Train to Busan 2 y cómo arruinar una efectiva película de zombies

“Train to Busan 2” y cómo arruinar una efectiva película de zombies

Train to Busan 2: Peninsula se aleja de su predecesora en el sentido de abandonar las virtudes de esta para verse obligada a copiar el estilo de las propuestas fallidas norteamericanas

Nunca antes una película de zombies había dejado boquiabierto al jurado del Festival Internacional de Cine de Cannes. En 2016, el largometraje coreano titulado Train to Busan (Estación zombie en español) lo consiguió. Luego de su estreno, también se convirtió en la cinta más taquillera de ese país. Por eso su director, Yeon Sang-ho, decidió emprender la secuela: Peninsula.

Estrenada este jueves 3 de noviembre en salas mexicanas, Train to Busan 2: Peninsula dobló el presupuesto de su antecesora con 16 millones de dólares. Sin embargo, no se presentó en Cannes como se tenía previsto debido a la cancelación del Festival por la pandemia de COVID-19.

Mientras que en el guion repite su labor Park Joo-suk, quien en esta ocasión desarrolla una historia independiente a la primera película.

¿DE QUÉ VA?:

Cuatro años después de la epidemia zombi, Corea sigue infestada de monstruos y el soldado Jung-seok, que escapó del país, se ve obligado a regresar a Seúl para recuperar un objeto valioso. Allí descubre que hay, todavía, personas sanas en la ciudad.

LO MALO: UNA ESENCIA DIFERENTE

En la historia del subgénero de zombies (el cual muchos han catalogado como género) los ejercicios fílmicos cada vez abarcan otras posibilidades. De tal forma que el apocalipsis zombie o la pandemia de un virus funcionan, en ocasiones, como escenarios de dramas y comedias.

Son contados los ejemplos fílmicos que han aportado algo nuevo al género. El cómic de Robert Kirkman, The Walking Dead, es uno de esos paradigmas en los que los zombies son tan sólo un pretexto para desarrollar la psique de los personajes.

Train to Busan, por otro lado, exploraba este apocalipsis zombie desde un contexto asiático que tomaba prestado mucho de mangas como el también adaptado al cine I Am a Hero (Kengo Hanazawa). Se trataba de una esencia diferente y nueva al resto de las propuestas.

Sin embargo, en esta secuela, el cineasta Yeon Sang-ho apuesta por transitar de una película fresca a una que intenta imitar el frenetismo y la acción originada por el enfrentamiento entre humanos armados hasta los dientes contra los muertos vivientes.

Train to Busan 2: Peninsula se aleja de su predecesora en el sentido de abandonar las virtudes de esta para verse obligada a copiar el estilo de las propuestas fallidas norteamericanas. Lejos de una historia sólida y completa, hallaremos un necio interés por las explosiones, los efectos especiales inverosímiles y las lluvias de balas continuas.

Pese a que rumbo a su conclusión rescate un tanto del estilo del primer largometraje, el resto de la duración es una mezcla entre el cine coreano y el norteamericano. Lo que también sirve como excusa para introducir actores de ese país.

Y aunque podría ser una crítica al imperialismo de los Estados Unidos, Train to Busan 2 adopta muchas de las características de los filmes que ese país ha desarrollado en este subgénero. La serie de películas Resident Evil, por ejemplo.

Lo anterior significa que la obra de Yeon Sang-ho se aproxima, por momentos, a lo absurdo del subgénero de zombies para alcanzar la atención del público. Ello a través de secuencias automovilísticas y de disparos.

Lo cierto es que aunque lo anterior puede no ser reprochable del todo le resta calidad y frescura a la cinta. Porque por un lado el ritmo tarda demasiado en arrancar y por otro la acción se ocupa en pocas ocasiones, convirtiendo a Train to Busan 2 en un somnífero la mayor parte.

LO BUENO: EL VIRUS

La similitud entre lo que estamos viviendo y lo que sucede en Corea con este virus que convierte a las personas en zombies fue lo que más me gustó. Se tratan temas como el cierre de fronteras y la puesta en cuarentena de varios lugares.

Pero no sólo eso, sino que la película aborda las consecuencias de la estigmatización de un virus a cierta zona. Por ejemplo, muestra cómo las personas desarrollan xenofobia como consecuencia del virus. Lo que rescata un poco la esencia de la primera parte.

*Recomendación: 3 estrellas de 5. Una película para pasar un buen momento.

*Plataforma: Estreno en cines

*Y a ustedes ¿les gustó la secuela de Train to Busan?

Aquí te dejamos el trailer de la primera película

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