2021, a la vista

Una vez conformado el nuevo mapa político del país después de los comicios del pasado domingo, las diversas fuerzas políticas ya se preparan para la batalla que enfrentarán en dos años durante las elecciones intermedias, y en las cuales no sólo se jugará el futuro de distintas entidades, también el de los partidos

Tras la cita electoral del domingo, los diferentes actores políticos y los partidos enfocan ahora sus baterías en los trascendentales comicios de 2021, aunque primero tendrán que lidiar con sus propios procesos y potenciales conflictos internos.

Una de las lecciones que dejaron los comicios en seis estados, es que Morena, el partido que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, no es invencible. 

A pesar de haber ganado las dos gubernaturas en juego, sufrió duros reveses en los estados de Aguascalientes, Durango y Tamaulipas. La primer elección en la era de la 4T tuvo un sabor agridulce para Morena.

El partido guinda tendrá este año el proceso para renovar su dirigencia y, Yeidckol Polevnsky, quien busca la reelección, intentará defender su posición de otras figuras políticas que quieren liderar el partido rumbo a las elecciones intermedias.

El Partido Acción Nacional se confirma como la más solida oposición a Morena, obteniendo mejores resultados de los esperados, a pesar de haber perdido Baja California, su bastión

Sin embargo, las derrotas en Puebla y Baja California dejan indemne al presidente blanquiazul Marko Cortés, quien deberá defender su posición ante sus opositores internos. 

El enemigo del albiazul puede estar entre sus propias filas, ya que las pugnas internas por el control del partido de Oposición podrían atizarse conforme se acerquen las elecciones intermedias, restándole fuerza al PAN como opción política.

El PRI tuvo, tal como lo reconoció su presidenta, Claudia Ruiz Massieu, la elección más complicada de su historia.

El proceso electoral del fin de semana pasado se dio en plena sucesión de la presidencia del tricolor, que vive el reto de su reinvención previo a las elecciones del 2021.

Impacto nacional

Las elecciones del 2 de junio pasado tuvieron impacto no solo en los estados y municipios en donde ocurrieron, sino en todo el país.

Estuvieron en juego un total de 148 cargos públicos: 86 diputaciones locales, 60 ayuntamientos y dos gubernaturas.

Sirvieron para refrendar el papel hegemónico que Morena tiene en todo el país; aunque no obtuvo “carro completo”, como se llama al hecho de arrasar con todos los cargos en disputa.

El partido oficial gobierna ahora en 7 de las 32 entidades federativas; el PRI aún mantiene la hegemonía en gobiernos locales, con 12 gubernaturas; el PAN tiene 10; Movimiento Ciudadano, una; el PRD, una; y en Nuevo León hay un gobierno independiente

Los resultados electorales estuvieron divididos. Aunque las gubernaturas en juego fueron para Morena, varios municipios y diputaciones locales quedaron en manos de la Oposición.

En Baja California, Morena sí tuvo un triunfo completo, al ganar la gubernatura, las diputaciones locales y las cinco alcaldías.

En Puebla, Morena ganó la gubernatura y una presidencia municipal; pero cuatro municipios fueron para el PRI.

En Aguascalientes, el PAN mantuvo su hegemonía: cinco municipios fueron para el blanquiazul; 2 para el PVEM; y uno para el PRI, el PRD, el PT y Morena, respectivamente.

Durango fue el territorio para la Oposición. La coalición del PAN y el PRD ganó 17 municipios; el PRI, 14 municipios; Morena, 3; el PAN, 2; el PT, Movimiento Ciudadano y el Partido Duranguense ganaron uno cada quien.

En Quintana Roo, 11 distritos fueron para Morena; 3 para el PAN y 1 para el PRI.

En Tamaulipas, el PAN consiguió 21 distritos, mientras Morena ganó solo en uno.

Con estos resultados, el triunfo de Morena habla del efecto de las elecciones del 2018, donde la figura del presidente López Obrador fue un actor central.

Un análisis de la consultora Grupo Estrategia Política (GEP) señala que el resultado de los comicios aún no refleja la reacción sobre el gobierno del presidente López Obrador.

“Los resultados pueden explicarse a partir de dos variables: que Morena capitalizó el bono democrático del proceso electoral del 2018, o que aún no se refleja el desgaste a seis meses de gobierno”, expone el análisis.

Para José Manuel Urquijo, consultor y estratega en Comunicación e Imagen Política, el diablo está en los detalles, porque nadie ganó todo ni nadie perdió todo. 

