Will.I.Am: #FuerzaDeVoluntad

Ponerle play a “#Willpower” cuesta trabajo porque sabes que dedicarás 80 minutos –el doble de la duración del “Sgt. Pepper’s…"– a escuchar las creaciones del hombre responsable tanto de “Let’s get retarded” como de darle una mala reputación al autotune.

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Ponerle play a “#Willpower” cuesta trabajo porque sabes que dedicarás 80 minutos –el doble de la duración del “Sgt. Pepper’s…”– a escuchar las creaciones del hombre responsable tanto de “Let’s get retarded” como de darle una mala reputación al autotune.

Tras respirar profundamente, le di click al primer track, “Good morning”. Quedé sorprendido de inmediato. Conociendo las extravagancias pop de Will.I.Am, esperaba un himno de antro para abrir el disco. En su lugar, la primera canción es una sofisticada melodía repleta de elegantes cuerdas en la que el artista estadounidense reflexiona sobre la mortalidad y el sentido de la vida. Definitivamente esto no es “My humps”. 

¿Podría ser este el gran disco pop de Will.I.Am en el cual no tenga que sacrificar su integridad para ganar un éxito fácil?

No tuve que ir muy lejos para encontrar la respuesta: el segundo track, “Hello”, es otra pieza del pop vacío del que Will.I.Am es especialista. Los mismos temas previamente explotados en “I gotta feeling” son recargados con sonidos electro, incorporando únicamente un coro infantil que intenta agregar un poco de la magia de Korean Pop, que, como bien sabe Psy, está de moda.

En la ya exitosa “Scream & shout”, Will.I.Am invita a robo-Britney Spears a una orgía de autotune cuyo mejor momento es la reincorporación del mantra “It’s Britney, bitch”, el cual apareció en “Gimme more” en 2009 y que, pese a ser un sample, increíblemente suena como la parte más viva de la canción.

El resto del disco es un compendio de fórmulas ya probadas  (palmadas digitales, quiebres de dubstep y más autotune) y recombinadas para componer canciones sobre los temas de siempre, divertirse, emborracharse y salir de fiesta.

No es que esté en contra de ese tipo de temáticas. Si así fuera, no podría disfrutar del 70 por ciento de la música que se hace ni de una buena parte de la vida real. El problema es que Will.I.Am convierte estas experiencias en canciones tristemente genéricas por la música con que las envuelve. 

Prefiero cualquier día “Ignition (remix)”, del dios de las golden showers, R. Kelly,        que los temas fiesteros que ofrece Will.I.Am en “#Willpower”.

El tema más innovador es “Geekin’”, una oda al mundo Web en la que Will.I.Am incorpora sonidos de módems que suenan extrañamente similares a Ratatat y a las cuatro notas típicas de Intel, mientras proclama “I make Google money, that’s a lot of clicks”.

“#thatPOWER”, el tercer sencillo, pierde ímpetu cuando antes del primer minuto, aparece Justin Bieber citando mal la letra de “Harder, better, faster, stronger”, de Daft Punk, o quizá simplemente no quisieron pagar regalías a los franceses.

En “Great times are coming”, Will.I.Am busca reencontrar su preocupación social perdida desde “Where is the love?”. Todo se va al carajo cuando decide hacerlo sobre una base que recrea el piano inicial de “Let it be”, el cual, al parecer, no es suficiente para sostener su canción porque decide convertirlo en un beat “pitbullesco” a mitad del track.

Si realmente quieres tener en tu audioteca música que ya venga integrada con su propio hashtag en el título, “#Willpower” no es la respuesta. Se trata de pop prescindible que, lo quieras o no, escucharás de una u otra manera durante todo el año. No parece haber escapatoria del poder de Will.I.Am.

*1: Aunque eso no sea impedimento para que Will sea juez de “La voz UK”, donde comparte sillas giratorias a lado de Tom Jones.

*2: O “Entertainment” de Phoenix.

*3: “So what I’m drunk” sigue siendo una de las grandes frases para gritar en una fiesta.

*4: Esa debería ser la etérea balada R&B “#Beautiful” de Mariah Carey Feat. Miguel.

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