“Comparada con los videojuegos, la realidad es deseperanzadora. Los juegos eliminan nuestro miedo al fracaso y mejoran nuestras probabilidades de éxito”
Los videojuegos suelen estar asociados a conductas antisociales, violentas e incluso mortales, sin embargo, para la investigadora Jane McGonigal, estos contenidos no sólo pueden hacer más felices a las personas, sino que pueden cambiar el mundo real.
“Si queremos resolver problemas como: hambre, pobreza, cambio climático, conflictos mundiales y obesidad pienso que tenemos que aspirar a jugar online millones de horas durante esta década”, explica McGonigal en sus conferencias.
Los juegos online permiten que los usuarios aprendan a resolver problemas en conjunto, es decir, permiten que un grupo de desconocidos trabajen en equipo para lograr un objetivo en común, señala la investigación de esta diseñadora de videojuegos.
Para McGonigal la manera en que funcionan los videojuegos es similar al método científico, es decir, hay un problema que se necesita resolver para avanzar, por lo que se hacen una serie de pruebas hasta dar con la solución.
¿Por qué los videojuegos pueden mejorar tu vida y cambiar al mundo?, es el nombre del libro en el que McGonigal explica los beneficios psicológicos, sociales y económicos que pueden generar estos desarrollos tecnológicos.
La escritora plantea que comparada con los videojuegos, la realidad resulta demasiado fácil. Los juegos plantean obstáculos voluntarios que desafían a los jugadores ayudándolos a descubrir lo mejor de sus fortalezas personales.
“Comparada con los juegos, la realidad es deprimente. Los juegos orientan toda nuestra energía. Con incesante optimismo, en función de algo en lo que somos buenos y que nos brinda gran placer”, explica McGonigal en su libro.
La investigación indica que si se compara con los juegos, la realidad resulta poco productiva, pues los videojuegos ofrecen trabajos y misiones con mayor claridad, los cuales al concretarse ofrecen mayor satisfacción, además que el usuario obtiene una verdadera sensación de estar avanzando.
“Comparada con los videojuegos, la realidad es deseperanzadora. Los juegos eliminan nuestro miedo al fracaso y mejoran nuestras probabilidades de éxito”, escribe la diseñadora, quien explica que los juegos estimulan al jugador para seguir intentando hasta solucionar el problema.
Para esta investigadora los videjuegos estimulan las emociones prosociales como la amistad y el amor, pues por medio de las redes sociales se forman vínculos cada vez más fuertes, ya que se juega con personas afines, algo que en la realidad en ocasiones es difícil.
McGonigal explica en sus conferencias que su investigación no es un llamado a abandonar la realidad para entregarse a los videojuegos, su propuesta consiste en cómo crear videojuegos que al consumirlos generen un cambio en la realidad.
“Los jugadores son un recurso humano que podemos usar en trabajos del mundo real, los videojuegos son una importante plataforma para el cambio, tenemos esa productividad, capacidad social y ese animo positivo”, dice.