Para el ejercicio presupuestal del 2016, cada uno de los diputados federales podrá etiquetar 20 millones de pesos con entera discrecionalidad, para sus municipios.
En total, la bolsa que podrán repartir los congresistas de manera discrecional será de 20 mil millones de pesos y lo destinarán a un techo presupuestal para cada uno de los municipios beneficiados, sin establecer obras específicas.
Es decir, no se sabrá a dónde estará destinado el dinero.
Esta cantidad duplica la bolsa que los parlamentarios etiquetaron el año pasado para obras de pavimentación, infraestructura deportiva y cultura, que tuvo un monto de 10 mil millones de pesos.
Hace un año, cada uno de los diputados pudo etiquetar 10 millones de pesos para las obras que ellos consideraban pertinentes, aunque no se tuviera un proyecto para dicha asignación.
Esto se prestó a que algunos cobraran “moches” o favores políticos a cambio de bajar recursos para las localidades.
De ello fueron acusados algunos diputados del PAN, como Luis Alberto Villarreal, quien en ese entonces era coordinador de la bancada y fue señalado por encabezar una red de cobro de diezmos a cambio de gestionar recursos para municipios.
Ahora, con la anunciada intención de combatir los “moches”, diputados del PRI y el PAN pretenden dar un giro de 360 grados a estos fondos de pavimentación, cultura e infraestructura deportiva.
En su lugar, impulsan otorgar presupuesto a cada municipio para que éste pueda invertirlo en las obras que cada Ayuntamiento considere necesarias.
El propósito de etiquetar el dinero a las localidades y no a obras específicas es que la obtención de los recursos no sea autoría de un legislador en particular y no puedan cobrarse “moches” o adquirirse materiales o servicios a un sobreprecio, con beneficio para el legislador que gestionó el capital.
Sin hablar sobre el acuerdo de que el recurso a los municipios sea asignado a un techo presupuestal, Jorge Carlos Ramírez Marín, vicecoordinador de la bancada del PRI, defendió que los gobiernos locales puedan tener acceso a este dinero del PEF para obras.
“A mí me parece que sería muy importante que los municipios pudieran recibir estos recursos que recibieron ya en los años anteriores; insisto, con todos los candados necesarios para verificar que las obras se realicen y que cuesten lo que deben costar”, expuso.
Para algunos, sin embargo, este esquema traerá una mayor discrecionalidad en el uso de los recursos, pues será aprobar a ciegas el destino del dinero.
Será un cheque en blanco
Rocío Nahle, coordinadora de los diputados de Morena, señaló que al no etiquetarse el dinero para las obras específicas, se abre la puerta a una mayor corrupción.
“Se les da un cheque en blanco a presidentes (municipales) y gobernadores; si de por sí estamos con una corrupción y una opacidad increíble”, manifestó.
Su fracción se ha pronunciado porque sea en la Cámara de Diputados donde se decida, desde un inicio, a dónde se destinará cada peso del dinero público.
Nahle afirmó que ya existen los mecanismos para combatir los “moches” y estos se reducen a aplicar la ley.
“Es facultad del Congreso etiquetar los recursos, la asignación, y que se vaya revisando, que se vaya auditando.
“Si hay gobernadores o presidentes corruptos, que se les aplique la ley. No para eso vamos a tener que torcer un mecanismo, en lugar de aplicar la ley (…) Que apliquen la justicia; si hay un diputado que cobró un moche, desafuérenlo, y aplíquenle la ley”, sentenció.
Nahle aseveró que, de forma interna, los diputados de su bancada etiquetarán recursos a obras en los municipios para que se les pueda dar cumplimiento y seguimiento con total transparencia.