Un futuro incierto para los museos tras la pandemia
En el marco del Día Internacional de los Museos, Paula Duarte, coordinadora de Liderazgo en Museos A.C., comparte su visión sobre los retos a los que se enfrentan estos recintos culturales, entre ellos, su futuro y posible cierre como resultado de la pandemia
Karina CoronaDurante 2020, debido a la emergencia sanitaria por el COVID-19, se vivió una época de ansiedad y crisis, pero también de innovación e introspección, y los sectores educativo y artístico no fueron la excepción, especialmente los museos.
Ante la imposibilidad de abrir sus puertas, ningún recinto se ha librado de la incertidumbre, de saber si sobrevivirán a los cierres y a la caída de sus ingresos durante la pandemia, sin embargo, muchos se han volcado a explorar nuevas posibilidades, incluso a renovarse.
A un año de la crisis sanitaria, Paula Duarte, coordinadora de Liderazgo en Museos A.C., comparte que aún se sigue reflexionando en torno a las particularidades del contexto post pandémico y la función de las entidades museísticas como un foro de reflexión y fomentador de pensamiento subjetivo, el cual drásticamente tuvo que mirar hacia la virtualidad dentro de una gran precariedad, así como a la falta de apoyo por parte de los sistemas tecnológicos que pudieran sustentar estas labores.
“Ahorita estamos más allá del asunto de la precariedad, de los recortes presupuestales, cosa que nos ha afectado mucho y que nos mantiene en la incertidumbre de hacia dónde podemos dirigirnos en los próximos dos o tres años, la pandemia no solamente nos obliga a pensarnos como otro tipo de espacios y la sociedad nos dio mucho pie, hemos intentado ser espacios de atenta escucha sobre lo que requiere la gente de los museos hoy en día”, expresa Duarte.
Un ejemplo es la Alianza Colombiana de los Museos, iniciativa que recientemente hizo un llamado internacional para que los recintos se unieran bajo la causa de la represión estatal en Colombia. Se llegó a la inminente pregunta de si debían ser neutrales o no, a ser partícipes de esos movimientos sociales, más allá de un fin político, una visión que reconstruye la idea que se creía de ser, hasta cierto punto, espacios inamovibles, hegemónicos y patriarcales, declara Duarte.
Ahora, los museos tendrían que ser espacios más sensibles que respondan a un contexto en particular.
Para la también curadora, la pandemia abrió las posibilidades de la virtualidad a públicos a los que antes no tenían acceso a los contenidos, incluso, de recintos internacionales. No obstante, es consciente de que el acceso a la información y las herramientas para tener Internet no están equilibradas, porque hay una gran inequidad en términos tecnológicos, por lo menos en Latinoamérica.
“Nos queda claro que sí tenemos que modificarlo, hay cosas que no estaban funcionando bien, debemos rearticularnos como estos grandes mediadores que siempre promulgamos ser, pero que, a veces, no lo logramos, porque estamos siempre hablando con términos muy academicistas o no estamos haciendo los programas que realmente le sirvan a la gente”, precisa.
Ver hacia la sostenibilidad de los museos
La reflexión lleva invariablemente a términos medioambientales, como explica Paula Duarte, ¿qué implica hacer una exposición? Muchos museos de la ciudad se han replanteado la idea de generar exposiciones intentando dejar una menor huella de carbono.
“Lo que estamos viviendo hoy en día es el gran resultado de una emergencia climática, ¿cuánto material estamos designando para esto? O, si es reciclable y reutilizable. Muchos recintos reutilizan sus museografías, porque, bajo ese mismo aspecto, no hay recursos para hacer nuevas, por más capricho que exista dentro de los medios curatoriales o que la museografía lo exige, debemos trabajar dentro de un diálogo horizontal y en términos de sostenibilidad”, afirma.
Ante esto, Duarte considera que los museos no se podrán volcar totalmente hacia la virtualidad, pero sí hay cosas que se deben repensar, no sólo institucionalmente, sino pensarse como espacios articuladores de comunidad, que sean coherentes con lo que exige la colectividad en este momento.
Un problema de todos
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), publicó un estudio en el cual se informa que la crisis debida al COVID-19 provocó una caída media del 70 por ciento de los visitantes en los museos, y una disminución en los ingresos, que van del 40 al 60 por ciento, respecto a 2019.
En 2020, los recintos permanecieron cerrados una media de 155 días y, desde principios de 2021, muchos de ellos han tenido que volver a cerrar sus puertas. El informe describe las medidas adoptadas, entre las que se encuentran las campañas de sensibilización y el refuerzo de los protocolos de seguridad.
Los cierres prolongados y la fuerte caída de la asistencia y de ingresos que esto conlleva repercuten en todo el sector museístico en su conjunto, dificultando los esfuerzos que se realizan para conservar las colecciones, garantizar su seguridad y fomentar las relaciones con el público y las comunidades locales.
“¿Qué implica en términos económicos una exposición? ¿Estamos ofreciendo contenido que ellos necesitan o, es más bien, un capricho museístico? Creo esas son parte de las grandes preguntas que nos llevaremos, espero, por un largo tiempo de reflexión que iniciamos y esperamos no pare”, comenta Paula Duarte.
Otro punto importante para considerar son los recursos humanos, esto es, la base de las entidades museísticas, pues se debe reflexionar hasta dónde existe un exceso en la carga laboral que pueda mermar la salud emocional.
“Tengo cierta esperanza de que se repiense la espectacularidad y se centre más en el contenido. Saldrán muchas preguntas, sobre todo, en cómo empezamos a echarnos a andar. El pararnos costó muchísimo, aunque no lo hicimos del todo, ha sido una labor inmensa por parte de las entidades culturales del país y a nivel de Latinoamérica, museos chicos y grandes, casas de las culturas, municipales que hicieron por seguir atrayendo los públicos y generar los foros de reflexión”, abunda Duarte.
Dentro de la misma precarización que padecen muchos de los trabajadores de los museos, se encuentra la ausencia de seguridad social, de un salario justo, que corresponda a sus funciones, y la carencia general de condiciones que les dejen tranquilidad en el ámbito personal; éstas, son parte de las deliberaciones de largo aliento que, Paula Duarte, espera queden como las grandes lecciones que deja la pandemia y habrá que solucionar.
“En retrospectiva vamos a verlo como un gran periodo de aprendizaje, una pausa obligada, que provocó repensarnos sobre nuestros discursos y visiones. Espero con toda la fe, la esperanza y confió en el gremio y en el nivel de reflexión que hemos gestado, seguramente traerá grandes frutos”, concluye.