Toxicity de System of a Down: el álbum que sonaba en la caída de las Torres Gemelas
Una semana después del lanzamiento de Toxicity, en septiembre de 2001, el disco llegó a lo más alto de las listas de popularidad; mientras EU experimentaba los peores ataques terroristas de su historia
Roberto TrejoEs la mañana del 11 de septiembre de 2001. El bajista Shavo Odadjian de System of a Down (SOAD) recibe una llamada urgente de su madre. Le pide que encienda el televisor. La pantalla muestra el momento exacto del colapso de una de las Torres Gemelas en Nueva York. El teléfono vuelve a sonar. Es su agente para darle las buenas noticias del día. Toxicity, el nuevo disco de la banda, acaba de llegar al número uno de Billboard a sólo una semana del lanzamiento. El infierno y la gloria en cuestión de minutos.
La carga simbólica de aquella escena parece extraída de la ficción: una banda compuesta por músicos de descendencia armenia, activistas antisistema y feroces críticos de la guerra, el genocidio y el capitalismo como forma de explotación humana llegaba a lo más alto de las listas de popularidad el mismo día que Estados Unidos sufría los peores atentados terroristas de su historia.
El vocalista Serj Tankian, el guitarrista Daron Malakian, el bajista Shavo Odadjian y el baterista John Dolmayan lanzaron esa bomba llamada Toxicity el 4 de septiembre de 2001. Y desde el inicio estuvo plagada de polémica por el estreno del sencillo “Chop Suey!” que aborda la complejidad de la muerte y el suicidio moralista.
Entendiendo el petróleo
Como era de esperarse de una sociedad conservadora y con tendencias a la censura, la banda y la canción fueron vetadas de manera extraoficial de las estaciones de radio tras el 9/11. Cualquier otra agrupación habría optado por el silencio y mantener un perfil bajo mientras se calmaban las aguas, pero no SOAD y mucho menos Serj Tankian.
Dos días después de los atentados que cobraron la vida de casi 3 mil personas, el vocalista publicó en el sitio web de la banda un ensayo titulado Understanding Oil (Entendiendo el petróleo) para explicar cómo los ataques habían sido una reacción a décadas de intervencionismo, golpes de Estado y la explotación de las reservas petroleras de Medio Oriente por parte de Estados Unidos.
Pero una sociedad herida no estaba lista para escuchar la cruda verdad y Serj Tankian fue acusado de hacer una apología del terrorismo. La nación necesitaba que le dijeran que todo estaría bien y que los culpables caerían. La necesidad de seguridad fue tal que un pusilánime como George W. Bush consiguió reelegirse en la presidencia durante 2004.
Te puede interesar: A 30 años de Ten, el exitoso álbum debut Pearl Jam que casi termina con su carrera
De acuerdo con declaraciones del vocalista a The Guardian en marzo pasado, siempre ha sido “ingenuo” al pensar “que si algo es cierto, entonces debería decirse”. Algo que sus compañeros de banda no compartían del todo, pues pensaban que debían elegir muy bien cada una de sus batallas y no lanzarse de lleno a todas.
-“¿Estás tratando de que nos maten?”, le preguntó el resto de SOAD a Serj Tankian en 2001.
-“¡Pero es la verdad!”, respondió convencido el cantante.
-“Sabemos que es la verdad, pero ¿a quién le importa? ¿Por qué estás intentando que nos maten?”, le reviraron sus compañeros, quienes estaban en plena gira de promoción del álbum Toxicity mientras la polémica les estallaba en las manos.
El tiempo dio la razón a System of a Down
En aquel ensayo, el músico dejaba en claro que sus palabras no significaban que Osama Bin Laden o cualquier otro terrorista tenían que quedar impunes. Pero debía entenderse que Estados Unidos había financiado a dictadores en Medio Oriente, generando un círculo vicioso de odio y destrucción hacia ambos bandos.
A 20 años de toda esa polémica la historia le ha dado la razón al vocalista con la salida definitiva de las tropas estadounidenses de Afganistán. Ya que los talibanes y el extremismo han regresado al poder y se han quedado con todas los recursos y armamento provenientes de occidente. Dos décadas de intervencionismo no sirvieron de nada. Todo volvió al mismo punto de donde arrancó.
Pese a todo el escándalo, Toxicity llegó a vender más de 12 millones de copias a nivel mundial. La posición de la banda, especialmente la de Serj Tankian, hizo que miles de personas vieran en ellos un proyecto auténtico que tenía los cojones suficientes para denunciar los males de la humanidad.
El valor de Toxicity en la música
Y es que aunque el lanzamiento del disco no hubiera coincidido con el ataque a las Torres Gemelas, su contenido era ya bastante crítico con el establishment. Basta revisar la primera pieza del álbum titulada “Prision Song”, donde responsabilizan al gobierno del flujo de drogas hacia los barrios marginales y cómo las cárceles son vistas como un negocio millonario.
Otro ejemplo es “Deer Dance”, una sátira a la manera en que la policía reprime brutalmente las manifestaciones. Mientras que en “Jet Pilot” se valen de una metáfora para denunciar el genocidio contra los armenios por parte del Imperio Otomano (hoy Turquía), mientras el resto del mundo prefería mirar intencionalmente hacia otra dirección.
El material también contiene críticas a la ciencia occidental y cómo ésta le falla constantemente a la “Madre Tierra”, creando productos que sólo la lastiman. La crítica ecologista continúa en “ATWA”, donde incluso llegan a retomar algunas ideas ambientalista del asesino Charles Manson.
O “Toxicity” que trata sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y cómo es desdeñado por la sociedad. Finalmente la pérdida de la identidad y las lecciones de la vida son abordadas en “Aerials”.
Musical y políticamente es el disco que consagró a System of a Down como una de las mejores bandas de su generación. Lo que le valió publicar tres materiales más con gran éxito, el último de ellos en 2005.
Y aunque la banda no se ha separado, no han podido coincidir en ideas y agendas para un nuevo álbum. Apenas en noviembre pasado, la agrupación liberó finalmente dos nuevas canciones tras 15 años de espera, donde abordan nuevamente el genocidio cometido en Armenia entre 1915 y 1923, así como los problemas actuales del país.
Con el paso del tiempo, la música y el mensaje de la banda no han hecho más que ganar vigencia y en gran parte se debe a que no se guardaron nada durante una de las eras de mayor conflicto en la historia contemporánea.