes”, en referencia a la durabilidad de los artículos.

Muchos creen que algunos productos de la tecnología podrían fácilmente durar décadas, pero es más rentable introducir una “vida útil artificial” para que las compañías obtengan ventas repetidas.

Esta idea forma parte de las teorías de la “obsolescencia programada”, que en efecto sí existe, pero bastante tienen que ver con ella los consumidores modernos y por supuesto, las grandes empresas.

Aunque estas últimas parecen no entender el daño que causan al medio ambiente, pues al producir artículos que caducan rápidamente, éstos se convierten en desechos que dañan la vida y el planeta.

Comprar, tirar, comprar

Por natural que parezca es el título de un documental, por insólito de creerse es que la obsolescencia planificada es el motor de la economía mundial moderna.

Gracias a ella las grandes empresas siguen produciendo, sus trabajadores tienen un empleo, los consumidores compran artículos, los proveedores también son consumidores y de manera sucesiva todos constituyen el enorme mecanismo que mantiene a flote el ritmo del crecimiento económico global.

Es por eso que cuantas más crisis halla en la actualidad más se fomenta la teoría del consumo, en un afán de reactivar la economía que suele tambalearse al estruendo del terrorismo o menos drástico, por las elecciones presidenciales de un país o sus problemas internos, como guerrillas e incluso el tan citado Brexit.

El documental se ha rodado en España, Francia, Alemania, Estados Unidos y Ghana. “Comprar, tirar, comprar”, hace un recorrido por la historia de una práctica empresarial que consiste en la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo porque, como ya publicaba en 1928 la influyente revista de publicidad norteamericana Printer’s Ink: “un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios”.

Origen del mal

Esta idea de “vida limitada” de los productos no es nueva. De hecho, tiene su origen hace más de 70 años, y fue propuesta por Bernard London, un rico comerciante  estadounidense, quien pedía al gobierno de ese país “hacerla obligatoria”, el término fue desarrollado en su libro “The New Prosperity” (La nueva prosperidad), en  1932.

Y aunque nunca se optó por la obligatoriedad, es bien sabido que sí se practica, más en los países capitalistas, en donde la cultura del consumo va intrínsecamente ligada a la obsolescencia programada.

En la actualidad, algunos gobiernos europeos ya imponen sanciones a las empresas que planifiquen la vida útil de sus productos, como por ejemplo en Francia las multas pueden alcanzar hasta los 300 mil euros y dos años de prisión.

La Unión Europea está estudiando posibles medidas para luchar contra la obsolescencia programada. Ya hace un año el Comité Económico y Social Europeo (CESE), órgano consultivo de la UE, aprobó un dictamen que exige la prohibición total de la obsolescencia programada. 

Bombilla centenaria

A diferencia de estas, existe hoy en dia una bombilla de 4 vatios de potencia fabricada en Shelby, Ohio en 1895 que lleva 110 años sin apagarse. Se la conoce como la bombilla centenaria y lleva funcionando desde 1901. la bombilla se encuentra en Livermore- Pleasanton, California sobre los vehículos del parque de bomberos de esta ciudad. Se calcula que ha estado funcionando durante más de 800 mil horas.

La bombilla centenaria se puede ver a través de la WebCam de su pagina Web. Cabe resaltar que se han dañado ya dos WebCams y la bombilla sigue funcionando.

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