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Una vida para escribir

Phyllis Dorothy James, mejor conocida como P. D. James, quiso convertirse en escritora desde que era niña. Sin embargo, su vida personal y su trabajo se lo impidieron hasta que llegó 1962, cuando tenía 42 años.

Y es que Phyllis Dorothy, antes de darle vida a novelas policíacas, trabajó como administradora en la Seguridad Social y fungió como funcionaria pública del Ministerio del Interior.

Phyllis Dorothy James, mejor conocida como P. D. James, quiso convertirse en escritora desde que era niña. Sin embargo, su vida personal y su trabajo se lo impidieron hasta que llegó 1962, cuando tenía 42 años.

Y es que Phyllis Dorothy, antes de darle vida a novelas policíacas, trabajó como administradora en la Seguridad Social y fungió como funcionaria pública del Ministerio del Interior.

La británica James fue una de las figuras representativas de la novela negra, con obras protagonizadas por su mítico personaje: el inspector Adam Dalgliesh. Sus novelas no solo vendieron millones de copias en todo el mundo, también fueron adaptadas a la televisión y el cine, como es el caso de la cinta “Children of men” (2006), dirigida por Alfonso Cuarón, que está basada en su libro distópico “The children of men”.

Autora de obras como “Un impulso criminal”, “Intrigas y deseos”, “Mortaja para un ruiseñor”, “Muerte de un forense”, y “Muertes poco naturales”, fue galardonada con el Premio Diamond Dagger de la Asociación de Cronistas del Delito en 1987, y fue condecorada con la Medalla de Honor de las Letras en 2005 por el National Arts Club.

Pese a que durante su juventud trabajó en instituciones gubernamentales, y a que comenzó a escribir durante la adultez, James nunca dejó de darle vida a personajes y obras, ya que hasta el año pasado, declaró a la BBC que preparaba una historia sobre detectives, pues para ella era importante “escribir una más”.

Y es que “a medida que te haces mayor escribir se vuelve más complicado, ya que la inspiración tarda más en llegar. Sin embargo, el hecho de ser novelista hace que tengas que seguir escribiendo”, dijo P.D. James en vida.

Por su parte, la editorial que le publicó toda su obra literaria, Faber & Faber, la describió como “una persona excepcional, una inspiración y una gran amiga para todos (…) Trabajar con ella era muy divertido, era una persona llena de alegría, y la echaremos mucho de menos”.

Y David Cameron, primer ministro británico, indicó vía su cuenta de Twitter que se sentía “entristecido al saber de la muerte de P.D. James, una de las más grandes escritoras del crimen en el Reino Unido, que emocionó e inspiró a generaciones de lectores”.

La fallecida autora admiraba a la también escritora inglesa Jane Austen, de hecho, la obra “La muerte llega a Pemberley”, es una versión policiaca de “Orgullo y prejuicio”, una de las novelas clave en la bibliografía de Austen.

James dominaba totalmente las novelas de crímenes, ya que le gustaba “leerlas, amo su estructura con principio, nudo y desenlace (…) creo que encierran algo verdadero sobre los seres humanos y sobre la sociedad en la que viven. Son novelas que ayudan a comprender el mundo, que ponen orden donde hay desorden”.

Se casó con un médico y tuvo dos hijos… por ello trabajaba desde casa, pero tenía un método imprescindible para “huir de la rutina” y la monotonía, que utilizó hasta que falleció ayer, a los 94 años, en su natal Oxford: escribir.

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