Lugares turísticos en Francia como el Palacio de Versalles, el Museo de Orsay o el Arco de Triunfo permanecieron cerrados debido a una huelga emitida por sus trabajadores con el fin de manifestarse en contra de una reforma del Ministerio de Cultura.
Tampoco abrieron sus puertas al público el castillo de Vincennes, las torres de Notre-Dame ni el Panteón Francés, luego de que los empleados de estos cinco enigmáticos lugares acusaran al Ministerio francés de querer deshacerse de mil 500 funcionarios poniéndolos bajo la tutela de establecimiento públicos culturales, acto que el Ministerio negó tras la acusación.
Aunque estos manifestantes trabajan para estos establecimientos, que son visitados en promedio por más de siete millones de turistas al año, ellos dependen directamente del Ministerio de Cultura
En forma de fila, los empleados tomaron lonas y banderas, algunos con megáfonos, afuera de las instalaciones de los recintos culturales.
Los manifestantes argumentan que un proyecto similar fue desplegado hace 15 años, en 2003, para el museo de Louvre y la Biblioteca Nacional de Francia, lo que frenó la movilidad y resultó en una desigualdad de condiciones para los trabajadores.
Los cinco lugares cerrados son algunos de los más visitados de la capital francesa y de sus alrededores tanto por sus mismos ciudadanos como por turistas extranjeros.
El Museo de Orsay, por ejemplo, es visitado por el menos tres millones de personas al año, cifra que lo ubica en el quinto lugar de visitas en Francia, mientras que el Arco de Triunfo fue visitado en 2015 por 1.7 millones de personas.