Se esperaba que el PRI prácticamente desapareciera, pero no sucedió; en el caso de Morena, que se llevó las dos gubernaturas, se trató del efecto arrastre que tiene López Obrador y quizá ya no hay una luna de miel como tal, pero aún existe ese periodo de confianza en el presidente

“En el caso del PAN, sí perdió las dos gubernaturas y obvio esto es un golpe fuerte; pero si hacemos un balance en el caso de Puebla, por ejemplo, el PAN tuvo más votos que Morena, pero los votos de la coalición le dieron el triunfo. En Puebla se esperaba también un arrastre de Miguel Barbosa, y no ocurrió así. Y el PVEM sigue siendo el partido satélite más codiciado de México”, expone Urquijo.

La reducción de votos que tuvo Morena, que no arrasó como en 2018, demuestra que este partido “no es indestructible como se creía”, sugiere el experto, aunque sigue teniendo mucha fuerza.

“Hubo mucha gente que votó por López Obrador en el 2018 y las decisiones políticas que se han visto con estos seis meses de gobierno no son las que esperaban; y como no son fanáticos, sino fueron votos razonados que pretendían lograr un cambio responsable, no lo están viendo y evidentemente hay un desencanto, y esos son votos que ya perdió Morena”, comenta Urquijo.

El paso adelante

Para el partido del presidente López Obrador, las elecciones del 2 de junio sirvieron para hacerse del control de un mayor número de territorios en el país; ahora gobernarán 7 entidades.

En Baja California, Morena logró romper el bastión panista por excelencia: por primera vez en 30 años, el PAN perdió los comicios a la gubernatura.

Y no se trata solamente de un bastión electoral, sino de uno simbólico, pues fue ahí donde el blanquiazul tuvo los primeros triunfos y en donde hace 30 años se rompió el monopolio del PRI.

El partido guinda no logró llevarse “carro completo” el pasado 2 de junio, sin embargo, obtuvo la gubernatura de Baja California y de Puebla, los dos cargos más importantes en juego y que además le pertenecían a su rival más fuerte: el PAN

Ernesto Ruffo Appel fue quien conquistó en 1986 el gobierno municipal de Ensenada —primer administración local de Oposición—. Después, él mismo conquistaría la gubernatura, en 1989.

A partir de entonces, el PAN consideraba Baja California como un territorio seguro, algo que terminó este domingo.

Sin embargo, la victoria de Morena en Baja California tuvo un sabor amargo para los ganadores, pues el verdadero triunfador fue el abstencionismo.

Aunque Jaime Bonilla, candidato de Morena a la gubernatura, ganó con el 50.7 por ciento de los votos, solo acudió a las urnas el 29.6 por ciento de la población; es decir, si se toma en cuenta al total con la que cuenta el estado, solo el 13 por ciento dio el triunfo al morenista

En Puebla, el candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa, ganó la contienda gracias a sus aliados.

El PAN —con Enrique Cárdenas como su candidato— obtuvo el 27.1 por ciento de los votos. Los integrantes de su coalición —PRD, MC— le dieron un 6 por ciento de éstos.

Morena obtuvo apenas 25.5 por ciento de los sufragios, menos porcentaje que el PAN. El triunfo lo obtuvo de sus aliados: el PT le dio el 10.6 por ciento y el PVEM el 8.4 por ciento.

La conquista de las dos gubernaturas en juego deja a la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, con una posición fuerte dentro del partido, sobre todo ahora que empieza a enfrentar ciertas resistencias al interior del grupo cercano a Alejandro Rojas Díaz Durán

También deja un saldo positivo para Morena en cuanto a presencia. El partido oficial gobernará Baja California, la entidad fronteriza más importante del país, donde se encuentra el puerto fronterizo más grande del mundo —la garita de San Ysidro—; y Puebla, uno de los estados céntricos que tenía mayor influencia del panismo.

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Primera oposición

Aunque hace un año Morena parecía inalcanzable para el PAN, la elección del pasado domingo dejó al blanquiazul un poco más cerca de la ola guinda, consolidándose como el principal partido de Oposición del país.

A pesar de haber perdido las gubernaturas de Puebla y Baja California, dos bastiones importantes del blanquiazul, el PAN ve ahora un poco más cerca la posibilidad de conformarse como la opción política para el 2021.

El Partido Acción Nacional se consagró como el principal contrapeso político de Morena tras los comicios del domingo, sin embargo, las divisiones al interior del instituto político aún podrían ponerlo en peligro para las elecciones de 2021

El más claro ejemplo ocurrió  en Puebla, donde el PAN por sí solo logró más votos que Morena sin sus aliados.

