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México tiene una peculiaridad que lo hace similar a Egipto, o al menos eso piensa Mohammad “Mo” Gawdat. En su reciente visita al país, dice, se sintió como si estuviera en su lugar de origen, por la hospitalidad que le ha brindado la gente.
Aunque lleva años sin residir en el país africano, Gawdat no añora su nación, porque es a través del desprendimiento que hace posible su vida. Solamente en el último año se ha pasado alrededor de 200 días viajando por el mundo; ahora vive para lograr una misión: esparcir su teorema acerca de la felicidad.
“Estoy dedicando mi vida a esto, e increíblemente está funcionando. El 93 por ciento de la gente que lee el libro dice que le cambió la vida, entonces espero que alcancemos cada vez a más personas”, comparte Gawdat, en entrevista para Reporte Índigo.
Antes de convertirse en autor, el egipcio se dedicó durante décadas al mundo informático, incluso, perteneció al conglomerado de Google y su división de negocios, de la que llegó a ser el director, pero renunció a todo para enfocarse en desarrollar un método para alcanzar la alegría en su vida.
Fue la repentina muerte de su hijo Ali de 21 años, en 2014, que la vida le terminó por cambiar, y a sólo 17 días de haber vivido el duelo, se puso a escribir El algoritmo de la felicidad, que este año llega a México por Editorial Diana.
A través de la química cerebral es como Gawdat justifica que se puede ser feliz, por lo que, comenta, hace falta prestar más atención a esto en la sociedad actual.
“Si te sientes en calma, tu cuerpo se llena de serotonina, una hormona que es un calmante, que le dice a tu cuerpo ‘vamos a quedarnos donde estamos’ (…) la diversión es una emoción distinta, es básicamente dopamina, un excitador del que nos volvemos adictos”, platica el escritor.
Desapegarse de lo innecesario
La mercadotecnia actual bombardea a la gente a tal punto que el consumo se vuelve un aliciente superficial para ser feliz. Gawdat explica que esta ilusión se basa en las hormonas que genera el cerebro, dejando a la serotonina de lado para sólo enaltecer la dopamina.
“A ese sentimiento de recompensa nos hemos vuelto tan adictos en el mundo moderno, que la industria de anuncios la usa una y otra vez para vendernos más y más productos”, explica el ingeniero.
Orgullosamente porta un Nexus 5, el cual se produjo en 2013, tiene todo lo que necesita en una maleta que pesa 23 kilos y puede transportar a cualquier parte del mundo, por lo que él considera que se puede vivir de esta manera en la vida para ser feliz
“De pronto te das cuenta que no necesitamos tanto después de todo, pero somos bombardeados con esos mensajes locos (…) ¿Alguna vez has visto un anuncio de Apple que diga ‘el iPhone 6 es tan bueno como el día que salió’? No, te tienen que convencer de que te estás perdiendo de algo y necesitas comprar el iPhone XR”, comenta el escritor egipcio.
El negocio feliz
Gawdat está consciente de que ahora mismo la felicidad se ha convertido en un negocio y todas las compañías trasnacionales sacan provecho de ello, haciendo de esta emoción un producto de compra y venta que siempre será muy redituable.
“Muchos negocios te intentan vender la felicidad como un producto, lo interesante es que la felicidad no se va a encontrar en nada que no sea dentro de ti mismo”, comenta el hombre de 51 años.
También resalta que, ahora mismo, las industrias explotan su mercado hacia el lado opuesto de la felicidad.
Lo anterior genera un público cautivo y proclive de lo negativo, cuando en realidad el propósito es siempre alcanzar el bienestar.
“Si te fijas en nuestro mundo moderno, los anuncios, la mercadotecnia, los medios, las noticias y demás, parece que los humanos están motivados por lo negativo: vamos a darles drama, violencia, miedo y la gente se mueve hacia eso”, expresa el autor.
El factor diciembre
El último mes del año se encuentra a la vuelta de la esquina y este se asocia con la Navidad, pero también es un a época dura para una gran parte de la población, incluso es un disparador de suicidios. Gawdat aconseja que las personas se acerquen a sus seres queridos para evitar la depresión.
“Si sabes que un amigo no se siente bien, acércate a él, si sabes que tu amigo rompió una relación que pudo ser muy significativa para él o ella, llámale o ve que esté bien. Haz un esfuerzo para tener la compasión en ti para decir ‘muchas personas pueden no estar felices este mes’. Sólo conectemos como lo hacíamos antes”.
Mil millones de personas
El primer objetivo de Gawdat fue que 10 millones de personas alcanzaran su alegría personal, cuando este objetivo se vio rebasado, el autor se impuso una meta mayor, que espera alcanzar, ya sea con su libro, dando pláticas o con videos que propaguen su ecuación.
“Subimos el objetivo, ahora queremos que mil millones de personas sean felices en menos de cinco años, usando todo lo que he aprendido en Google, dejé la empresa en marzo de este año y ahora estoy 100 por ciento en esto”.