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Y tú, ¿sabes qué respiras?

Los efectos son claros: en el país aproximadamente 20 mil personas mueren al año por algo tan necesario como lo que respiran día a día, según el Informe Nacional de Calidad del Aire en México del 2013. 

La contaminación ya no es un problema “exclusivo” del Distrito Federal, pues ciudades como Monterrey y Mexicali –además de otras urbes mexicanas– aparecen en los primeros lugares de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su estado ambiental.

20,000
personas mueren al año en México por causas relacionadas a la contaminación
Padecimientos respiratorios crónicos, alergias y asma son consecuencia directa de la contaminación del aire
"(Con ‘Gober, ¿cómo vamos?’) la gran meta es un Nuevo León sustentable, con compromisos específicos"
David PulidoColectivo Pueblo Bicicletero en Monterrey

Los efectos son claros: en el país aproximadamente 20 mil personas mueren al año por algo tan necesario como lo que respiran día a día, según el Informe Nacional de Calidad del Aire en México del 2013. 

La contaminación ya no es un problema “exclusivo” del Distrito Federal, pues ciudades como Monterrey y Mexicali –además de otras urbes mexicanas– aparecen en los primeros lugares de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su estado ambiental.

“Este tema es alarmante y al mismo tiempo ha sido invisible, ocultado por el gobierno (…)”, declara en entrevista para Reporte Indigo David Pulido, coordinador de comunicación y proyectos urbanos para el colectivo Pueblo Bicicletero en Monterrey.

“Los municipios se hacen de la vista gorda por decir que no les corresponde pero por supuesto que les corresponde, porque están construyendo la ciudad, porque deciden sobre el tema de vialidad”, enfatiza el también estudiante de doctorado en Ciencias Sociales del ITESM.

Pulido señala que la Sultana del Norte es la peor en cuanto a la concentración de partículas PM 10 y PM 2.5 (material particulado, por sus siglas en inglés), que son las más dañinas para la salud. 

En el área metropolitana existen zonas, como la mayor parte del municipio de Santa Catarina, donde los vecinos publican constantemente en redes sociales los efectos de las pedreras que trabajan ahí. Casas llenas de polvo son unas de las condiciones con las que tienen que vivir. 

“Por falta de criterio de gobierno se fue urbanizando y ahora afecta la salud de miles de personas”, dice Pulido, también licenciado en Ciencia Política y parte de la Red Nacional de Ciclismo Urbano.

Y es que en México mejorar la calidad del aire no es prioridad. En el caso de Nuevo León, ni siquiera se ha cumplido con “el decreto por parte del congreso del estado que pide que muevan esa industria (la pedrera) a otra zona del territorio neolonés”, señala David.

Sin embargo, ahora por primera vez se cuenta con la plataforma “Gober, ¿cómo vamos?”, que ya firmó el actual gobernador electo, Jaime Rodríguez Calderón. 

“La gran meta es un estado sustentable con compromisos específicos”, menciona David Pulido, entre los mismos están dar a conocer diariamente en medios de comunicación y electrónicos “la calidad del aire en el área metropolitana y enviar alertas cuando no presente condiciones adecuadas para niños y personas de la tercera edad”. 

Entre otras cosas, el nuevo gobierno de Rodríguez Calderón, conocido como “el Bronco”, se comprometió a dar informes avalados anuales, tener en buenas condiciones el Simat (Sistema de Monitoreo Ambiental)  y realizar un estudio público epidemiológico. 

Como recalca Pulido, “esa información no la tenemos” y  por ello la mayoría “no sabe la dimensión de la problemática”.

‘Hay días que no se ven los cerros’

Así como Monterrey y con poco más de un millón de habitantes, Mexicali es una de las ciudades más contaminadas de México. 

Carolina Díaz, del colectivo Mxlibici y maestra de diseño urbano en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), señala en entrevista para Reporte Indigo que esto se debe a que son un valle agrícola donde aún se queman cosechas, y a que les llega por aire la contaminación de Los Ángeles. 

Además la urbe tiene dos termoeléctricas, un alto parque vehicular –al ser frontera se adquieren carros baratos que no cumplen normas ambientales–  y se utilizan aparatos refrigerantes por ser un territorio caliente. 

“Sales y ves el cielo azul y crees que todo está bien pero hay días que no se ven los cerros”, advierte Díaz, “o no ves hacia el horizonte”. 

Pero el panorama gris no es reconocido por todos. 

“Existe una norma oficial, la NOM-156 de Semarnat, que establece que todas las localidades mayores a 500 mil habitantes deben de contar con un sistema de monitoreo”, dice la profesora de la UABC, “sin embargo son muy pocas ciudades las que cuentan con este sistema y de esas pocas únicamente Monterrey, Guadalajara y Valle de México pueden arrojar datos confiables”.

 Por lo mismo, “no sabemos qué respiramos ni en qué cantidad, estamos desprotegidos”. 

Carolina Díaz menciona que Mexicali contó con hasta seis estaciones de monitoreo que comenzaron a trabajar por parte de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. 

Ésta se interesó en saber qué tanto de la contaminación de Los Ángeles afectaba al valle fronterizo. Pero 15 años después las estaciones no están funcionado. 

Además, como ocurre en Monterrey, los pocos datos que existen no son de conocimiento público. “Siendo algo tan importante, la socialización que se hace de esa información es prácticamente nula”, opina Díaz. 

Y el transporte público es una opción no viable para muchos pues, como señala la maestra, Mexicali tiene el transporte más caro de todo el país, con un viaje sencillo de 13 pesos y rutas desconectadas entre sí. 

En Monterrey, por ejemplo, se instaló la Ecovía como una alternativa pero, de acuerdo a David Pulido, ésta tendrá un aumento de tarifa permanente durante los próximos 20 años por lo que tampoco es accesible.

De acuerdo a Díaz y a Pulido, mientras no se planteen alternativas que incluyan a peatones, ciclistas y usuarios de transporte público, y se privilegie solo al automovilista, los habitantes de las ciudades no cambiarán de hábitos y permanecerán en la nube gris. 

¿Qué hacer?

> No usar el carro para viajes cortos. Carolina Díaz propone un trayecto de hasta 7 kilómetros como uno que puede hacerse en bicicleta.

> No quemar basura. En diciembre evitar la leña, el uso de calentadores de agua y la pirotecnia. 

> Paredes o techos verdes. 

> Asistir a actividades de colectivos u organizaciones que promuevan sustentabilidad.

> En verano, si viajas en bici, no salir en hora pico, hidratarte y llevar una toalla o cambio.

> Para reducir tu huella ecológica también puedes ver de dónde viene tu ropa, pues puedes estar contaminando a larga distancia, opina David Pulido. 

> Hazla de tos Campaña de Red Nacional de Ciclismo Urbano, BICIRED

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