Mientras Morena y su candidato, Luis Miguel Barbosa, obtuvieron 390 mil votos, el PAN y su abanderado, Enrique Cárdenas, obtuvieron 414 mil votos.

Además, En Tamaulipas, el PAN logró mantener su hegemonía, ganando 21 de 22 distritos, borrando completamente a los demás partidos; en Aguascalientes, incluso, ganó un ayuntamiento más que los que gobernaba, pasando de 4 a 5.

Contando todos los sufragios emitidos en la elección del pasado domingo, Morena obtuvo un total de 1 millón 186 mil votos y el PAN consiguió 1 millón 361 mil votos. Esto ha sido celebrado por Acción Nacional

Marko Cortés, presidente nacional del PAN, sostuvo que los resultados del pasado domingo los colocan como la primera opción como Oposición rumbo al 2021.

“Es la nueva realidad hegemónica que vive el país, con el uso y abuso de recursos y programas, Acción Nacional logra ganar tres de seis. En los seis estados, logramos más votos que Morena respecto a la elección del 2018 y por eso Acción Nacional retoma la ruta del crecimiento y Morena inicia su caída.

“Con la tendencia de caída de Morena, en el 21 va a perder la Cámara de Diputados. Esa es nuestra apuesta: que regrese el debate y la pluralidad”, sentenció Cortés en un pronunciamiento.

Sin embargo, no todo son campanas de celebración en el PAN. Las luchas internas en el partido podrían descarrilarlo nuevamente en la contienda electoral tal y como sucedió en 2018.

El grupo de Ricardo Anaya se impuso al de Rafael Moreno Valle, hoy fallecido, y el primero se hizo con la candidatura de una alianza opositora que fracasó, dejando al partido con graves divisiones.

El reposicionamiento del PAN en la escena política podría revivir esas divisiones intentando posicionarse no solo hacia el 2021, sino al 2024.

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No hubo debacle

El PRI estaba preparado para lo peor. La derrota en las elecciones del 2018 lo había dejado prácticamente en la lona y en este 2019 se esperaba que hasta perdiera su registro en algunas entidades, como Baja California.

No ocurrió así. El PRI mantuvo su registro con porcentajes más altos de lo que se esperaba. 

En Puebla obtuvo el 18 por ciento de los votos y en Baja California el 4.6 por ciento.

El tricolor fue el único partido que decidió no ir en coalición en ningún estado, de tal manera que los votos que obtuvo fueron propios al 100 por ciento

Asimismo, ganó elecciones en varios municipios. En Durango gobernará 16 ayuntamientos rurales.

La elección del 2019 llegó en pleno proceso de renovación de su dirigencia, que debe apostar a su transformación para recuperarse en el 2021.

Claudia Ruiz Massieu, presidenta nacional del tricolor, defendió los resultados de su partido en y destacó que logró no perder el registro.

“La enseñanza que nos dejaron las  #Elecciones2019, es que el  @PRI_Nacional  tiene una militancia fuerte, leal y que siempre pone empeño para que el partido y México salgan adelante. Con más trabajo y esfuerzo lograremos este proceso de renovación”, escribió Ruiz Massieu en su cuenta de Twitter

Alejandro Moreno, gobernador de Campeche y uno de los aspirantes a dirigir el partido, lanzó un mensaje de agradecimiento a los priistas.

“Yo solo quiero pronunciar una palabra: ¡Gracias! Gracias a todos ustedes, los priistas que salieron nuevamente a dar la cara y sudaron la camiseta durante día y noche”, afirmó Cárdenas en un mensaje en sus redes sociales.

Lo mismo ocurrió con Ivonne Ortega, otra de las aspirantes a la dirigencia nacional, quien en sus redes sociales agradeció a la militancia del tricolor.

“No podemos seguir esperando para hacer realidad lo que la militancia pide: un PRI cercano, que encabece las verdaderas causas de la gente, que elimine el amiguísimo y el compadrazgo y que reconozca el liderazgo. La recuperación del PRI es posible y lo haremos juntos”, afirmó en su mensaje.

Los pronósticos de que el Partido Revolucionario Institucional perdería su registro en algunos de los estados donde se llevaron a cabo elecciones no se hicieron realidad; ahora el instituto político debe apostarle a su renovación si quiere tener oportunidades en el 2021

Los resultados electorales servirán para que los diferentes grupos del tricolor tomen y defiendan sus posiciones; la refundación es la única alternativa que tiene el PRI para ser una opción viable en las elecciones del 2021.