México es un país que está en la orilla de diversas placas tectónicas, las más importantes son la de Cocos y la de Norteamérica que colindan o chocan en la parte sur del territorio, es decir, en las costas de Oaxaca y Chiapas.
Por ejemplo, de acuerdo con los últimos reportes del Servicio Sismológico Nacional (SSN), en 2017 se registraron 26 mil 363 sismos en el territorio nacional, de los cuales, más de 21 mil fueron superiores a magnitud 3.0, por lo que es necesario más investigadores que estudien este fenómeno natural.
Víctor Hugo Espíndola Castro, jefe de Análisis del SSN, asegura que en el país sólo existen alrededor de 40 sismólogos, que resultan pocos si se consideran los datos anteriores. Para él, quizás esto se deba a lo difícil que es estudiar el fenómeno y porque es algo que no se puede evitar.
El especialista comenta que para que una persona se forme en el campo de la sismología necesita hacer un posgrado y que su licenciatura sea afin a las ciencias de la Tierra, con bases firmes en matemáticas, “pues finalmente la principal materia de estudio son fenómenos físicos a los que se les tiene que adaptar un modelo matemático”.
Espíndola Castro señaló que en México sólo existen dos lugares en donde un estudiante se puede especializar en esta área. Uno es el Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el otro es el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada Baja California (Cicese).
“Además, mucha gente que estudia la carrera de Geofísica o de Ciencias de la Tierra se dedica a la exploración, principalmente de aguas o petróleo, pero necesitamos más gente formada como sismólogo para que el SSN realice más investigación porque hay muy pocos investigadores que se dedican al estudio del fenómeno sísmico como tal”, destacó Espíndola Castro, en entrevista con la Academia Mexicana de Ciencias.
Para él, no es que no haya interés en los jóvenes por aventurarse en estas materias de estudio, sino que existe temor por elegir diversas carreras de ciencias naturales aplicadas o exactas por la preocupación de no tener un espacio para desarrollarse profesionalmente.
“En el caso de la sismología, insisto, es necesario tener expertos para tener más investigación sobre el tipo de suelo y subsuelo en todo el territorio mexicano para saber perfectamente qué tipo de asentamientos se deben desarrollar. Desde este punto de vista, casi todo el país faltaría ser estudiado”, dijo.