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Científicos británicos financiados por el órgano gubernamental para la investigación del cáncer, quienes han dedicado sus vidas a encontrar curas de la enfermedad, están entre miles de académicos en el país cuyas pensiones fueron invertidas en la industria del tabaco, reveló ayer The Guardian.
El último reporte anual sobre el fondo de inversiones de los empleados universitarios de Reino Unido muestra que este tenía invertidos 211 millones de libras (309 mdd) en British American Tobacco (BAT) en el último año, su quinto mayor destino de inversión.
El Plan de Fondos del Retiro de Universidades (USS, por sus siglas en inglés), tenía un valor de 49 mil millones de libras en 2015. Las acciones de BAT no son la única inversión controversial; su participación más grande fue de 344 millones en la petrolera Royal Dutch Shell.
Según apuntó The Guardian, la inversión en el tabaco resultó en un shock para muchos investigadores, académicos y empleados administrativos. Una científica, quien es empleada por una de las principales universidades del país, pero cuyo puesto es financiado por Cancer Research UK (CRUK), se mostró horrorizada al enterarse que su dinero estaba siendo invertido de esa forma.
“Esto significa que, aún aunque solo indirectamente a través de nuestro tiempo y trabajo, el dinero de CRUK está siendo invertido en hacer crecer y apoyar la industria del tabaco”, le dijo al diario británico. “La idea de que nuestra pensión está invertida en BAT es indignante”.
“Todo el trabajo de este instituto es realizado bajo supervisión de CRUK, y somos, de manera correcta, vigilados regularmente para asegurar que el dinero de CRUK sea gastado efectivamente y eficientemente en el combate global contra el cáncer. ¿Cómo puede esto estar a la par con el hecho de que la mayoría de nosotros se retirará cómodamente con dinero ganado de inversiones en tabaco?, cuestionó.
En tanto, Universities UK, que representa a los rectores y vicerectores del país, dijo que USS era un inversionista responsable.